Lo que sabemos sobre la falsficación de boletos de Bad Bunny en México
La Procuraduría Federal del Consumidor ha recibido 1.600 solicitudes de reembolso de personas que no pudieron disfrutar del concierto del “Conejo Malo” en el Estadio Azteca
El pasado 9 de diciembre, miles de fanáticos del cantante puertorriqueño Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido artísticamente como Bad Bunny, no pudieron accesar a uno de sus conciertos celebrados en el Estadio Azteca, en la Ciudad de México. El motivo: sus boletos habían sido clonados o falsificados.
El recinto deportivo y de espectáculos con capacidad para más de 87.000 personas lució vacío en el área de la cancha. La compañía de ventas y de distribución de boletos, Ticketmaster, argumentó que en un acto sin precedentes, este era uno de los eventos con más boletos truquedos o apócrifos.
En un comunicado, Ticketmaster ofreció disculpa a los fans y anunció un reembolso a los adquirentes de boletos legítimos que no hayan podido acceder al concierto de Bad Bunny en su gira “World’s Hottest Tour”:
“Los inconvenientes en los accesos fueron consecuencia de la presentación de un número sin precedente de boletos falsos, lo que provocó una algomeración de personas fuera de lo normal y una operación intermitente de nuestro sistema. Lo anterior generó confusión y complicó la entrada al estadio, con la lamentable consecuencia de que algunos boletos legítimos les fuera negada la entrada”.
El pasado viernes por la noche, la SSC (Secretaría de Seguridad Ciudadana) de la Ciudad de México informó sobre la detención de 14 personas que, aparentemente, revendían entradas para el evento musical en el Estadio Azteca; fue así que se aseguraron 22 boletos supuestamente falsificados.
“Las detenciones ocurrieron en distintos hechos, en los cuales los uniformados detectaron a 14 personas quienes, de manera inusual, se acercaban a los asistentes al evento musical aparentemente para ofrecer boletos con costos distintos a los ofrecidos en las plataformas autorizadas para la venta”, dijo la SSC en su misiva.
Y agregó: “Por tal motivo, a las 14 personas, entre ellas dos mujeres y una menor de 17 años, se les informaron sus derechos de ley y fueron presentadas ante el Juez Cívico, quien determinará la sanción correspondiente”.
Debido a este hecho, la Profeco (Procuraduría General del Consumidor) informó que “además de la devolución del monto íntegro de los boletos, Ticketmaster deberá otorgar a los [más de 1.600] consumidores afectados una compensación no menor al 20% del precio pagado, en términos del artículo 92 Bis de la Ley Federal de Protección al Consumidor, el cual consagra ese derecho cuando la prestación de un servicio sea deficiente, no se preste o proporcione por causas imputables al proveedor”.
Para los siguientes conciertos, la Profeco instó a Ticketmaster a “tomar todas las medidas a su alcance para evitar afectaciones injustificadas a los asistentes que cuenten con boletos legítimos”.
Y agregó: “De manera adicional, la Profeco llevará a cabo su operativo especial de verificación y vigilancia, a fin de evitar que los derechos de los consumidores se vean afectados”.
En 2015, la Cofece (Comisión Federal de Competencia Económica) abrió una investigación en contra de Ticketmaster por “prácticas monopólicas”. Tres años después, en 2018, desistió de la investigación bajo la promesa de que la CIE (Comisión Interamericana de Entretenimiento) corregiría sus actividades comerciales, pero no cumplió.
Cabe mencionar que, en noviembre pasado, el sistema de Ticketmaster en EEUU provocó un colapso en la venta de boletos del concierto de la cantante estadounidense, Taylor Swift. Los usuarios demandaron errores en la compra, cargos no reconocidos y confirmaciones que nunca llegaron a pesar de que sí se procesó su pago.
En un comunicado de prensa, la compañía con sede en California aseguró que hubo una “demanda histórica y sin precedentes” ante las miles de entradas ya agotadas. “Gracias por su paciencia mientras continuamos gestionando esta gran demanda”, agregaron. La empresa reagendó la preventa, nuevamente con un sinfín de errores.