The Notorious B.I.G., Lady Gaga y Oasis: los 35 mejores álbumes debut de todos los tiempos
Estos discos sirven como declaraciones de intenciones y tienen el poder de cambiar o remodelar la industria, inspirar a otros músicos e impulsar una conversación esencial sobre nuestra comprensión de la música. Roisin O'Connor elige a los mejores
La gente a menudo habla sobre el síndrome del segundo álbum y las presiones que siguen a un gran primer disco. A menudo puede eclipsar la conversación sobre el debut en sí: “Álbum brillante... lástima del segundo”.
Pero si bien es cierto que muchos artistas han luchado por cumplir con las expectativas después de un comienzo triunfal, esto no debería restarle importancia a los logros obtenidos en esos primeros discos. Sirven como declaraciones de intenciones y tienen el poder de cambiar o remodelar la industria, inspirar a otros músicos e impulsar una conversación esencial sobre nuestra comprensión de la música.
Ya sea el rock en el muy publicitado álbum de 2001 de The Strokes, Is This It, o la destreza en el rap de Notorious BIG en Ready to Die, el nuevo género que se presentó al mundo a través de Homework de Daft Punk o Black Sabbath creando uno totalmente nuevo, los álbumes debut pueden llevar a un artista previamente desconocido a la fama mundial.
Aquí hay 35 de los mejores álbumes debut de todos los tiempos:
35) Arctic Monkeys —Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not (2006)
Una nueva ola de bandas británicas basadas en guitarras ya estaba siendo iniciada por grupos como The Libertines, Bloc Party y Franz Ferdinand, cuando los originarios de Sheffield, los Arctic Monkeys, llegaron a la escena. Pero su debut del 2006, desafiantemente titulado Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, es posiblemente el que más definió a una generación, a cargo de una banda que experimentaba el tipo de hype que no se veía desde el Definitely Maybe de Oasis. Las letras sardónicas y profundamente observacionales de Alex Turner en canciones como “Fake Tales of San Francisco” y “When the Sun Goes Down” hizo que los fans clamaran por estar en sus primeros conciertos. Fue un ejemplo temprano de cómo el poder del internet se apoderaría de la industria musical, pasando de ser una banda indie de MySpace desconocida, a lo más alto de las listas en menos de seis meses.
34) Los Beatles —Please Please Me (1963)
Please Please Me tiene un ritmo como pocas cosas lanzadas por The Beatles. Canciones como “Twist and Shout” y “I Saw Her Standing There” tienen una energía que refleja la vitalidad juvenil de la propia banda, que estaba ansiosa por seguir tras el sencillo número uno del que el álbum toma su nombre. Sus armonías son emocionantes de escuchar, y este es posiblemente el mejor álbum que captura el poder crudo de la banda.
33) Yeah Yeah Yeahs —Fever to Tell (2003)
En 2003, los Yeah Yeah Yeahs les mostraron el dedo medio a los detractores que se burlaban de que eran poco más que un montón de farsantes. Su álbum debut Fever to Tell es un disco furioso cargado de sarcasmo neoyorquino proporcionado por los impresionantes giros vocales de Karen O. Nick Zinner mantiene la urgencia con licks de guitarra poderosos, mientras que Brian Chase ofrece una percusión que hace temblar la tierra en canciones como “Date With the Night” y “Y Control”. Más que creadores de tendencias, los Yeah Yeah Yeahs fueron los cerebros detrás del álbum más soberbio de ese año.
32) Franz Ferdinand —Franz Ferdinand (2004)
Kanye West lo llamó “música crunk blanca”. La propia banda lo llamó “música para que las chicas bailen”. Y canciones como “This Fire” ciertamente subieron los ánimos con sus ganchos irresistibles y su energía disco, mientras su líder Alex Kapranos dio la vuelta a la mirada masculina con letras como “I can feel your lips undress my eyes”. Quince años después, “Take Me Out” todavía nos hace mover las caderas.
31) Oasis — Definitely Maybe (1994)
Blur versus Oasis es una batalla que los fanáticos de la música librarán durante las próximas décadas, pero cuando se trata de álbumes debut, Oasis emerge como los mejores. Definitely Maybe fue emocionante, agresivo y cargado de actitud: un Liam Gallagher de 22 años escupe y gruñe sobre las guitarras empapadas de reverb de “Cigarettes & Alcohol”, y se eleva en ese falsete de “Live Forever”. Entre los rockeros alternativos “demasiado cool” que rechazaron el brillo y el glamour de la fama, Oasis se afirmó como las estrellas definitivas del rock and roll.
30) Lady Gaga —The Fame (2008)
El álbum debut de Stefani Germanotta, The Fame, devolvió el pop maximalista a la vanguardia de la escena musical de finales de la primera década del milenio, en una industria que carecía desesperadamente de divas del pop. Lady Gaga ya sonaba famosa y actuó como famosa, pero eso no significa que su música no pudiera sostenerse por sí sola. Canciones como “Beautiful, Dirty, Rich” y “Just Dance” parecían transmitir el amor de Gaga por la fama y el hedonismo, al mismo tiempo que se mantenía supremamente consciente de su superficialidad. Para colmo, fue magistralmente producido y resplandeció con influencias dancepop y eurodisco suaves y pegajosas.
29) Kendrick Lamar — good kid, m.A.A.d City (2012)
Kendrick Lamar subtituló su disco debut “A Short Film by Kendrick Lamar” y, de hecho, se siente como si estuvieras viendo la película de sus primeros años; tal es la naturaleza autobiográfica de este disco. Kendrick rapea en tonos bajos y furtivos, interrumpido por mensajes de voz de su familia (su madre le suplica que le devuelva el auto) que refuerzan los temas familiares. Es la familia y la fe lo que mantiene a Lamar en las afueras de un mundo de violencia y pecado. Incluso en este punto tan temprano en su carrera, se escucha el virtuosismo y la aguda comprensión del ritmo: good kid, m.A.A.d City ahora se erige como un álbum clásico de un rapero que elige el poder de la narración en lugar de un remate barato.
28) Led Zeppelin — Led Zeppelin (1969)
No todos los grandes álbumes debut se definen por si el artista ha llegado a su “sonido” en la primera pista. Led Zeppelin todavía estaba tomando forma cuando lanzaron su debut homónimo, pero es esencial porque sentó las bases para lo que lograrían en la década siguiente. “Estábamos aprendiendo lo que más nos hacía disfrutar y lo que más hacía disfrutar a la gente”, declaró Robert Plant. Tenías las notas de blues y folk en “Babe I'm Gonna Leave You”, y el rock traqueteante de “Communication Breakdown”; los aullidos de Plant y la guitarra de Jimmy Page. Funcionó.
27) The Jesus and Mary Chain — Psychocandy (1985)
“Fue la basura que salía de la radio lo que nos hizo querer estar en una banda más que cualquier otra cosa”, afirmó Jim Reid a Rolling Stone en el 30 aniversario del álbum debut de la banda alt-rock escocesa, Psychocandy. “Porque fue como, ‘¿Por qué todo lo que escuchamos es tan horrible?’. Esa fue la principal fuerza impulsora: lo mal que estaban las cosas”. Psychocandy ciertamente no se parecía a nada que nadie más estuviera lanzando en ese momento. Inspirados por Velvet Underground y The Stooges, los hermanos Reid cargaron su debut con guitarras vibrantes y niveles de feedback que erizaban el pelo en sencillos como “You Trip Me Up” y “Never Understand”. Allanó el camino para innumerables bandas de shoegaze y alt-rock en las décadas siguientes.
26) Jeff Buckley — Grace (1994)
Grace es una obra maestra, y el único álbum con el que el perfeccionista Jeff Buckley estaba satisfecho antes de que se ahogara, a los 30 años, en un extraño accidente en Memphis en 1997. Aunque Grace había sido el único material que se había lanzado bajo su nombre (grabaciones en vivo, versiones y los demos se lanzaron póstumamente), habría sido suficiente para demostrar que era un talento raro y excepcional.
Su exquisita interpretación de “Hallelujah” de Leonard Cohen, su canto melismático en “Grace” y el silencio de iglesia de “Lover, You Should Come Over”: todo esto y más labraron un rico legado que asegura que la música de Buckley nunca se desvanecerá.
25) Eminem — The Slim Shady LP (1999)
El joven astuto, cínico y escandaloso que apareció en el debut de Eminem con un sello discográfico importante fue una bocanada de aire fresco, o tal vez más una bofetada en la cara, después de una serie de discos de hip hop conmovedores y conscientes. Por supuesto, la misoginia y la homofobia desenfrenadas que escupió su supuesto “personaje” Slim Shady causaron revuelo, independientemente de lo surrealistas que fueran los escenarios a los que se aplicaron. Podría decirse que lo que más se destaca en The Slim ShadyLP es la gran habilidad técnica y la habilidad lírica que pocos han podido igualar desde entonces.
24) The Who — My Generation (1965)
No solo sentó las bases para tantas bandas de punk, rock y heavy metal que le siguieron, sino que los ritmos maníacos y la cruda intensidad de sus baladas basadas en power-chords incluidas en My Generation impulsaron el rock and roll a nuevas alturas en 1965.
23) The Strokes — Is This It (2001)
“¡Salvadores del rock and roll!”, “¡La mejor banda de rock desde los Rolling Stones!”. Uno tiene que compadecerse de The Strokes, quienes lanzaron su álbum debut bajo la mayor ola de entusiasmo imaginable. Sin embargo, es difícil negar el impacto que Is This It tuvo en la música rock: los críticos han argumentado que Arctic Monkeys y Franz Ferdinand no habrían existido si no fuera por esta banda.
Evitaron los ritmos preprogramados y las voces con autotune en favor de un enfoque post-punk descarnado, y el resultado fue un álbum que revitalizó una industria musical tambaleante e inspiró a toda una generación de bandas.
22) Run-DMC — Run-DMC (1984)
La idea de un álbum de rap era prácticamente inconcebible hasta que Run-DMC lanzó su debut homónimo de larga duración en 1984. Cuando los incorporó al Salón de la Fama del Rock and Roll, Eminem los llamó “las primeras estrellas de cine del rap… ellos son Los Beatles”. Busta Rhymes proclamó: “Run-DMC no cambió la música, cambiaron todo”. Las pistas agresivas pero crudas del trío, como “Sucker MCS” y “Hard Times”, fueron un contraste dramático con el rap influenciado por el R&B de la época, un enfoque emulado por los propios raperos, que rechazaron los atuendos extravagantes en favor de los conjuntos deportivos y los tenis. Como señaló un artículo de aniversario en Billboard, “eran auténticos antes de que la autenticidad en el hip hop fuera siquiera una cosa”.
21) Roxy Music — Roxy Music (1972)
Los sintetizadores experimentales de Brian Eno se encontraron con el encanto romántico de la vieja escuela de Bryan Ferry en el álbum debut de la bizarra banda art-glam-rock Roxy Music. Hubo odas a Humphrey Bogart (”2HB”) y jams de cyber-rock (”Ladytron”), y canciones decoradas con ganchos que suenan espeluznantes y no estarían fuera de lugar en The Rocky Horror Show (el personaje de Riff Raff incluso parecía seguir el ejemplo de un Brian Eno calvo).
20) Jay-Z — Reasonable Doubt (1996)
Todavía considerado por muchos como su mejor álbum hasta la fecha, Reasonable Doubt afirmó a Jay-Z como un maestro del estilo libre, quizás el mejor de su generación, grabado en un estudio que comparó con el diván de un psiquiatra. En el corazón del disco hay un dueto feroz con Notorious BIG, “Brooklyn's Finest”, que prácticamente anunció el cambio de enfoque del hip hop de la costa oeste a la costa este.
19) Black Sabbath — Black Sabbath (1970)
Lester Bangs de Rolling Stone describió a Black Sabbath como “¡igual que Cream! Pero peor”, y su álbum debut como “una m****a, a pesar de los títulos turbios de las canciones y algunas letras estúpidas que suenan como Vanilla Fudge rindiendo homenaje a Aleister Crowley, el álbum no tiene nada que ver con el espiritismo, el ocultismo o cualquier otra cosa excepto rígidas repeticiones de clichés Cream”. The Village Voice tampoco estaba entusiasmado, y el crítico Robert Christgau lo condenó como “nigromancia de m****a”. Sin embargo, este es el álbum que inventó el heavy metal. Black Sabbath llegó listo para atraer a los fanáticos al lado oscuro con el grito penetrante y operístico de Ozzy Osbourne: “Mi nombre es Lucifer, por favor, toma mi mano”. Al diablo los críticos.
18) Sex Pistols — Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols (1977)
“El álbum durará. La funda puede que no”, decían los anuncios del primer y único álbum de estudio de los Sex Pistols en 1977. Los Sex Pistols ya eran controvertidos antes del lanzamiento de Never Mind the Bollocks , después de haber causado revuelo en todo el país por decir palabrotas en la televisión en vivo, haber sido despedidos de dos sellos discográficos, y habiendo sido expulsados de varios recintos en Inglaterra. Sin embargo, a pesar de que muchos minoristas importantes se negaron a venderlo, el álbum debutó en el número uno en las listas de álbumes del Reino Unido y hoy en día se considera uno de los álbumes punk más importantes en la historia de la música.
17) The Clash — The Clash (1977)
Joe Strummer era una bola de rabia y ambición cuando él y el resto de The Clash grabaron las pistas para su álbum debut. La mayor parte de la guitarra en este disco fue tocada por Mick Jones, porque Strummer no creía que la habilidad técnica fuera lo suficientemente punk. Sin embargo, su visión se derrumba en el ataque de furia de “Career Opportunities” y “White Riote”, levantando el puño contra el desempleo, el racismo y los peces gordos de la industria.
16) Guns N Roses — Appetite for Destruction (1987)
Appetite for Destruction de Guns N Roses fue lo más grande que le sucedió al rock duro desde Led Zeppelin IV . La guitarra de Slash y los salvajes aullidos animales de Axl Rose contribuyen a la energía bruta de canciones como “Paradise City” y marcaron un cambio radical del rock pesado comercializado que se reproducía en MTV en ese momento, defendiendo con orgullo una forma descarnada de hedonismo en su lugar. “Muchas bandas de rock son demasiado cobardes para tener algún sentimiento o emoción”, dijo Rose. No esta banda.
15) Daft Punk — Homework (1996)
Homework fue pensado originalmente como “solo un montón de singles”, hasta que Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo se dieron cuenta de que tenían suficientes pistas de calidad para un lanzamiento de larga duración.
Cada uno se abre con una especie de motivo sobre el que se construyen múltiples texturas y se extienden más alla: ganchos de guitarra sórdidos, gemidos de G-funk y sintetizadores brillantes. Es el álbum que alertó al resto del mundo sobre la escena de la música house francesa.
14) The Doors — The Doors (1967)
El sexo y la poesía van de la mano, especialmente si eres fanático de Jim Morrison. Si bien pocas bandas logran dividir la opinión crítica tanto como The Doors, el rock guiado por el órgano de su álbum debut somaba tan bien como los famosos pantalones de cuero de su líder. Aportaron teatralidad a la escena musical de los sesenta e inspiraron a una amplia gama de artistas, desde The Stranglers hasta Skrillex. El estilo pop barroco y las letras lujuriosas de “Light My Fire” demostraron ser un gran avance y ayudaron a impulsarlos al número dos en el Billboard 200 de EE.UU.
13) Kanye West — The College Dropout (2004)
Después de hacerse un nombre en The Blueprint de Jay-Z y de producir éxitos para Janet Jackson y Ludacris, Kanye West pasó cuatro años grabando The College Dropout . Su experiencia como productor fue obviamente beneficiosa para su propio debut, en un momento en el que se acusaba al sampleo de hip hop de ser demasiado seguro. Y subvirtió muchos otros clichés del hip hop, eludiendo la personalidad dominante de “gangsta” y en su lugar encontrando consuelo en la familia y la iglesia.
12) Pink Floyd — The Piper at the Gates of Dawn (1967)
El debut de Pink Floyd, The Piper at the Gates of Dawn , se erige como un clásico del rock psicodélico. Dirigido por un Syd Barrett que se desmoronaba, expulsado un año después del lanzamiento del álbum, muestra a la banda en su versión más juguetona, con varias pistas que se convertirán en elementos básicos de sus shows en vivo. Canciones como “Bike”, por su parte, demostraron que la banda no era reacia a un buen gancho pop junto con las guitarras ácidas y una producción nebulosa.
11) Lauryn Hill — The Miseducation of Lauryn Hill (1998)
Lauryn Hill elevó el estándar para todo un género con el inmenso e innovador disco The Miseducation of Lauryn Hill . Cambiando entre dos tonos, agudo y frío, sensual y vaporoso, la exmiembro de Fugees salió del statu quo misógino del rap y atrajo a una audiencia fuera del hip hop gracias a su fusión de soul, reggae y R&B, y el reclutamiento de gente como Mary J. Blige y D'Angelo. Su atractivo sónico tiene mucho que ver con la producción de baja fidelidad y la cálida instrumentación, a menudo compuesta por un bajo retumbante, tambores ajustados y armonías doo-wop. Pero las influencias del reggae de Hill son las que impulsan el espíritu del álbum: predicar el amor y la paz, pero también hablar en contra de la opresión injusta. Incluso hoy en día, es uno de los discos más edificantes e inspiradores que existen.
10) Dizzee Rascal — Boy in Da Corner (2003)
Es asombroso volver a escuchar a Boy in Da Corner y recordar que Dizzee Rascal solo tenía 18 años cuando lo lanzó. Progresando en la escena del garaje del Reino Unido como miembro del equipo Roll Deep del este de Londres, el MC, cuyo nombre original es Dylan Mills, supuestamente perfeccionó sus habilidades en la producción después de ser excluido de todas sus clases, además de la música. Si quieres saber qué tan adelantado estaba Dizzee, solo escucha la canción de apertura “Sittin' Here”. Si bien 2018 sufrió una avalancha de sencillos poco entusiastas que juegan con el sentido de nostalgia del oyente por tiempos más simples, 15 años antes Dizzee anhelaba la inocencia de la infancia debido a lo que estaba viendo en la actualidad: embarazos adolescentes, brutalidad policial, su amigos asesinados en las calles o perdidos por un estilo de vida de crimen y dinero. Boy in da Corner se basa en ritmos fríos e incómodamente inconexos, sintetizadores que emulan los juegos de arcade y sirenas de la policía, y el propio Dizzee cantando compases con su característico graznido agudo.
9) Beastie Boys — Licensed to Ill (1986)
El primer álbum número uno del hip hop fue un disco incendiario y que fue por todo y haría olas en la industria de la música en los años venideros. Pocos artistas lanzan algo tan asertivo como esto: una declaración de intenciones para el centro de Estados Unidos que exigía que lucharan por su derecho a la fiesta. Mike D, Ad-Rock y MCA, los Beastie Boys, dejarían atrás el humor de fraternidades y la actitud de “buen momento” de Licensed to Ill , pero es ese disco el que entregó rap con un telón de fondo de licks guitarra inspirados en Led Zeppelin y James Brown.
8) The Notorious BIG — Ready to Die (1994)
El rapero Notorious BIG, cuyo nombre real es Christopher Wallace, había estado participando en batallas de rap en Fulton Street, Brooklyn desde que tenía 13 años, pero solo a instancias de sus amigos abandonó una lucrativa operación de drogas y se dedicó a la música. . Vivir al filo de la navaja era todo lo que Biggie Smalls conocía cuando era niño, cuando “se despertaba todas las mañanas, con prisa, faltaba a la escuela, cuidándome de mis madres, la policía, los niños que robaban; simplemente arriesgaba mi vida todos los días en la calle vendiendo drogas”, le contó a Rolling Stone en 1995. Las cosas que presenció y experimentó se vertieron en Ready to Die , uno de los mejores álbumes debut del hip hop, con su característico estilo de voces guturales con ingenio y humor.
7) Ramones — Ramones (1976)
En menos de 30 minutos, el debut de Ramones inyecta su rabia, su desilusión y su frustración directamente en las venas del oyente.
Es un disco que desdeñó las posturas del rock de los setenta y eliminó todo el artificio hasta la médula, con canciones como “Beat on the Brat” y “Now I Wanna Sniff Some Glue”, demostrando ser tan hosco como la banda misma. “Nuestras primeras canciones surgieron de nuestros sentimientos reales de alienación, aislamiento, frustración, los sentimientos que todos sienten entre los diecisiete y los setenta y cinco”, comentó el cantante Joey Ramone. Hacer todo el disco costó solo US$6.000.
6) NWA — Straight Outta Compton (1988)
NWA reveló su sonido frío y amenazador en un disco debut que anunció el comienzo del gangsta rap y también lanzó las carreras de Dr. Dre, Eazy-E y Ice Cube. Este último dejó en claro que no se estaban posicionando como personas a las que admirar: “Do I look like a mother f***ing role model?”, reclama en “Gangsta Gangsta”. Su canción “F*** tha Police”, una canción de protesta contra el racismo y la brutalidad policial, los llevó a recibir una carta amenazante del FBI, lo que solo contribuyó a su creciente fama.
5) The Velvet Underground — The Velvet Underground & Nico (1967)
Apodado Banana Album por su famosa portada hecha por Andy Warhol, The Velvet Underground & Nico es una prueba de lo que una banda puede hacer cuando no tiene miedo. Con Nico, la hermosa vocalista alemana añadida a la banda a pedido de Warhol, tenemos este equilibrio exquisito de feminidad fresca y machismo ardiente. El sexo y el hedonismo están por todas partes en este disco, desde “Venus in Furs” hasta “Run Run Run”, pero no es tanto glamour como glam rock: historias descarnadas de adicción a las drogas y deseo puro. Al hablar de sus cifras de ventas inicialmente bajas, Brian Eno observó que, sin embargo, “todos los que compraron una de esas 30.000 copias comenzaron una banda”. David Bowie lo llamó “el futuro de la música”, y 52 años después, todavía se siente así.
4) Jimmy Hendrix Experience — Are You Experienced? (1967)
Un virtual desconocido para los fanáticos del rock solo un año antes, Jimi Hendrix usó Are You Experienced para afirmarse como un genio de la guitarra que podía combinar pop, blues, rock, R&B, funk y psicodelia de una manera que ningún otro artista había hecho antes. Eso es incluso sin las contribuciones esenciales del baterista Mitch Mitchell y el bajista Noel Redding, quienes le dieron a Are You Experienced el puente rítmico entre el jazz y el rock. Pocas aperturas de álbumes son tan exquisitas como “Purple Haze”. Pocas canciones son tan gratificantes, tan sexys como el pavoneo de “Foxy Lady”. Y pocas canciones se acercan a la dicha existencial que provoca “The Wind Cries Mary”. El ataque de Hendrix sobre la guitarra contrastaba con los virtuosos más refinados del rock de la época; sin embargo, es a su ferocidad cruda a lo queseguimos regresando. Pocos debuts han cambiado el rumbo de la música rock como lo hizo Hendrix con el suyo.
3) Patti Smith — Horses (1975)
“Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos”, dicen las inmortales palabras iniciales del álbum debut de Patti Smith, Horses. Hay una anticipación embriagadora cuando canta la letra en un murmullo bajo y seductor, antes de cambiar a la arrogancia cuando la línea de guitarra eléctrica entra en acción. Fue un movimiento audaz, abrir su álbum debut con una reinvención de la canción de otra persona (en este caso, “Gloria” de Van Morrison), pero Smith no se parecía a nada que el mundo de la música hubiera visto antes. Era una poeta que quería capturar el genio literario de su ídolo Arthur Rimbaud y canalizarlo a través de la pasión cruda de un artista como Jimi Hendrix. “Era como un gato salvaje, caminando con esa chaqueta colgada del hombro”, recordó una vez Thurston Moore de Sonic Youth al verla tocar el álbum en vivo en 1976. “Fue algo que me cambió la vida”.
2) Nas — Illmatic (1994)
¿Qué tan bueno puede ser el rap? Así de bueno. Hay discos donde el mito puede trascender la música; no en Illmatic , donde el mismo Nas saltó en las filas de los mejores MCs en 1994, con un álbum que innumerables artistas desde entonces han intentado emular, sin éxito. Reclutar a los productores más populares del momento (Pete Rock, DJ Premier, Q-Tip, LES y Large Professor) fue un a decisión a la que Complex culpó de “arruinar el hip hop”, aunque aplaudía el disco de Nas, porque tuvo un impacto duradero en el uso de múltiples productores en álbumes de rap. Nas usó los sonidos de las calles densamente populadas de Nueva York en las que creció. Escuchamos el traqueteo del tren de acero que abre el disco, junto con la cinta de cassette silbando el verso de un Nasty Nas adolescente en la canción de Main Source de 1991 “Live at the BBQ”: “When I was 12, I went to hell for snuffing Jesus”.
1) Joy Division — Unknown Pleasures (1979)
Unknown Pleasures es diferente a cualquier álbum que se haya creado antes, o de hecho a cualquier álbum desde entonces. Su misterio lo hace tan cautivador como muchas grandes obras de la literatura; de hecho, nuestro crítico Chris Harvey dijo que la fuerza espiritual que emana de los ritmos de los discos de Joy Division lo hace sentir “casi dostoievskiano”. Las líneas de bajo de Peter Hook giran y vibran salvajemente bajo los murmullos oscuros de Ian Curtis que son a la vez urgentes, distantes y extrañamente asexuados. En “She's Lost Control” es como si estuvieras escuchando a la banda tocar desde el final de un túnel oscuro: los ecos de la voz de Curtis y los siniestros estruendos de ese bajo suben y suben. En el momento en que llegas a esas notas finales y escalofriantes en “I Remember Nothing”, no se siente como una exageración llamar a esto un disco que cambia la vida.