España e Inglaterra pelearán por el título de la Euro 2024 en un estadio con un pasado Nazi

Ciarn Fahey
Sábado, 13 de julio de 2024 16:18 EDT

España e Inglaterra disputarán la final de la Eurocopa el domingo en un imponente estadio con una historia oscura.

Fue edificado para los Juegos Olímpicos de 1936 y el estadio de Berlín aún exhibe las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial y otras reliquias de su pasado Nazi.

Pero el Olympiastadion, como se le conoce en Alemania, está asociado también con el renacer de la democracia en el país tras la guerra. Recibió partidos de la Copa Mundial 1974 en Alemania Occidental y nuevamente en el Mundial 2006, 16 años después de la reunificación.

HITLER

Adolf Hitler estuvo personalmente involucrado en el diseño y construcción del estadio de atletismo con 100.000 asientos después de que el Partido Nazi tomó el poder en 1933, dos años después de que Alemania fue nombrado sede de los Juegos Olímpicos 1936.

Al inicio el dictador no estaba entusiasmado con la idea de recibir la justa, pero cambió de parecer cuando lo convencieron del potencial propagandístico.

Los planes de remodelar el existente estadio nacional se desecharon en favor de construir un nuevo complejo deportivo, el Reich Sports Field. Werner March fue su arquitecto.

Inspirado en el Coliseo de Roma, el estadio estaba diseñado para impactar. La Plaza Olímpica frente a la entrada principal es adornada por una fila de astas y árboles para incrementar la perspectiva.

PROPAGANDA

Hitler observó desde el balcón del estadio a Jesse Owens, atleta estadounidense de raza negra, ganar cuatro oros para convertirse la estrella de los Juegos y que le dio un golpe a la noción racial de Hitler.

Pero, la justa también fue una victoria propagandística para la Alemania Nazi, que ganó más medallas que cualquiera otra nación y presentó al mundo una curada imagen de paz y tolerancia. Fue el primer claro ejemplo de “sportswashing” (lavado de imagen con el deporte).

El Estadio fue cubierto con cientos de banderas Nazi durante los Juegos y la swastika adornó una de las dos torres que sostenían los aros olímpicos en la entrada. Las swastikas fueron removidas en 1945.

Los miembros de la rama paramilitar Nazi, conocidos como la SA, recibieron la orden de detener los ataques contra judíos entre julio y agosto 1936.

Olympiastadion was decked with hundreds of Nazi flags for the Games, and a swastika adorned one of the two towers holding the Olympic rings above the entrance. The swastika was removed in 1945.

Members of the Nazi paramilitary SA, commonly known as the Brownshirts, were ordered to stop their attacks against Jews during July and August 1936.

The Nazis were already pushing Jewish athletes out of German sports and there were only two whom the Nazis considered half-Jewish who were allowed compete on the German team — fencer Helene Mayer and hockey player Rudi Ball.

“It was done to try and silence the critics a little bit,” said Ryan Balmer, a tour guide with degrees in modern history and literature who has lived in Berlin since 2008.

Olympiastadion survives WWII

Olympiastadion and the Reich Sports Field were damaged in the war, though the stadium escaped relatively unscathed compared to the devastation wrought by Allied bombers in more central areas of Berlin. Many surviving buildings were reused with their Nazi iconography removed.

The British reopened the stadium in 1946 and maintained their military headquarters in the former Reich Sports Field until 1994.

Little was done to Olympiastadion after the war. It and the former the Reich Sports Field were given protected status in 1966, when Hitler’s balcony was shortened by 1 meter. The biggest renovations were made before Germany’s 2006 World Cup, when the stadium was crowned with a roof.

The stadium today

There are no attempts to hide the stadium’s Nazi past — modern-day Germany is adamant that the atrocities of the Nazi era should not be forgotten. Information signs in English and German are placed around the stadium to inform visitors about the site’s history.

While the swastikas have been removed, some Nazi relics remain.

In a sign of Germany’s post-war rehabilitation, a large conference room in the stadium and a road running along the sports field’s southern perimeter have been named after Owens.

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