¿Qué decía realmente el artículo de opinión de Amber Heard en ‘The Washington Post’?
La batalla judicial actual de Heard con su exmarido Johnny Depp se basa en un artículo de 2018 que escribió para un periódico estadounidense; esto es lo que decía
El jurado ha llegado a un veredicto en el juicio por difamación contra Johnny Depp y Amber Heard. El tribunal de Fairfax, Virginia, emitió una alerta el miércoles por la tarde anunciando que el veredicto se leerá en el tribunal a las 3 p. m. después de aproximadamente 12 horas de deliberación.
Johnny Depp demandó a su exesposa, Amber Heard, por US$50 millones alegando que ella lo difamó en un artículo de opinión para The Washington Post donde se describía a sí misma como víctima de abuso doméstico.
El caso judicial actual entre Johnny Depp y Amber Heard se centra en un artículo de opinión que Heard escribió en 2018 para The Washington Post, titulado: “I spoke up against sexual violence — and faced our culture’s wrath. That has to change” [“Me pronuncié en contra de la violencia sexual y enfrenté la ira de nuestra cultura... eso tiene que cambiar”].
Depp demandó a su exesposa Heard por supuesta difamación debido al artículo. Si bien no se mencionó a Depp, él afirma que las acusaciones del texto le dificultaron conseguir papeles en películas.
Pero, ¿qué decía realmente el artículo, que sigue en línea en The Washington Post ?
El texto comienza con una explicación de Heard sobre cómo estuvo “expuesta al maltrato a una edad muy temprana”.
“Sabía ciertas cosas desde el principio, sin que nadie me lo tuviera que decir. Sabía que los hombres tienen el poder, físico, social y financiero, y que muchas instituciones apoyan ese acuerdo”, escribió Heard. “Sabía esto mucho antes de tener las palabras para articularlo, y apuesto a que tú también lo aprendiste joven”.
Continuó diciendo que había sido “acosada y agredida sexualmente para cuando tenía edad universitaria”. Heard agregó que ella “guardó silencio” sobre estos incidentes. “No esperaba que presentar denuncias fuera a hacer justicia”, escribió. “Y no me vi a mí misma como una víctima”.
Sin embargo, Heard luego explicó que cambió su postura al respecto en 2016, cuando se convirtió en “una figura pública que representa el maltrato familiar, y sentí toda la fuerza de la ira de nuestra cultura contra las mujeres que alzan la voz”. Ese año, Heard participó en un anuncio de servicio público para el Proyecto #GirlGaze, en el que habló sobre su experiencia con la violencia familiar.
“Le pasa a muchas mujeres. Cuando sucede en tu casa, a puertas cerradas con alguien a quien amas, no es tan sencillo”, comentó Heard en el vídeo. “Si un extraño hiciera esto, sería obvio”.
También escribió un artículo para la revista Porter sobre violencia familiar ese mismo año.
En el artículo de TheWashington Post, Heard afirmó que sus amigos le habían dicho que asumir una postura tan pública significaba que no volvería a trabajar como actriz y que estaría en la lista negra. Heard alegó que esto resultó ser cierto, y que había sido sustituida en una película y despedida por una marca de moda global.
“Tuve la rara perspectiva para ver, en tiempo real, cómo las instituciones protegen a los hombres acusados de maltrato”, escribió.
“Imagina que un hombre poderoso es un barco, como el Titanic. Ese barco es una gran empresa. Cuando choca contra un iceberg, hay muchas personas a bordo desesperadas por reparar los agujeros, no porque crean en el barco ni porque les importe, sino porque su propio destino depende de la empresa”.
Luego, Heard escribió sobre el movimiento #MeToo, y aseguró que “estamos en un momento político transformador” y mencionó las acusaciones de conducta sexual inapropiada, incluidas las denuncias de agresión y acoso contra el expresidente estadounidense Trump, así como la importancia de combatir la agresión sexual en los campus universitarios.
En el párrafo final del artículo, Heard explicó que estaba escribiendo el artículo “como una mujer que tenía que cambiar mi número de teléfono cada semana porque recibía amenazas de muerte”.
“Durante meses, rara vez salía de mi apartamento y, cuando lo hacía, me perseguían drones con cámara y fotógrafos a pie, en motocicletas y en automóviles”, señaló. “Los medios sensacionalistas que publicaron fotos mías las hicieron girar en una luz negativa. Me sentí como si estuviera en un juicio en el tribunal de la opinión pública, y mi vida y mi sustento dependían de una miríada de juicios que escapaban a mi control”.
Concluyó diciendo: “Quiero asegurarme de que las mujeres que se atrevan a hablar sobre la violencia reciban más apoyo. Estamos eligiendo representantes que saben cuán profundamente nos preocupamos por estos temas. Podemos trabajar juntos para exigir cambios en las leyes, las reglas y las normas sociales, y corregir los desequilibrios que han dado forma a nuestras vidas”.