Steelers caen en una trampa que querían evitar, una visita a Cleveland que lucía fácil
Las líneas del campo no fueron lo único que se borró bajo la nevada que cubrió de blanco el Estadio Huntington Bank el jueves por la noche.
La mentalidad de “sólo buenas vibras”, que llevó a los Steelers de Pittsburgh a un nivel de juego sólido aunque no siempre espectacular, desapareció en una derrota por 24-19 ante los Browns de Cleveland, últimos de la División Norte de la Conferencia Americana.
Durante tres horas llenas de situaciones peculiares, todos los ingredientes de un clásico “juego trampa” que los Steelers (8-3) esperaban evitar crearon una receta conocida, la cual dejó un sabor de arrepentimiento y oportunidades perdidas.
Un poco de inmadurez del wide receiver George Pickens, quien se involucró en un duelo al estilo de las artes marciales mixtas con un defensivo rival... una vez más.
Una pizca de frustración del normalmente estoico defensive tackle Cam Heyward, quien se desahogó después al decir que le sujetaron en una jugada defensiva.
Una onza —bueno, varias onzas— de confusión del personal de entrenadores que pareció incapaz de decidir si aceptar un castigo tardío de los Browns y luego agravó todo dilapidando un tiempo fuera valioso, inmediatamente después, cuando la defensiva no se alineó correctamente.
Un toque de plan de juego curioso, que incluyó el uso del quarterback suplente Justin Fields en situaciones de alta presión, más notablemente en tercera y 6 con menos de 5 minutos para el final y con el partido aún para cualquiera. La jugada que funcionó maravillosamente en una victoria emotiva sobre Baltimore el domingo pasado, ahora resultó un caos.
Todo eso sumado desembocó en la quinta derrota de Pittsburgh en sus últimas siete visitas a Cleveland, desperdiciando la oportunidad de acercarse a su primer título de la División Norte de la AFC en cuatro años.
“Todavía nos queda mucho fútbol americano”, dijo el quarterback Russell Wilson. “Tenemos muchas oportunidades de responder de la manera correcta. Creo que todo lo que queremos sigue frente a nosotros”.
Sin embargo, un equipo que ha sido una de las mayores sorpresas de la liga no logró evitar un tropiezo y recordó de que, a pesar de todas las cosas buenas que ha hecho últimamente, los Steelers siguen siendo un trabajo inconcluso.
“Es muy desalentador”, dijo el linebacker externo T.J. Watt. “Necesitamos cerrar los encuentros y no pudimos hacerlo esta noche. Es terrible que no pudiéramos mantenernos, pero una derrota es una derrota”.
Qué funciona
Los pases largos de Wilson. Incluso entre los copos de nieve y las condiciones que se deterioraban rápidamente, Wilson no tuvo miedo de lanzar el balón. Promedió 12,9 yardas por recepción, incluyendo pases profundos a Pickens, Van Jefferson y Calvin Austin III, este último de 23 yardas a la zona de anotación que Austin atrapó para dar a los Steelers una ventaja en las postrimerías.
Si hay algo que Wilson ha demostrado durante sus primeros cinco duelos de inicio, es que la situación —sea el marcador, la jugada, el tiempo restante en el reloj o el clima— es irrelevante. Lanzará donde quiera cuando quiera, independientemente de las circunstancias.
Qué falta
Los números finales para la ofensiva —específicamente 368 yardas y 35 minutos de posesión— fueron buenos. Sin embargo, la prueba visual fue otra cosa.
La línea tuvo problemas para proteger a Wilson, permitiendo cuatro capturas, y generando empuje cuando importaba. Si se excluye una escapada de 30 yardas de Fields, Pittsburgh promedió menos de 3 yardas por acarreo.
Los Steelers tenían el balón menos de 5 minutos antes del final con el objetivo de conseguir dos o tres primeras oportunidades para cerrar la victoria. Pero Pittsburgh despejó después de acarreos mediocres y de un mal pase de Fields, y el momento del partido cambió por última vez.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.