El Clásico Mundial crece pese a riesgos y restricciones
El Clásico Mundial de béisbol de este año ha dejado recuerdos imborrables
El ponche que Shohei Ohtani le propinó a Mike Trout, el grand slam de Trea Turner que le dio a Estados Unidos la ventaja ante Venezuela en el octavo inning, Japón dejando tendido a México en las semifinales y la remontada de México al quedar abajo por cuatro carreras ante Puerto Rico se repetirán una y otra vez.
La lesión en la rodilla que le costará la temporada al relevista Edwin Díaz y el dedo fracturado del segunda base José Altuve también serán tema de debate durante todo el año.
El Clásico Mundial escenificado este año ha dejado recuerdos imborrables, 47 juegos durante dos semanas que restauraron la supremacía de Japón en el béisbol y que consolidaron la figura del fenomenal Shohei Ohtani, y al mismo tiempo expandiendo el alcance del deporte alrededor del mundo.
Aunque no tenga el mismo impacto global de la Copa Mundial de fútbol, el torneo no ha parado de crecer en sus cinco ediciones desde su lanzamiento en 2006.
“Son nuestros Juegos Olímpicos. No tenemos la oportunidad de estar en unos Juegos Olímpicos", afirmó la estrella estadounidense Kyle Schwarber tras la derrota 3-2 ante Japón en la final del martes, cuando Ohtani hizo abanicar a Trout para certificar la primera coronación japonesa desde 2009 y tercera en total. El béisbol ya no es una disciplina fija en el programa olímpico, y los Samurai derrotaron a un improvisado equipo de Estados Unidos, con peloteros de las menores, cuando el deporte fue restablecido temporalmente para las justas de Tokio 2020.
Con juegos en Miami, Phoenix, Tokio y Taiwán, el Clásico acabará facturando ingresos entre 90 y 100 millones de dólares, según las Grandes Ligas. La concurrencia fue 1.306.414, la más alta en la historia del certamen, un 20% superior a los 1.086.720 que acudieron a los 40 juegos en 2017.
La audiencia televisiva también se disparó en todas partes. La cadena FOX adquirió por primera vez los derechos para transmitir los juegos en Estados Unidos.
Los temores por lesiones de los peloteros han sido un dolor de cabeza para el torneo desde su gestación. Muchos clubes de MLB impidieron la participación de sus lanzadores para que se enfocasen en el inminente inicio de la temporada regular. Las lesiones de Díaz y Altuve redoblan esas inquietudes.
Pero con MLB generando ingresos y captando interés global gracias al torneo, y el ferviente deseo de los peloteros por representar a sus países, el riesgo de lesionarse no parece ser obstáculo para frenar el crecimiento del Clásico.
“Todos somos solidarios y nadie quiere que alguien se lesione", dijo Francisco Lindor, compañero de Díaz en la selección de Puerto Rico y los Mets de Nueva York. “Pero amamos mucho a nuestros países y queremos representarlos y aprender de nuestros colegas. Es algo increíble".
La victoria de Japón en la final generó una celebración nacional. Yomiuri, el periódico de mayor circulación en el país, publicó una edición vespertina especial, algo que usualmente se reserva para importantes asuntos de estado, resultados electorales o, como ocurrió el año pasado, el asesinato del primer ministro Shinzo Abe. “Japón, Número 1 del Mundo", rotuló el diario en japonés.
México presagia que su marcha a las semifinales ayude a despertar el interés en un país en el que el fútbol manda.
“Estas dos semanas van a atraer a muchos jugadores jovencitos tanto en México como mexicanos en el extranjero", afirmó el mánager mexicano Benjamín Gil.
Al expandirse de 16 a 20 naciones, Gran Bretaña, la República Checa y Nicaragua se clasificaron al torneo por primera vez. Ninguno sobrevivió la primera fase. China y Israel sufrieron un par de derrotas por abultamiento de carreras, y Gran Bretaña y Canadá cayeron de esa manera una vez cada uno.
El Grupo A estuvo tan competitivo que los cinco participantes cerraron 2-2, con Cuba e Italia avanzando a costa de Holanda, Taiwán y Panamá mediante una fórmula de desempate en el que las carreras se dividieron por outs.
“Se puede apreciar que muchos países están creciendo”, dijo el mánager estadounidense Mark DeRosa. “Ahí tienen a Colombia, con los pitchers que tenían. No eran nombres conocidos, pero todos lanzaban entre 92 y 95 (mph) y con muy buena calidad”.
El lanzador nicaragüense Duque Hebbert capitalizó un memorable inning para firmar un contrato profesional, un acuerdo de ligas menores con los Tigres de Detroit, tras ponchar a los astros dominicanos Juan Soto, Julio Rodríguez y Rafael Devers.
MLB y el gremio de jugadores siguen comprometidos para que el Clásico vuelva en marzo de 2026. Manfred indicó que aún es prematuro para determinar cambios en el formato.
“Creo que la combinación de nacionalismo y el deportes es muy poderosa", señaló. “Y si tienes la oportunidad de partticipación en un torneo que combina las dos, hay que aprovecharlo”.