Cómo Bluey está cambiando la forma de hablar de los niños estadounidenses
Los padres estadounidenses informan que algunos niños obsesionados con Bluey han comenzado a hablar con acento australiano y a usar frases de Down Under, escribe Sheila Flynn
¿Sabes lo que es un “dunny”? ¿Qué hay de “brekky, amigo”?
Si eres un padre norteamericano, lo más probable es que al menos dos de esas palabras fueran extrañas para ti hace unos años, pero ahora son esenciales para el léxico familiar diario.
Y todo se reduce a un perro de dibujos animados.
La caricatura australiana Bluey irrumpió en las plataformas de Disney en 2019 y se volvió un éxito instantáneo entre adultos y niños por igual en toda América del Norte.
Ahora, los padres estadounidenses informan, divertidos, que sus hijos están utilizando frases australianas en conversaciones cotidianas, a menudo también con una inflexión australiana.
“Mi hija ha adoptado algunos términos; se refiere al desayuno (breakfast) como ‘brekky’”, cuenta la agente de bienes raíces de Massachusetts Jason Manganello a un programa matutino australiano. “He oído a otros padres decir que sus hijos cambian frecuentemente a hablar con un acento australiano”.
La mayoría de los niños en todo el mundo están acostumbrados a la programación extranjera, mucha de la cual es contenido que se filtra desde los EE.UU., pero el fenómeno de recibir programas de otros países es más reciente para América del Norte.
“En muchas culturas en todo el mundo, este tipo de exposición a dos o más lenguajes o dialectos es la norma más que la excepción, y los niños crecen entendiendo y produciendo ambos códigos de una forma bastante natural”, explica Bhuvana Narasimhan, directora del Laboratorio de Lenguaje, Desarrollo y Cognición en la Universidad de Colorado Boulder, a The Independent.
Ahora eso se está extendiendo a los espectadores jóvenes del otro lado del mundo. La patóloga del habla de Toronto Melissa James ha escuchado los efectos lingüísticos en su propia hija, de cinco años.
“Me di cuenta de que mi hija, que ve mucho Peppa Pig, empezó a decir palabras distintas que son comunes en el inglés británico que aparece en el programa de televisión”, menciona James a The Independent. “Por ejemplo, decía ‘Mummy’, con el sonido de una ‘u’ ... en vez de ‘mom’, como se diría en Norte América o Canadá.
“Y ella comenzó a decir otras frases de ese programa de una manera que sonaba como si tuviera acento británico, y fue realmente lindo y adorable.
“Sin embargo, como patóloga del habla, nunca me preocupó que siguiera teniendo acento británico, porque los acentos se adquieren con el tiempo y la cantidad de palabras que un niño escucha diariamente de mamá, de papá, del abuelo y la abuela, los hermanos y los maestros de la escuela y los amigos... el niño desarrollará un acento que es básicamente un promedio de lo que está escuchando, de lo que está rodeado”.
James dice que definitivamente ha escuchado a otros padres preocupados por los patrones cambiantes en el habla de sus hijos. Pero reitera que la querida familia de pastores ganaderos australianos no será suficiente para alterar los acentos de toda una generación de jóvenes televidentes.
“Con Bluey, tu hijo puede aprender un par de palabras que se pronuncian de una manera que suena como si hubiera un acento australiano”, indica James, directora de Toronto Speech Therapy. “Sin embargo ... con quien habla más tu hijo, ellos captan el acento de donde escuchan la mayoría de las palabras”.
Ella dice a los padres: “No se preocupen. Es solo una etapa pasajera. Nuevamente, el tiempo promedio que el niño escucha la palabra ‘mummy’ en este momento puede ser la mitad de Peppa Pig o la mitad de Bluey, pero a lo largo de sus años, eso [será superado por] el promedio y sonará más como un hablante local”.
Para el creador de Bluey, Joe Brumm, el fenómeno es divertido y un buen antídoto contra la americanización de la televisión en Australia y más allá.
“Todo lo que puedo hacer es disculparme”, dice en una entrevista con The Independent.
“Lo que ha sido bastante agradable es la audiencia estadounidense, en particular ... están disfrutando el pequeño rompecabezas de tratar de averiguar qué significan la mitad de las palabras.
“Creo que el público, y especialmente los niños, pueden disfrutar mucho de esos pequeños acertijos: descubrir que, claro, este mismo país de habla inglesa llama a estas cosas con una palabra diferente. Llaman a las ‘aceras’ ‘senderos’”.
“Crecimos teniendo que traducir programas estadounidenses y británicos, y los niños son inteligentes y lo hacen”.
James está de acuerdo con la adaptabilidad y la fluidez de los niños y agrega que las acrobacias lingüísticas ciertamente solo pueden contribuir a un desarrollo más completo.
“Como una especie de filosofía de crianza, creo que la exposición a otras culturas es buena, especialmente en esta época en la que la diversidad, la inclusión y la equidad son tan frecuentes”, considera James.
“Estamos tratando, como cultura y como sociedad, de aceptar las diferencias que no sean la cultura básica o mayoritaria.
“Así que pienso que la exposición de los niños pequeños a cualquier cultura diferente, incluida la cultura australiana, es algo hermoso”.