Erislandy Álvarez mantiene mantiene paso firme hacia una nueva medalla para el boxeo cubano

Erislandy Álvarez le hizo honor el lunes a su apodo de “La Amenaza”, y a la reputación de Cuba como una potencia en el boxeo olímpico.

Álvarez desmanteló a lo largo de tres metódicos asaltos al argelino Jugurtha Ait Bekka para colocarse en cuartos de final en la categoría de los 63,5 kilogramos y a un triunfo más de sumar la 79na presea olímpica en boxeo para la isla.

La escuela del boxeo cubano es una cosa, manejar la presión es otra. Pero para “La Amenaza” Álvarez, el camino que lo ha llevado por triunfos en sus primeros dos combates tuvo origen en un intenso proceso clasificatorio.

“Clasifiqué en la última” oportunidad, dijo refiriéndose al evento de apenas hace unas semanas en Bangkok. “Es algo importante, porque he tenido muchas peleas, mucho ritmo y llego aquí al extremo de la preparación”.

“Siento que voy a ser campeón olímpico para Cuba”, puntualizó.

No es algo inconcebible. Debutó el pasado sábado con un triunfo por superioridad competitiva y estuvo muy cerca de hacerle lo mismo al argelino. Y eso que se sentía “presionado”.

“Es la presión que tiene todo atleta, cuando vas a un partido de fútbol o un juego de cualquier otro deporte”, dijo Álvarez, de pocas palabras pero muchos recursos en el ring. “Pero la segunda pelea es menos y cada vez va a ser menos presión”.

Álvarez ha encontrado la capacidad de canalizar esa presión y pasarla a su rival a través de sus puños. Sin importar qué es lo que le presenten desde la esquina rival, se siente capaz de resolver el acertijo.

“Depende del rival”, puntualizó. Puedo boxear, puedo intercambiar, media, corta o larga. Para eso estamos preparados, asi somos los cubanos, trabajar las tres distancias".