Donaciones de alimentos de los Olímpicos buscan ayudar a los necesitados, contribuir y dar ejemplo
Es, literalmente, la comida de los campeones. Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París están decididos a que no se desperdicie.
Los alimentos que no se consumen en los Juegos — por parte de los atletas, los espectadores y los trabajadores — están ayudando a los necesitados en la capital francesa, como parte de un esfuerzo por reducir el desperdicio y contribuir al compromiso de los organizadores con la sustentabilidad.
Los organizadores de París 2024 han dicho durante mucho tiempo que los Juegos serían más respetuosos con el medio ambiente, incluyendo platos reutilizables en el restaurante principal de la villa de los atletas, construcciones más ecológicas y asientos en las sedes fabricados con materiales reciclados.
Además de ayudar a los necesitados, los organizadores también esperan que las donaciones de alimentos sirvan de ejemplo para otros Juegos Olímpicos y eventos deportivos.
“Esto es parte del legado en el que hemos estado trabajando desde el principio”, dijo Georgina Grenon, quien supervisa el esfuerzo de los Juegos de París para reducir su huella de carbono a la mitad, en comparación con Londres en 2012 y Río en 2016.
El desperdicio de alimentos es una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Aunque no origina emisiones considerables para los Juegos Olímpicos, Grenon dijo que los organizadores “pensaron que era importante ser particularmente ejemplares en esto y liderar el camino para mostrar cómo hacerlo y demostrar que es posible”.
Los organizadores firmaron también un acuerdo con tres grupos para que los alimentos no consumidos se recojan y se redistribuyan.
Alrededor de 40,000 comidas se sirven cada día durante los Juegos a miles de atletas de más de 200 países y territorios en la villa olímpica. Mientras que algunos se han quejado públicamente, otros han elogiado la comida, que es gratis. Los organizadores han dicho que rápidamente atendieron las quejas sobre la falta de algunos alimentos.
Valerie de Margerie es presidenta de Le Chainon Manquant, que se traduce como El Eslabón Perdido, uno de los grupos que recibe alimentos de las sedes olímpicas. Dijo que las donaciones ayudan a abordar una necesidad apremiante porque hay 10 millones de personas en Francia que no tienen suficiente para comer. Al mismo tiempo, dijo, el país desperdicia 10 millones de toneladas de alimentos cada año.
“No podemos seguir permitiendo que nuestros botes de basura se desborden de productos de calidad, mientras haya personas cerca que no puedan alimentarse”, dijo.