Pelé dio renombre a Santos, el equipo y la ciudad portuaria
Pelé
Durante décadas, admiradores de todo el mundo enviaron miles de cartas, tarjetas postales y paquetes a la leyenda deportiva sin dirección ni nombre completo.
Casi sin falla, todo llegaba a la oficina de Eson Arants do Nascimento en la ciudad portuaria a la que él hizo famosa.
Santos fue fundada por los portugueses en enero de 1546. Tiene el puerto más gran de América Latina, da servicio a la zona de Sao Paulo y desde ahí Brasil exporta sus mercancías agrícolas al resto del mundo.
Fue hasta que un delantero sensación de 15 años comenzó a anotar goles para el equipo de la ciudad, de 430.0000 habitantes en la actualidad, que Santos se convirtió en un nombre familiar. El astro brasileño, que falleció el jueves a los 82 años después de batallar con el cáncer, jugó en el equipo local de 1956 a 1974.
“Hay un Santos antes y después de Pelé”, dijo Serginho Chulapa, delantero brasileño que jugó la Copa Mundial de 1982 y héroe local que anotó más de 100 dianas para el club.
“Pelé puso a la ciudad y al club en el mapa. Antes de él, la gente venía a trabajar al puerto e ir a la playa”.
Chulapa jugó en cuatro ocasiones para el Santos FC durante la década de 1980. Tras su retiro ha tenido diversas responsabilidades en el club, algunas al lado de Pelé.
“Santos no es una metrópolis como Sao Paulo, debemos trabajar por menos dinero. Y desde que comenzó a jugar para el club, Pelé lo convirtió en un gigante”, dijo Chulapa. “Santos alcanzó su apogeo con él”.
Pelé dio a Santos dos Copas Libertadores y dos Copas Intercontinentales frente a Benfica y AC Milan tras derrotar a algunos de los mejores rivales en el mundo. El astro brasileño ganó 26 títulos con el club.
Algunos de los principales políticos de Brasil, como el presidente Luis Inácio Lula da Silva, han vivido en la ciudad costera.
Pero una de las principales atracciones turísticas de Santos es el Museo Pelé. Se ubica en la zona renovada de Casaroes do Valongo, cercana a la ciudad portuaria. Fue inaugurado en 2014 y atrae a decenas de miles de turistas.
Muchos visitantes son como Gisela Claudia, de 65 años y que llegó en un crucero para pasar la Nochevieja en la ciudad.
“Es mi primera vez en Santos. Yo sólo vine en este crucero porque mi esposo quería visitar la ciudad de Pelé”, dijo Claudia.
“Por ahí anda perdido en el museo”, agregó en referencia a su marido. “Hay otras playas en este recorrido que son más bellas que ésta. Pero ninguna tiene esta historia del jugador más grande” del fútbol.
El museo muestra algunos recuerdos restantes de Pelé: zapatillas, trofeos, medallas, camisetas.
Santos se volvió un destino frecuentado desde Nochevieja, en especial entre los habitantes de Sao Paulo que son admiradores de sus equipos, playas y algunas islas privadas donde se hacen fiestas.
El estadio Vila Belmiro del club local, donde el lunes tendrá lugar el funeral de Pelé, continúa siendo una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.
La anterior ocasión que Santos volvió a llenar su estadio de 16.000 plazas fue entre 2009 y 2013, cuando el delantero Neymar jugaba para el conjunto.
Santos también fue el equipo de otros jugadores famosos, la mayoría salidos de su academia mucho después del retiro de Pelé.
La lista incluye a Rodrygo, Elano, Zé Roberto, Giovanni, Robinho, Diego y Gabriel Barbosa.
Se prevé que tras la muerte del astro deportivo muchos nombres cambien en Santos. El primero será el puerto, al que le cambiarán el nombre a puerto Rey Pelé por decisión del nuevo gobierno federal.
La arquitecta María Tereza Myre Dores, una de las amistades más cercanas de Pelé y vecina de él en los últimos años de su vida en la ciudad cercana de Guaruja, dijo que el club y la ciudad de Santos no volverán a ser lo mismo.
“Pelé era Santos. Él amaba a la ciudad, al club. Él los hizo mejores y les dio fama”, dijo Myre Dores.
“Todavía recuerdo las tardes que pasaba en su oficina firmando cartas y playeras para gente de todas partes. Una por una y regresándolas, incluso aquellas que sólo llegaban con tres palabras: Pelé, Santos, Brasil”, dijo la arquitecta. “Sin él, Santos es menos Santos”.