Lesiones, caídas y llanto marcan debut de las gimnastas mexicanas en París
El llanto de Natalia Escalera pudo significar muchas cosas. Dolor tras haber sufrido un desgarre en el ligamento plantar un día antes de su presentación olímpica. Orgullo por subirse a las barras asimétricas a pesar de todo. Satisfacción de ver finalmente convertido su sueño de alcanzar la justa.
O tristeza de un efímero paso por la Arena Bercy.
Por primera vez con tres representantes en la gimnasia artística en su historia, México tuvo una presentación el domingo marcada por las caídas, las lesiones y, en última instancia, una insoportable espera.
Alexa Moreno, cuarto lugar en salto en Tokio, quedó segunda luego de la primera ronda por aparatos con 13.949 puntos, sólo detrás de la búlgara Valentina Georgieva y sus 13.999 unidades. Las primeras ocho competidoras clasifican a la final.
“Ay no sé, ni siquiera sé si voy a entrar a la final con esa nota tan fea”, dijo entre risas. “Para mis estándares, salté bastante mal".
“No hay tantas saltadoras, pero las que hay son muy buenas. Es muy bueno el nivel, pero yo ya no puedo hacer nada, más que rezar o algo”, dijo resignada.
Moreno aqueja desde hace tiempo una lesión por desgaste de cartílagos en la rodilla derecha que reconoce afectó su rendimiento. En el piso finalizó 12.800 puntos y en la viga sufrió una aparatosa caída. “No me arrepiento de intentarlo, así pasa".
Ahtziri Sandoval, de 27 años, tuvo un debut olímpico con dos caídas en el salto, una salida tambaleante en las barras asimétricas y una rutina de piso que le otorgó apenas 11.833 puntos.
“El balance es positivo, porque estoy aquí”, dijo la oriunda de Guadalajara, en el occidente del país. “Pero un poco negativa, porque no fue lo que había trabajado y no fue lo que había entrenado”.
A pesar de todo, México pudo conquistar a una Arena Bercy que vibró con buen ambiente. Moreno recibió un fuerte aplauso en su presentación y en cada una de sus rutinas. Pero fue la salida de las barras de Escalera, entre el llanto y la emoción, lo que estremeció al público parisino.