¿Turismo por ‘true crime’? La casa en Nueva Jersey que inspiró la serie ‘The Watcher’ atrae varios visitantes
Tan solo un día después del estreno de la serie repleta de estrellas, ‘The Watcher’ llegó al primer lugar en Netflix el viernes
Los curiosos espectadores empezaron a llegar a Nueva Jersey el jueves para conducir por el domicilio 657 Boulevard en Westfield, la casa en la que se basó el nuevo drama de true crime de Netflix, The Watcher.
La serie, protagonizada por Bobby Cannavale, Mia Farrow y Naomi Watts, se estrenó en la mañana de ese día y cuenta una versión altamente ficticia de la pesadilla que sufrió la familia Broaddus, que compró la casa en 2014. Derek y María Broaddus y sus tres hijos pequeños pretendían mudarse a la casa, que compraron por US$1,35 millones.
Pero solo unos días después de cerrar el trato, Derek dice que la familia comenzó a recibir una serie de cartas espeluznantes firmadas como “The Watcher” [el vigilante], que incluían detalles como los nombres de sus hijos y fragmentos de conversaciones que solo podían saberse si alguien estaba demasiado cerca de la casa.
La familia Broaddus nunca se instaló en la casa.
El espeluznante caso fue narrado en 2018 por The Cut e incluyó la dirección de la casa. Desde entonces, la calle ve pasar a varios visitantes con frecuencia, similar a las personas que conducen por la casa de los horrores de Amityville, otra casa con estilo colonial holandés con una historia siniestra a solo 60 millas (96 km) al este en Long Island.
Pero hubo “muchos más” en Boulevard el jueves, indicó un vecino a The Independent, y eso fue solo el primer día del estreno de la serie.
The Watcher fue la serie número uno en Netflix el viernes.
El Departamento de Policía de Westfield y la alcaldesa Shelley Brindle no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios de The Independent.
Si bien la serie de Netflix se toma una enorme licencia creativa —inventó personajes, detalles, historias y, en realidad, la mayor parte de la trama— la historia real es escalofriante.
El primer sobre blanco que descubrió Derek en el buzón familiar estaba dirigido a “El nuevo propietario”.
“¿Cómo terminaste aquí?”, decía la carta. “¿Te llamó 657 Boulevard con su poder interior?”
El autor de la carta agregó que la casa “ha sido objeto de mi familia durante décadas y ahora que está por cumplir 110 años, me pusieron a cargo de observar y esperar su segunda venida. Mi abuelo vigilaba la casa en la década de 1920 y mi padre la vigilaba en la década de 1960. Llegó mi momento. ¿Conoces la historia de la casa? ¿Sabes lo que hay dentro de los muros del 657 Boulevard? ¿Por qué estás aquí? Voy a averiguar”.
En un total de tres cartas, los Broaddus afirman que el escritor mencionó detalles que aparentemente solo pudieron haber sido presenciados y escuchados en las proximidades de la casa.
“Veo que ya inundaron el 657 Boulevard con contratistas para que puedan destruir la casa como se suponía que debía ser”, escribió la persona. “Tsk, tsk, tsk… mala decisión. No querrás hacer que 657 Boulevard sea infeliz”.
El escritor agregó: “Tienes hijos. Los he visto. Hasta ahora creo que son tres los que he contado”, y amenazó con lo siguiente: “¿Necesitas llenar la casa con la sangre joven que te pedí? Mejor para mí. ¿Era tu antigua casa demasiado pequeña para la familia en crecimiento? ¿O fue codicia el traerme a tus hijos? Una vez que sepa sus nombres, los llamaré y los atraeré hacia mí”.
El escritor finalmente se refirió a los niños “por orden de nacimiento y por sus apodos”, incluso mencionó a uno de los niños en particular, informóThe Cut de la revista New York Magazine.
Derek Broaddus mencionó a la publicación que estuvo “deprimido” mientras él y su esposa intentaban averiguar qué hacer. Ella dijo que su objetivo principal era evitar poner a los niños “en peligro”.
Sin duda, esa fue una decisión difícil, dado el tono malévolo de la correspondencia.
“Han pasado años y años desde que la sangre joven gobernó los pasillos de la casa”, escribió el Vigilante. “¿Ya encontraste todos los secretos que guarda? ¿La sangre joven jugará en el sótano? ¿O tienen demasiado miedo de ir allí solos? Tendría mucho miedo si fuera ellos. Está lejos del resto de la casa. Si estuvieras arriba, nunca los escucharías gritar”.
“¿Dormirán en el ático? ¿O dormirán todos en el segundo piso? ¿Quién estará en las habitaciones que dan a la calle? Lo sabré en cuanto se muden. Me ayudará a saber quién está en qué dormitorio. Entonces puedo planificar mejor”.
“Todas las ventanas y puertas en 657 Boulevard me permiten observarte y vigilarte mientras te mueves por la casa. ¿Quién soy? Soy el Vigilante y he tenido el control de 657 Boulevard durante la mayor parte de las dos décadas. La familia Woods te la entregó. Era su momento de seguir adelante y amablemente la vendieron cuando se lo pedí”.
“Paso muchas veces al día. 657 Boulevard es mi trabajo, mi vida, mi obsesión. Y ahora ustedes también, familia Broaddus. ¡Bienvenidos al producto de su codicia! La avaricia es lo que trajo a las últimas tres familias al 657 Boulevard y ahora los ha traído a mí”.
La familia Broaddus preguntó a los dueños anteriores si también habían recibido ese tipo de cartas. Los Woods dijeron que recibieron solo una durante los 23 años que ocuparon la casa, y que llegó por correo justo antes de que se mudaran.
Los ocupantes que precedieron a la familia Woods también dijeron que no tuvieron problemas durante sus 28 años en el domicilio. Margaret Bakes Davis, quien creció en la casa, le dice a The Independent que todo el alboroto fue “un poco extraño, creo, en especial porque fue un momento maravilloso para mí, para nuestra familia… No hubo problemas”.
“Era como [la serie] Mayberry R.F.D. Era un hermoso lugar para crecer. Tuve una infancia maravillosa. No pasó nada cuando vivimos allí. Absolutamente nada”.
Sin embargo, todo eso cambió años después, durante la propiedad de los Broaddus. Los padres de tres contactaron a la policía y había varios sospechosos; la familia también contrató a su propio investigador y consultores. Pero el misterio nunca se resolvió y finalmente vendieron la casa con pérdidas en 2019.
La identidad de “The Watcher” sigue siendo desconocida hasta el día de hoy.