El legado de Rafael Nadal: la tenacidad que inspiró a Carlos Alcaraz y a muchos más
No sorprendió que Rafael Nadal no pudiera dar un paso por el recinto de la fase final de la Copa Davis en los últimos días sin escuchar solicitudes de un apretón de manos o una selfie, ya sea por sus colegas de profesión o los aficionados del tenis.
El impacto del retiro de Nadal no pasó inadvertido para nadie, dentro o fuera del deporte del que se aleja a los 38 años tras una letanía de lesiones, y por todo el éxito bien documentado que disfrutó.
Su mayor legado podría ser la forma en que inspiró a otros jugadores. El campeón de 22 torneos de Grand Slam y coloso del tenis perdió el último partido de su carrera cuando España fue eliminada por Holanda en los cuartos de final entrada la madrugada del miércoles.
El último hombre en enfrentarse — y vencer — a Nadal, Botic van de Zandschulp, el número 80 del mundo y de 29 años, habló después de su victoria 6-4, 6-4 sobre cómo idolatraba al español. Muchos jugadores en actividad crecieron viendo a Nadal, admirándolo por su destreza — desde los potentes golpes de derecha con efecto liftado hasta las voleas precisas y todo lo demás — y su garra, su compromiso por buscar la mejora y, quizás más que nada, su humildad fuera de la cancha.
Fue un ejemplo para otros, desde contemporáneos como Roger Federer o Novak Djokovic o Serena Williams, hasta jugadores de las generaciones siguientes, incluyendo al aparente heredero Carlos Alcaraz.
“Era un gran fan de Rafa. Solía usar todos sus conjuntos, sus zapatos, todo. Muchos colores neón”, dijo Ben Shelton, de 22 años e integrante del equipo de Estados Unidos que se enfrenta a Australia el jueves, cuando el campeón defensor Italia y el actual número uno mundial Jannik Sinner jugarán contra Argentina. “Y siendo zurdo, es un tipo al que siempre he observado e intentado aprender cosas. Uno de esos ejemplos perfectos de cómo hacer las cosas dentro y fuera de la cancha, cómo manejar la prensa, cómo ganar con clase, cómo perder con clase.”
Ese sentimiento fue repetido por jugador tras jugador, muchos de los cuales estaban emocionados de estar presentes para su despedida.
“Que él tenga esto como su punto final, es un honor para el evento”, dijo Yannick Hanfmann, jugador del equipo de Alemania que enfrentó a Canadá el miércoles. “Está presente en todas partes. En el área de entrenamiento, cuando camina, ves a la gente mirando e intentando tomar algunas fotos, aquí y allá. Tiene este aura que ya era grande, pero ahora que esto es el final, es quizás más importante.”
Hanfmann y otros se vieron impresionados por la dedicación de Nadal a perseguir cada tiro. Por no tirar la toalla en un partido, sin importar el déficit. Por su longevidad y consistencia — casi 18 años completos seguidos dentro de los 10 primeros del ranking; 10 años consecutivos con al menos un título en las grandes citas — y sus obras cumbres, incluyendo los 14 campeonatos del Abierto de Francia que le valieron el apodo de “Rey de la Arcilla”.
Su cortesía infalible, vista en gestos como cuando se despedía de cada voluntario al salir de un torneo o, justo este lunes, cuando llegó a la conferencia de prensa del equipo de España y se dirigió directamente al estenógrafo para estrechar la mano de la persona que estaría escribiendo la transcripción de la sesión de preguntas y respuestas para los reporteros.
“Los títulos, los números están ahí, la gente lo sabe, pero el modo en el que me gustaría que se me recordase es como una buena persona de un pequeño pueblo en Mallorca”, dijo Nadal durante una ceremonia post-partido llena de lágrimas en el abarrotado Palacio de Deportes José María Martín Carpena, donde miles lo serenaron con un coro de “¡Raaaa-faaa! ¡Raaaa-faaa!”
“Un niño que ha seguido sus sueños, que ha trabajado lo más duro posible para ser lo que soy hoy. Hay gente que lo intenta, pero yo soy un afortunado porque la vida me ha dado la oportunidad de vivir cosas inolvidables gracias al tenis. He conseguido mucho más de lo que soñaba”, añadió.
Ningún oponente, ni ningún observador, podría cuestionar jamás su esfuerzo, incluso cuando lesión tras lesión hacía las cosas más difíciles, especialmente durante las últimas dos temporadas.
Nadie dudó nunca de su impulso por mejorar.
“Realmente extrañaré verlo en la cancha”, dijo Iga Swiatek, la polaca campeona de cinco Grand Slams y desde hace tiempo una fanática sin reservas de Nadal. “Honestamente, él era el único jugador que veía, así que no sé si voy a ver tenis ahora. Es una enorme inspiración.”
Esa última palabra, o una variación de ella, fue utilizada una y otra vez mientras se expresaban tributos a Nadal.
También se mencionaron “intensidad” y “pasión”, “coraje” y “modelo a seguir”.
“Es triste, todo tiene un principio y un final, hay que disfrutar el proceso y la etapa, disfrutar esta retirada que se la merece más que nadie”, comentó Alcaraz, un español que a sus 21 años ya cuenta con cuatro trofeos de Grand Slam en sus vitrinas. "Ha exprimido todo lo que tenía en el tanque de energía hasta el final. Es triste verle irse, pero hay que aceptarlo”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.