Los jóvenes Marlins se estrellan ante la experiencia de los Filis
Josh Bell advirtió a sus jóvenes compañeros de los Marlins de Miami sobre los peligros que acechaban en Filadelfia.
Desde luego que los bates de Bryce Harper y Bryston Stott, más el trabajo de los ases Zack Wheeler y Aaron Nola para los Filis, ya eran un factor para que los Marlins fueran cautelosos.
Pero era la caldera de Filadelfia lo que Bell temía pudiera estremecer a los Marlins.
Aquella cacofonía del “Octubre Rojo” (Red October) de delirante aliento, aplausos constantes, rugidos ensordecedores que han hecho del Citizens Bank Park una de las mayores amenazas para equipos visitantes en cualquier deporte.
“Traté de preparar a los chicos para eso durante el vuelo”, dijo Bell antes de la derrota por 7-1 en la noche del miércoles que completó la barrida de Filadelfia en dos juegos de la serie de comodines de la Liga Nacional.
Bell fue parte de la alineación el año pasado para San Diego cuando Harper conectó el decisivo cuadrangular de dos carreras que instaló a los Filis en la Serie Mundial. Casi un año después, Bell volvió a la postemporada, esta vez como un espectador indefenso en la primera base de los Marlins cuando Stott detonó un grand slam que convirtió el estadio en un manicomio.
“Perdimos ante un equipo muy bueno, y no creo que hay mucho de qué lamentarse”, dijo el mánager novato Skip Schumaker.
Dos juegos son un margen pequeño, pero con una serie de postemporada en juego, los bates de Miami no aparecieron.
Mermado por un distensión en el tobillo izquierdo, el venezolano Luis Arráez — líder de bateo en las mayores durante la temporada regular — se fue 8-1, sin carreras remolcadas, al igual que el cubano Jorge Soler. Jazz Chisholm Jr. se fue de 8-0 con cuatro ponches. Los Marlins batearon para .194 y anotaron dos carreras.
Es normal que una alineación decaiga rápidamente cuando se enfrenta a estelares como Wheeler y Nola en noches consecutivas. Schumaker, integrante de los equipos campeones de los Cardenales de San Luis en las Series Mundiales de 2006 y 2011 – llegó a Miami de los Cardenales, con quienes estuvo como coach de banca el año pasado.
Fue testigo de primera fila en octubre pasado, cuando Nola y Wheeler dominaron para que los Filis barriesen a los Cardenales en otras serie de comodines.
“Wheeler y Nola, esos tipos van a espantarme en mis sueños”, dijo Schumaker. “El año pasado nos sacaron en San Luis, y esta vez lo hacen en Miami”.
Sin embargo, haber sido barridos no debe verse como una decepción total en Miami. Los sorprendentes Marlins obtuvieron su cuarta clasificación a la postemporada en la historia de la franquicia establecida desde 1993, una que cuenta con dos campeonatos de la Serie Mundial.
El gasto de nómina de Miami al final de la campaña fue de apenas 104 millones, ni la mitad de los 241 millones invertidos por los Filis en la suya.
Los Marlins se llevaron el segundo comodín de la Liga Nacional a pesar de terminar con una diferencia negativa de carrera, de 57, la peor de todos los tiempos por parte de un equipo que se clasificó a la postemporada.
Aún así, gracias al promedio de .354 de Arráez y los 36 jonrones de Soler, Miami logró una asombrosa foja de 33-14 en juegos definidos por una anotación.
Pero quizás Filadelfia le demostró a los Marlins lo que se necesita para ganar una serie de postemporada.
“Creo que estos peloteros ahora comprenden lo que es ganar”, dijo Schumaker. “Fue un año muy divertido”.