Pinales mantiene vivo el sueño del pugilismo dominicano al vencer al número uno del mundo
La parte más importante de cualquier deportista, según Cristian Pinales, es visualizarse. Una medalla, su próximo combate, el triunfo.
Este martes en la Arena París Norte, las visiones del púgil dominicano se volvieron mucho más claras.
El originario de La Romana libró el obstáculo más importante en su camino hacia el podio. No solo por ser el que tenía enfrente, sino por la relevancia de imponerse al número uno del escalafón mundial, el chino Tanglatihan Tuohetaerbieke, y está a un triunfo de colgarse una presea.
Pinales visitó la lona en el segundo asalto —"no de un golpe contundente"—, ni encontró dominio de tiempos o distancias, pero hizo lo suficiente en un combate poco vistoso. El resultado de 5-0 que lo llevó a cuartos de final en la categoría de los semipesados (80 kg) no es un reflejo de lo sucedido en el ring.
“Fue un combate bastante cerrado, es un peleador bastante fuerte, al igual que yo”, señaló el dominicano. “Teníamos el plan de combate, no fue tan perfecto, pero pudimos obtener la victoria, que es lo más importante”.
Ahora, Pinales está a un solo paso de convertirse en el tercer boxeador dominicano en subir al podio de una justa olímpica — los otros fueron Pedro Nolasco (bronce en 1984) y Félix Díaz (oro en 2008) La cita es el viernes cuando se mida en este mismo encordado al croata Gabrijel Veocic.
Un deseo cumplido que Pinales se negaba a admitir. Mientras hablaba con la prensa, Veocic se impuso 5-0 al jordano Hussein Iashaish, con quien el dominicano ha tenido varias sesiones de sparring y le habría supuesto un combate más complicado debido a la familiaridad.
“Prefiero alguien que no me conozca tanto”, reconoció. Y eso fue lo que obtuvo. Ahora, el podio olímpico se levanta sobre el horizonte.
“Ya me he visualizado, que es lo más importante del deportista, visualizarse con el objetivo”, una visión que se ha construido a lo largo de varios años y que hoy está más cerca que nunca. “En Tokio vi a mis compañeros y dije, ‘yo quiero estar allí’. Desde entonces vengo persiguiendo el sueño olímpico”.