Se desestima cargo en contra de Joe Mixon, de Bengals
El running back de los Bengals, Joe Mixon, ya no enfrenta un cargo menor de amenazas
El running back de los Bengals, Joe Mixon, ya no enfrenta un cargo menor según el cual amenazó y apuntó con un arma de fuego a una mujer en Cincinnati.
La orden para desestimar el caso en el tribunal municipal del Condado de Hamilton solamente indicó que la fiscalía de la ciudad lo solicitó “en interés de la justicia”.
El jueves se emitió una orden de arresto en contra de Mixon. La declaración jurada adjunta de un oficial de policía indicaba que el jugador de 26 años apuntó con un arma de fuego y le dijo a la víctima: “Deberían reventarte la cara. Debería dispararte, la policía (no puede) atraparme”.
Supuestamente, el altercado sucedió a unas cuadras del estadio de los Bengals el 21 de enero, un día antes de que Cincinnati derrotara a los Bills de Buffalo en la ronda divisional en los playoffs. Sin embargo, la declaración no incluyó más detalles sobre las circunstancias.
“Realmente siento que la policía tiene una obligación antes de presentar cargos, por el daño que puede haber en la reputación de una persona, de hacer su trabajo”, dijo el agente de Mixon, Peter Schaffer.
Una declaración de los Bengals indica que el equipo estaba investigando la situación y no iba a comentar sobre el cargo o su desestimación.
Mixon corrió para 814 yardas y siete anotaciones esta temporada, su sexta en la NFL. También logró 60 recepciones para 441 yardas, ambas cifras las más altas de su carrera, y consiguió dos touchdowns.
En 2021, estableció su marca personal con 1.205 yardas y 13 anotaciones para Cincinnati, en donde ha jugado durante toda su carrera.
Mixon fue seleccionado en la segunda ronda del draft por Oklahoma en 2017. Muchos equipos dijeron que se habían abstenido de reclutarlo debido a preocupaciones sobre su temperamento después de que golpeó a una estudiante de Oklahoma en el rostro en 2014.
Fue suspendido del equipo por un año y presentó una declaración de culpabilidad de Alford, en la que el acusado no admite culpabilidad, pero reconoce que hay pruebas suficientes para una condena. Recibió una sentencia diferida y le ordenaron realizar trabajo comunitario y recibir asesoría.