Vallas invadidas, hinchas arrestados y más de 75 minutos de retraso: ¿qué pasó en la final de la Copa América?
Las autoridades afirman que “aficionados revoltosos” intentaron entrar sin boleto, desataron el caos y retrasaron el partido más de una hora
Durante la final de la Copa América se vivieron escenas caóticas luego de que miles de aficionados al fútbol —algunos sin boleto— trataran de entrar en el Hard Rock Stadium de Miami, lo que derivó en detenciones, heridos y personas que sufrieron golpes de calor.
Se vio a hinchas de los finalistas Argentina y Colombia invadiendo las puertas de entrada, trepando por los conductos de ventilación y tratando de esquivar a los agentes de policía, lo que provocó que el comienzo del partido se retrasara más de una hora.
Los aficionados empezaron a llegar unas tres horas antes de la hora prevista para el comienzo de la final, a las 8 pm, y esperaron en medio de la humedad y el calor a que se abrieran las puertas.
Las puertas se abrieron, pero cerraron enseguida cuando los agentes de seguridad vieron que había una gran aglomeración y pidieron a todos los aficionados sin boleto que abandonaran la zona. Entonces, el saque inicial se retrasó hasta las 9:15 pm.
La seguridad permitió el reingreso de los aficionados, que se impacientaban y frustraban por los retrasos, poco a poco hacia las 8:10 pm, pero las escenas caóticas continuaron, ya que los hinchas intentaron romper las rejas y algunos empezaron a trepar por las vallas para entrar.
Daniella Levine Cava, alcaldesa del condado de Miami-Dade, y James Reyes, jefe de Seguridad Pública del condado, emitieron el domingo por la noche un comunicado conjunto para expresar su indignación por los sucesos ocurridos en la fase final de la Copa América, organizada por la CONMEBOL. A cargo de la seguridad estaban el Departamento de Policía de Miami-Dade junto con otras agencias.
Explicaron que el Departamento de Policía de Miami-Dade asignó más de 550 agentes, incluido el equipo de respuesta prioritaria, al estadio con capacidad para 65.000 personas y trajo más personal de otras jurisdicciones para defender la seguridad y el bienestar de los asistentes.
“Nuestra máxima prioridad debe ser la seguridad de todos nuestros residentes y visitantes, e instamos a todos los asistentes al partido de esta noche a que acaten todas las directrices de las fuerzas del orden y del personal de seguridad para la seguridad de todos los asistentes”. Añadieron que recibieron una sesión informativa de seguridad de las operaciones del estadio para el plan de salida después del partido e instaron a los espectadores a obedecer a las fuerzas del orden y al personal del estadio.
“Seamos claros: nunca debió ocurrir la situación y no puede repetirse”, escribieron. “Trabajaremos con la dirección del estadio para garantizar que se lleve a cabo inmediatamente una revisión completa de los acontecimientos de esta noche para evaluar toda la cadena de sucesos, con el fin de poner en marcha los protocolos y políticas necesarios y todos los partidos futuros”.
En las declaraciones iniciales de Hard Rock Stadium y CONMEBOL en las que anunciaron el retraso en el inicio del partido, establecieron que no dejarían entrar al estadio a los aficionados que no tuvieran boleto para el evento.
El Hard Rock Stadium declaró que miles de aficionados se presentaron sin entradas e intentaron entrar por la fuerza en el estadio, lo que a su vez puso en grave peligro a otros aficionados, a los agentes de seguridad y a la policía. Asimismo, obligó a los agentes de seguridad a cerrar las puertas para intentar controlar el proceso de entrada.
Tras el suceso, el Hard Rock Stadium emitió un comunicado de seguimiento, en el que afirmaba que numerosos “aficionados revoltosos” sin boleto intentaron esquivar a la seguridad en sus puertas de acceso.
Incluso después de que algunas puertas del estadio se cerraran y reabrieran de manera estratégica para intentar controlar a la multitud e intentar dejar entrar a los aficionados con boleto, algunos hinchas siguieron protagonizando “conductas ilegales”, peleándose con agentes de policía, derribando muros y barricadas y destrozando el estadio, algo que, según la declaración del estadio, los dejó con “daños significativos”.
Después de que las autoridades decidieran aplazar el partido, decidieron abrir las puertas del estadio “durante un breve periodo para todos los aficionados” con el fin de evitar estampidas y lesiones graves, prosiguió el Hard Rock Stadium en su comunicado.
Las puertas se cerraron una vez que se mitigó la amenaza de aplastamiento de los aficionados, pero en ese momento el aforo también estaba completo y no se volvieron a abrir las puertas.
Por desgracia para algunos de los que habían comprado boletos para la final de la Copa América, no pudieron entrar en el estadio tras el cierre de las puertas.
“Entendemos que hay aficionados con boleto decepcionados de que no pudieron entrar en el estadio después de que se cerrara el perímetro, y trabajaremos en colaboración con la CONMEBOL para atender esas preocupaciones individuales”, escribió el estadio.
“En última instancia, no hay nada más importante que la salud y la seguridad de todos los huéspedes y del personal, y esa seguirá siendo siempre nuestra prioridad”.
El estadio agradeció a las fuerzas del orden que trabajaron en el evento y agregó que colaborará con ellas para identificar a cualquiera que haya incurrido en conductas ilegales.
“Es decepcionante que una noche de fiesta se haya visto afectada por un comportamiento ilícito e inseguro. Revisaremos a fondo los procesos y protocolos aplicados esta noche y trabajaremos con las fuerzas del orden para que no vuelva a repetirse un suceso así”, concluyó el comunicado.
Argentina ganó el trofeo por 1-0.
Traducción de Michelle Padilla