Clasificación de Escocia a la Eurocopa de 2024: ¿por qué Alemania será diferente?
La selección escocesa clasifica al torneo internacional que se disputará el próximo verano a falta de dos partidos y las expectativas crecen.
¿Clasificaciones consecutivas? Aún es muy pronto para afirmarlo, pero para la afición escocesa que no recuerde el Mundial de Francia 1998 o los años anteriores, estos son tiempos realmente emocionantes. El Ejército Tartán se dirige a la Eurocopa de 2024, su segunda participación consecutiva en el campeonato de Europa y apenas su segundo gran torneo internacional masculino en 25 años. La selección de Hampden Park ha redescubierto su fuerza y está lista para visitar Alemania el próximo verano. De hecho, miles de personas emprenderán el viaje (muchas de ellas con entradas ya reservadas antes de este fin de semana), algo que se debe, en gran parte, a la labor de Steve Clarke.
Si Clarke le devolvió al equipo su época dorada, es importante recordar el panorama lúgubre que heredó cuando fue designado en 2019. Escocia apenas podía llenar la mitad de su estadio debido a una sequía de torneos masculinos importantes durante más de dos décadas. La derrota por 3-0 ante Kazajistán marcó el final de su predecesor, Alex McLeish, e hizo que la selección escocesa tocara fondo. En ese entonces, no había esperanza, ni señales del inmenso progreso que Clarke lograría, a pesar de contar con recursos bastante limitados.
Pese a la dificultad del Grupo A, la clasificación automática quedó asegurada a falta de dos partidos, gracias a un comienzo fenomenal que incluyó las sorprendentes victorias contra España en Glasgow, y contra Noruega en Oslo. Tras un mal desempeño en la fase final de la Eurocopa de 2020, que se pospuso debido a la pandemia de COVID, y la derrota ante una Ucrania rebosante de inspiración en las eliminatorias del Mundial de 2022, Escocia afrontó su tarea con determinación, claridad, cohesión y espíritu, algo que Clarke ha inculcado en el equipo durante su dirigencia.
A Escocia se la conoce por ser una de esas selecciones que siempre complica las cosas; sin embargo, en comparación, el camino hacia la Eurocopa 2024 ha sido más sereno.
Bajo la dirigencia tranquila y mesurada de Clarke, Escocia se ha convertido en un entorno donde los jugadores quieren participar, lo que se refleja en la relación dentro del grupo y en la organización de su enfoque. El compromiso colectivo con la causa escocesa es innegable, y eso no siempre ha sido así en los últimos años.
Por otra parte, el estilo dirigencial de Clarke nunca permite la euforia desmedida ni la tristeza extrema en el plantel. Por ejemplo, si bien la victoria escocesa 2-0 contra España en marzo fue una noche memorable en Hampden Park, la clave para la clasificación fue que Clarke se aseguró de que el equipo mantuviera los pies sobre la tierra cuando aún quedaba trabajo por hacer.
Clarke fue el primero en señalar que se necesita mejorar más para la Eurocopa de 2024, como quedó demostrado con el desempeño de Inglaterra y la destreza de Jude Bellingham en Hampden Park el mes pasado. No obstante, Escocia viajará a Alemania con la firme creencia de que puede ser mucho más competitiva que cuando regresó al escenario internacional. De hecho, la larga espera llena de emociones ha llegado a su fin: el plantel de Escocia está consolidado, con cambios mínimos desde el verano de 2021 y la valiosa experiencia de haber participado en un torneo importante que les servirá de punto de partida.
Como recordarán todas aquellas personas que celebraron un cumpleaños importante, una graduación o una boda, el verano de 2021 fue una época singular, marcada por el fin de los periodos de confinamiento debido al COVID en el Reino Unido. El regreso de Escocia requería toda la destreza del Ejército Tartán, especialmente con dos partidos en Hampden Park y un tercero contra Inglaterra en Wembley, pero los ansiados festejos se vieron opacados. Ahora, Alemania se presentará con su mejor equipo y verá a Escocia en pleno rendimiento, lo que sin duda fortalecerá a un plantel que aspira a superar sus propios límites.
Si bien se cree que participar sucesivamente en la Eurocopa es un indicador de una especie de “generación dorada” escocesa, la realidad es más compleja. El plantel de Escocia, indudablemente, cuenta con talento y calidad, pero también tiene lagunas y debilidades que lo hacen mucho menos sólido que lo que podrían sugerir los resultados bajo la dirigencia de Clarke. No obstante, el experimentado entrenador de 60 años ha sabido mejorar y encontrar soluciones con las opciones que tiene a su disposición, como así también ha desarrollado una cultura dentro del equipo que ha elevado tanto el nivel de juego como las expectativas. En resumen, se trata de una dirigencia astuta en todos los aspectos.
Escocia, durante un tiempo, estuvo en una situación complicada al contar con dos jugadores de talla mundial como Andy Robertson y Kieran Tierney, ambos en el lateral izquierdo. Sin embargo, en la actualidad, existe una auténtica sinergia entre Robertson y Tierney en el sistema de Clarke, que se basa en una defensa de tres jugadores que ha mantenido el arco invicto en cuatro de los seis partidos disputados hasta ahora en la fase de clasificación. Angus Gunn ha tenido un inicio sólido como arquero después de reemplazar a los veteranos David Marshall y Craig Gordon, mientras que Aaron Hickey representa una mejora significativa con respecto a Stephen O’Donnell en el lateral derecho, que fue otra posición problemática durante la Eurocopa de 2020.
Al Ejército Tartán no le vendría nada mal tener al menos a algún delantero de la Premier League, ya que Lyndon Dykes y Che Adams juegan en la segunda división del fútbol inglés esta temporada. Sin embargo, el hecho de no tener a una figura de clase mundial en esta posición también ha mejorado, puesto que ambos jugadores siempre han dado lo mejor al liderar la línea de ataque (una tarea poco grata en ocasiones). Además, el equipo cuenta con la presencia de Scott McTominay, otro jugador con el que Clarke ha hecho milagros.
McTominay, constantemente subestimado en el Manchester United e incluso utilizado como defensor en la Eurocopa de 2020 mientras su país luchaba por encontrarle un lugar en el equipo, se ha convertido en la revelación de la campaña escocesa. Ahora, como mediocampista ofensivo y con la libertad de meterse en el área, el jugador disfruta de seis goles en seis partidos, tantos como los de Erling Haaland, y ha superado las expectativas de todos.
El éxito de McTominay no es una casualidad, ya que se ha desarrollado dentro de la organización y la estructura que implementó Clarke. Los torneos internacionales a menudo son un reflejo de cómo los países pueden crecer de manera conjunta, y ejemplos recientes, como los desempeños de Marruecos, Suiza y Gales, ofrecen esperanzas de que Escocia pueda avanzar a la fase de eliminación en Alemania.
"Después de la Eurocopa de 2020, dije que queríamos clasificar de manera consistente, y llegar a las fases finales de la Eurocopa sucesivamente demuestra el progreso que hemos logrado", afirmó Clarke con su tranquilidad característica, incluso cuando se confirmó el avance de Escocia. "Hoy celebraremos, pero mañana volveremos a trabajar para preparar el amistoso contra Francia".
En casa, sin embargo, muchas personas estarán levantando una copa en su honor hasta altas horas de la noche.
Traducción de Noelia Hubert