Venezolana Anyelin Venegas finaliza 4ta en la halterofilia de 59 kg. y se conforma 'por ahora'

R. Len Felipe Girn
Jueves, 08 de agosto de 2024 12:55 EDT
VENEZUELA-VENEGAS
VENEZUELA-VENEGAS (AP)

La venezolana Anyelin Venegas tomó en las manos la barra con 134 kilogramos, dio un último suspiro e inició su movimiento de envión. El duro golpe de la barra contra la tarima tras su infructuoso intento fue el sonido de una sentencia de un cuarto lugar en la competencia de halterofilia de la categoría de los 59 kg de los Juegos Olímpicos.

Un cuarto lugar no le sabe a mucho. Aprendió hace mucho que el conformismo no lleva a ningún lado.

“Me sentiría súper feliz si fuera podio olímpico”, reconoció en un primer instante.

“Siempre queremos más. No hay que ser conformistas en esta vida, es una de las lecciones que siempre la vida me enseñó", añadió. "Si te conformas con poco siempre vas a ser pequeño. Siempre hay que aspirar a más”.

Sin embargo, la halterista de 25 años no se arrepiente de nada. Los 134 kilogramos en su tercer intento la habrían catapultado hasta el segundo lugar de una competencia en donde la china Luo Shifang tuvo que imponer un nuevo récord olímpico de 241 kilos totales, y respectivas marcas en arranque (107) y envión (134), para refrendar su oro.

Venegas levantó 128 kilos en su segundo intento de envión y, luego de finalizar sexta en arranque con 102 kilogramos, firmó una actuación de 230 que son suficientes para darle una nueva perspectiva a su desempeño del jueves en la Arena París Sur.

“Mi mejor marca oficial había sido 126, hoy la superamos y fuimos por muchísimo más”, dijo, la venezolana, quien se negó a poner como pretexto un corte sufrido hace dos meses que requirió ocho puntos de sutura en la mano derecha y le impedían un control total de la barra. “Me siento contenta, lo logré, logré estar en tarima olímpica. Es el sueño de todo atleta y hoy para mi se hizo realidad”.

El sueño no lo puede describir en palabras. Habla de una emoción al sentir el apoyo de gente de otros países y de retribuirlo en emociones al levantar la barra por encima de sus hombros. Habla de agradecimiento.

Ahora que probó las mieles de una justa olímpica, quiere todo el plato, aunque la espera será larga.

“Me conformo... por el momento”, señaló y pasó rápidamente la página. “A prepararme duro para los Ángeles, porque en Los Ángeles vamos a ser podio. Esa es una promesa".

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