Reseña de ‘Harry & Meghan’: un documental íntimo, ególatra y muy entretenido
“¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Quién hace eso?” son solo algunas de las preguntas que te harás al ver la primera parte de su historia de amor
¿Está el documental de Netflix de Meghan y Harry a la altura de las expectativas? Bueno, en los primeros cinco minutos ya vimos a Meghan sin maquillaje, con el pelo envuelto en una toalla, llorando frente a la cámara de su teléfono, así que voy a decir que sí.
“¿Qué estamos haciendo?” la pareja se pregunta más de una vez, mientras reflexionan sobre sus acciones en este sueño febril ligeramente histérico de ensalzamiento propio. Dicen que quieren poder contar su historia, una historia que sienten que antes no podían contar, pero que ahora parecen contar profesionalmente para ganarse la vida. No hay grandes revelaciones aquí, nada tan escandaloso como para cancelar la coronación del rey Carlos el próximo año; de hecho, ciertas citas se están volviendo un poco trilladas. Los primeros tres episodios abarcan su noviazgo temprano hasta la víspera de su boda, y son una mezcla de montajes fotográficos de enfoque suave con bandas sonoras melodramáticas, ñoñerías y automitificación hueca. Pero debido a que la próxima semana se estrena la segunda parte que se enfoca en la boda y la espectacular salida posterior de la pareja del Reino Unido, todavía puede haber polémica en el camino. Un descargo de responsabilidad nos dice que todas las entrevistas se completaron en agosto de 2022, antes de la muerte de la reina Isabel II, pero tal vez fue una mención forzada en el último minuto.
El primer episodio relata cómo se conocieron y, en realidad, es bastante dulce cómo ambos parecen considerarlo como la cosa más extraordinaria que jamás haya sucedido. Hay una cantidad implacable de material íntimo: fotos y vídeos personales, mensajes de texto y correos electrónicos privados. Respeto totalmente el hecho de que la pareja, de la que se burlaron en otros lugares por ser aparentemente hipócritas con respecto a la privacidad, tenga el derecho a compartir estas cosas según sus propios términos. Pero, en serio, está bien, chicos. ¡Les creemos! ¡Están enamorados! ¡No hace falta que nos muestren más de sus mensajes de WhatsApp!
Cuando los entrevistan, parecen incapaces de hablar como la gente normal. “Es una gran historia de amor. Y lo más loco es que creo que apenas comienza”, dice Harry. “Asegúrate de dejar espacio para la magia en tus planes de verano”, Meghan dice que un compañero de reparto de Suits la aconsejó. Planeaba permanecer soltera, pero “luego llegó H. Vaya giro en la trama”. Ah, y en un momento, ella recita completamente de memoria y con total seriedad un poema que escribió cuando era niña sobre el dolor del divorcio de sus padres. Al principio, Meghan explica su frustración porque la gente en realidad no entiende quién es ella, pero hay algo muy rígido en el sentido de que está constantemente tratando de cuidar su imagen. En un momento aparentemente sincero en su jardín, ella suspira de manera airada y dice: “Ambos bebés están acostados. Es una linda noche. Estoy recogiendo unas rosas”.
Hay mucho material dinamita para alimentar la crítica de los detractores de los duques de Sussex. En ciertos puntos, es difícil saber si la pareja es ingenua o falsa. ¿Meghan realmente pensó que era “una broma” que tuvo que hacer una reverencia a la reina de Inglaterra? Puede que sea una solicitud desactualizada, pero seguramente no puede haber sido inesperada. “O sea, ¿qué es un paseo entre el público?”, pregunta ella de su primera aparición pública. También parecen tener una extraña necesidad patológica de documentar todos los aspectos de sus vidas. “Tenemos una foto de ese momento”, dice la amiga de Meghan sobre la conversación cuando se enteró de la relación real. Por supuesto que la tienen. Tienen una foto de todo. En uno de los muchos momentos que tuve que rebobinar con incredulidad, hay una grabación de Meghan susurrando por teléfono a su amiga justo antes de que Harry le proponga matrimonio. ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Quién hace eso?
Por su parte, Harry despotrica sobre algunas de sus causas preferidas, menosprecia a los corresponsales reales y declara “cualquiera puede ser un experto real”. (¿Por qué le falta al respeto a la santa patrona Tina Brown de esta manera?) Hay imágenes de William y Kate con voces de historiadores en off que dicen cosas como “tienen muy poca autonomía”. Hay otras críticas indirectas, como la sugerencia de Harry de que los miembros de la realeza a menudo se han casado con personas que “encajan en el molde, a diferencia de alguien con quien quizás estés destinado a estar”.
Pero, a veces, la pareja me parece entrañable; otras, profundamente simpática. Al enterarse de que la noticia de su relación estaba a punto de publicarse, la pareja decidió disfrutar de una última noche de libertad. ¿Cómo la usaron? Realizando una fiesta de Halloween con Eugenie. Ambos parecen llevar la carga de querer reivindicar a sus madres: Harry, después de haber visto a la princesa Diana asediada por la intrusión de la prensa, y Meghan, después de haber visto cómo le gritaban la n-word a su madre Doria. Y los puntos que se hacen sobre el racismo en Gran Bretaña y su historia del imperio, descritos elocuentemente por David Olusoga y Afua Hirsch, deben tomarse en serio. La alienación de la pareja parece haber surgido, en gran medida, del sentimiento de que la familia real no entendía o no hacía lo suficiente sobre las experiencias de racismo de Meghan. Es difícil pensar ahora que no se podría haber abordado mejor, sobre todo a la luz del reciente escándalo de Lady Hussey.
Lo que siempre se ha sentido más molesto sobre Megxit es la sensación de oportunidad perdida. Aquí, recordamos la emoción de que Meghan se haya unido a la familia, la esperanza de que el matrimonio de la pareja señale una Gran Bretaña más moderna e inclusiva. Todavía estamos lidiando con las consecuencias de temas conflictivos y divisivos como el Brexit, que se menciona directamente aquí. Y la pareja, a nivel personal, parece estar todavía envuelta en mucho dolor personal también. Es posible que a la familia real le resulte más difícil ver la segunda parte, pero sospecho que también profundizará la sensación de que Harry y Meghan quedaron presos de su propia narrativa.
Los primeros tres episodios de Harry & Meghan ya están disponibles para ver en Netflix.
Traducción de Michelle Padilla