Ely Malik perdió un combate pero ganó su batalla al convertirse en el 1er atleta transgénero cubano

Andrea Rodriguez
Sábado, 29 de junio de 2024 01:14 EDT

Aunque dio potentes puñetazos y espectaculares patadas voladoras sobre el cuadrilátero, al final, perdió la pelea. Aún así, a él no se le quita la sonrisa mientras recuerda con satisfacción el combate que lo convirtió en el primer atleta transgénero en competir oficialmente en una liga cubana.

Ely Malik Reyes Núñez, — un hombre transgénero, licenciado en educación física de 26 años de edad— compitió en la modalidad de Sanda, un deporte de contacto que requiere habilidad y fuerza, y combina artes marciales como Kung Fu con kickboxing, abriendo así el capítulo más reciente del avance hacia la inclusión de las comunidades LGTB en la isla.

“Para este debut estuve alrededor de tres meses entrenando dos veces al día”, dijo en una entrevista a The Associated Press, mientras ofrecía un café en su casa en el municipio de Regla, antes ir al complejo deportivo cercano, en donde hace sus prácticas.

Reyes subió el 1 de junio al tabloncillo sin cuerdas que caracteriza a su deporte, para combatir, por primera vez, en la categoría masculino de 60/65 kilos.

En su hogar –con una sala pintada de colores brillantes y aledaña a una cocina perfectamente acomodada—, el atleta vive con su novia y para hacer frente a sus gastos domésticos, dado que su disciplina no es remunerada, trabaja en la reparación de aires acondicionados con su cuñado.

“Por lo menos en mi academia, los entrenamientos que se hacen no son juego, son entrenamientos con un alto nivel y con mucha constancia”, comentó orgulloso.

Lleva dos años recibiendo hormonas pero no quiere una cirugía de reasignación genital completa.

Para su transición inicialmente visitó hace poco más de cuatro años el Centro de Educación Sexual (Cenesex) y se entrevistó con una psicóloga. Luego vio a médicos endocrinólogos y se hizo los exámenes para obtener lo que los cubanos llaman el “tarjetón”, una cartilla para comprar medicamentos en las farmacias y que a Reyes le permitió conseguir las hormonas necesarias para su transición.

En los últimos tiempos y debido a la crisis de desabastecimiento que vive el país tuvo incluso que acudir a personas que le trajeron testosterona del extranjero, pero jamás desistió. “Soy deportista, no puedo estar dejando mi hormonación de lado…tengo que estar al día”, dijo Reyes.

Ahora, después de un año de iniciar los trámites para el cambio de su nombre, Reyes ya puede ser legalmente llamado como desea.

“Mi mamá me puso un X nombre en su momento y yo lo transformé”, agregó el atleta. “Lo cambié (en su carnet de identidad) el año pasado, después de mucho batallar, lo cambié para poder graduarme. Yo no quería mi título (universitario) con un nombre que no me representaba”.

Reyes reconoció que pese a que en lo personal siempre impuso respeto por su identidad de género, sí percibió la discriminación sobre todo en las miradas suspicaces de muchas personas en la calle. “Educar a la sociedad no se hace en dos días”, manifestó.

Un ejemplo de lo que todavía falta, explicó el atleta, es su propio carnet de identidad: aunque ahora muestra el nombre que él eligió, aún conserva una “F” de femenino, pues la legislación cubana establece que para cambiar este aspecto en el documento la persona debería tener una reasignación genital completa.

Reyes indicó que para él, una solución sería la aprobación de una Ley de Género, pero activistas consultados por AP señalaron que el escollo podría subsanarse antes, en la nueva ley del Registro Civil que se trabaja en la Asamblea Nacional del Poder Popular —el Parlamento—que permitiría que las personas cambien el género de su cédula o que elimine este casillero.

Tanto la actualización de la norma para Registro Civil, como el explícito derecho a la identidad de género son posibles, tras la aprobación de la Constitución en 2019 que, posteriormente dio paso a un Código de las Familias aprobado en 2022 —mediante un plebiscito— y que, entre otras, permitió el matrimonio igualitario, la adopción de niños por parte de las parejas gay y el vientre subrogado.

Esta legislación y el reconocimiento de los derechos sexuales en las últimas décadas, dio un giro radical a las limitaciones que Cuba —y muchos países— impusieron a la comunidad LGTB en el siglo pasado.

Sin embargo, el referendo para el Código de las Familias, ampliamente debatido y aprobado por la gran mayoría, dejó al descubierto también un fragmento de la sociedad con fuerte raigambre de su pasado colonial y patriarcal. Incluso grupos de evangélicos rechazaban el Código y antiguos veteranos de la revolución socialista que no consentían las inclusiones.

Y aunque, por lo pronto, el carnet de identidad de Reyes lo identifica formalmente bajo la F de femenino, las autoridades del deporte decidieron aceptar su condición masculina, basándose en sus tratamientos de hormonas, informes médicos y su autodefinición y en consecuencia permitir que participe en la categoría para varones en la competencia realizada a comienzos de junio de la Liga de Peleadores Cubanos.

La gestión de inscripción la hizo el entrenador Frank Cazón Cárdenas.

“Es algo novedoso. Es un desafío que he asumido con mucho amor”, dijo a la AP, Cazón de 50 años, también presidente de la Comunidad Sanda en Cuba y que conocía a Reyes desde la infancia. “Aceptarlo (a Reyes) y verlo como lo que realmente quiere él ser y hacer cumplir su sueño, es un reto”.

El instructor explicó que había trabajado en dos niveles, por un lado hablar con el equipo masculino de Sanda, con el que debía entrenar Reyes para su combate; y por el otro, tocar todas las puertas para conseguir la aprobación del poderoso Instituto del Deporte (Inder) la dependencia que dirige oficialmente todas las políticas en esta materia y que finalmente autorizó la participación de Reyes en la categoría masculina.

Tanto Cazón como su pupilo reconocieron estar al tanto de la polémica deportiva mundial sobre la inclusión de atletas transgénero. El caso más sonado es el de la nadadora estadounidense Lia Thomas, cuya participación en categoría femenina, siendo una mujer transgénero, levantó cuestionamientos acerca de las posibles desventajas que podrían tener las otras competidoras ante una colega que nació hombre.

La situación de Reyes es inversa: su esfuerzo está orientado a competir con atletas varones, por lo que debe hacer un esfuerzo mayor.

“No se cumplió el objetivo fundamental que era la victoria”, expresó Cazón, pero sí “los parámetros que nos habíamos trazado de su formación, su desarrollo desde el aspecto físico, técnico; y seguimos trabajando en esa dirección”.

Desde el punto de vista de la comunidad LGTB la participación de Reyes en el combate fue saludada como parte de las luchas por la diversidad en la isla.

“Era sólo cuestión de tiempo que ocurriera”, la autorización del Inder para la participación de un atleta transgénero en una competencia oficial en la isla, dijo a la AP, Francisco “Paquito” Rodríguez Cruz, un reconocido y veterano activista por los derechos LGTB en Cuba. “Porque en realidad es la lógica consecuencia de todo lo que se ha hecho en los últimos 15 ó 20 años”, añadió.

“Evidentemente todo esto es un proceso cultural de cambio que no deja de ser polémico”, indicó Rodríguez. “Recientemente comenzó el boxeo femenino (en Cuba), que también durante mucho tiempo fue un tabú. O sea que se están moviendo asuntos...en este ámbito del deporte que no podemos desconocer”.

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Andrea Rodríguez está en X como www.twitter.com/ARodriguezAP

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