Leonel Martínez, el tirador venezolano de 60 años que volverá a ser olímpico después de 4 décadas
Ha transcurrido mucho tiempo, 40 años para ser exactos, desde que el tirador venezolano Leonel Martínez compitió por última vez en unos Juegos Olímpicos.
Tenía apenas 20 cuando lo hizo en Los Ángeles en 1984, pero asegura que ahora está en mejores condiciones, a los 60, al prepararse para ir a París.
La espera entre Los Ángeles y París sería la segunda mayor en la historia olímpica, según los registros de historiadores.
Martínez no se inmuta sobre el largo periodo entre ambas citas.
“Realmente le doy muy poca relevancia al número”, dijo Martínez en una entrevista con The Associated Press sobre su edad. “Pudo haber sido 40, 70, pudo haber sido 20”.
La marca la tiene el jinete japonés Hiroshi Hoketsu, quien participó por primera vez en la equitación de Tokio 1964 y, a los 71 años, fue el deportista de mayor edad en competir en los Juegos de Londres 2012.
Martínez, oriundo de Ciudad Ojeda en el estado petrolero de Zulia, no contempló al principio que iba a esperar cuatro décadas para volver a una cita olímpica. Después de finalizar 41ro entre 70 competidores en Los Ángeles, Martínez había previsto ir a los Juegos de Seúl en 1988, pero se vio absorbido por compromisos personales y de negocios.
Levantó una empresa fabricante de insumos médicos, como uniforme quirúrgicos, y conoció a su futura esposa, Magaly Chacín. La pareja tuvo dos hijos.
Pero Martínez sentía que algo faltaba en su vida. Después de casi tres décadas tras retirarse del deporte, decidió retomar su sueño.
“Se encendió una nueva chispa en mi vida”, indicó en la entrevista realizada en un hotel de la capital Caracas.
Volvió a las competencias en 2021 cuando se clasificó para los Juegos Panamericanos en Guadalajara, México.
Se inspiró en otro tirador de Sudamérica, el peruano Francisco Boza — medallista de plata en Los Ángeles 1984.
Boza, quien participó en ocho Juegos Olímpicos desde 1980, siete de ellas de manera consecutiva, ayudó a convencer a Martínez que la edad es un estado mental y que los miedos son los que limitan a las personas.
Con 50 años y enfrentando a tiradores jóvenes, algunos con la mitad de su edad, Boza en el 2015 se adueñó de la presea de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto.
Tras retomar las competencias, los éxitos tardaron en llegar para Martínez. Pero no se desanimó, siguió perseverando hasta que el año pasado se colgó la medalla de plata en la modalidad de fosa en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, y con ello asegurando su clasificación olímpica.
Apenas un acierto de diferencia lo separó de la medalla de oro que se colgó el guatemalteco Jean Pierre Brol, de 41 años.
¿Por qué mucha gente no consigue sus sueños, sus objetivos? Porque abandona, porque se rinde”, resaltó. Ahora sabe que su “sueño era tan grande que requería un poco más de tiempo, eso era todo lo que necesitaba”.
“Ahora puedo decir con objetividad, con convicción de que cada sueño tiene su tiempo y que requiere el que no abandones, porque si no abandonas hay altísimas posibilidades que los consigas. Cada vez tu lo intentas te acercas más a ese objetivo”, aseveró.
Para los médicos, clínicamente, la edad puede tener una relevancia. Pero para Martínez eso es insignificante.
Los médicos “tienen tablas, tienen estándares donde miden las capacidades cognitivas, visuales, físicas y mentales de un ser humano, dependiendo de qué edad tengan; eso no se corresponde conmigo porque actualmente te puedo decir, objetivamente, tengo mejores promedios que cuando tenía 20 años”, acotó.
“Ahora me siento mejor que cuando tenía 20 años, ahora estoy con mucha más confianza que cuando tenía 25 años”, insistió.
Martínez prácticamente nació con un arma deportiva frente a sus ojos, producto de una familia amante de ese deporte. Su padre Alonso Martínez también participó en torneos internacionales en fosa y fue quien le enseñó la práctica.
Martínez ganó su primera presea de plata en unos Panamericanos en fosa cuando la modalidad se disputó en Caracas 1983, un año antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Dice que afrontó esas justas las encaró "con mucha incertidumbre” y reconoce que los nervios, ansiedad y angustia vivida con apenas 20 años pudo haber minado su desempeño.
Ahora, por el contrario, tiene una mayor experiencia “que no tenía en aquel entonces”, lo que le permite “vivir la misma emoción” de estar en unos Juegos Olímpicos, “pero de manera mucho más tranquila, más relajada, más calmada”.
“Estos van a ser unos Juegos que voy a disfrutar, que voy a vivir a plenitud", insistió antes de viajar a finales de marzo a Italia para continuar con su preparación.