Shakira tumbó el cliché de “mujer despechada”… y nos ayudó al olvidar el asunto de los impuestos
Ahora que la cantante de ‘Hips Don’t Lie’ recibió el premio inaugural a “Mujer del año” de ‘Mujeres Latinas en la Música’ de Billboard de este fin de semana pasado, Eloise Hendy celebra a una estrella que, en medio de una separación de alto perfil del futbolista Gerard Piqué y una posible estadía en la cárcel, ha dominado el arte de la transformación de imagen
Durante la mayor parte de este milenio, Shakira Isabel Mebarak Ripoll ha sido famosa por tres cosas: su melena, sus caderas que no mienten y, por supuesto, su voz (que cambia de registro tan rápido que lo han comparado con cantar a la tirolesa). Y ahora, con más de 30 años de carrera, la “reina de la música latina” puede agregar algunas cosas más a la lista: mermelada de fresa, recibir el premio “Mujer del año” en la gala inaugural de ‘Mujeres Latinas en la Música’ de Billboard este fin de semana, ¡y una supuesta evasión de impuestos!
Shakira ha tenido un año activísimo. En septiembre pasado, un juez en España dictaminó que debe ser juzgada por acusaciones de fraude fiscal. Se tomó la decisión después de que fuera nombrada en los Paradise Papers en 2017, y luego las autoridades españolas investigaran sus finanzas. El gobierno español finalmente acusó a Shakira de defraudar al país por €14,5 millones en impuestos entre 2012 y 2014. El equipo de defensa de Shakira presentó una apelación para intentar detener el juicio, pero perdieron. Si hubieran aceptado la declaración de culpabilidad y pagado el dinero, la fiscalía habría reducido la sentencia de prisión que pedía, pero eso habría sido esencialmente una admisión de culpabilidad. En cambio, Shakira y su defensa decidieron intentar probar su inocencia, por lo que el fiscal pidió al juez una pena de ocho años de prisión por seis presuntos delitos de fraude fiscal. Titulares y tuiteros de todo el mundo hicieron la misma pregunta: espera, ¿Shakira irá a la cárcel?
Si una pena de cárcel pendiendo sobre su cabeza no fuera suficiente para soportar (todavía no se define la fecha del juicio), Shakira también estuvo envuelta el año pasado en una complicada separación de su pareja de 11 años y el padre de sus hijos, la exestrella del FC Barcelona, Gerard Piqué. Durante el verano y el otoño, mientras los tabloides alternaban entre historias sobre la ruptura de la relación de Shakira y sus problemas legales, parecía que oficialmente podría haber entrado en una mala racha. Sus ventas de discos no se acercaban a las de principios de los 2000, cuando temas como ‘Suerte’ y ‘Underneath Your Clothes’ encabezaron las listas internacionales, y ahora estaba soltera y en espera de un juicio. Parecía que Shakira estaba cada vez más cerca, de manera prematura, a la última etapa de la fama en la que tantas otras estrellas terminan siendo tragadas, cuando la fiebre del oro acaba, el auge económico se convierte en un desastre financiero y el romance se transforma en acritud.
Luego, una historia particularmente pegajosa sobre un frasco de mermelada de fresa cambió la reputación de Shakira en Internet de “posible delincuente” a “detective extraordinaria” prácticamente de la noche a la mañana. La historia de la mermelada parecía haberse originado en diciembre de 2022 en un medio llamado Show News Today, que escribió que un programa de televisión español había afirmado que Shakira regresó de un viaje y descubrió que alguien se había comido su mermelada de fresa. Hasta ahora, muy banal, pero según el medio de noticias del mundo del espectáculo, se sabía que Gerard Piqué despreciaba la mermelada y, al parecer, sus hijos también. Y así, por un proceso de eliminación, Shakira llegó a la conclusión de que Piqué se estaba poniendo juguetón con una dama golosa a sus espaldas, una mujer a la que ahora había atrapado, ejem, con las manos en la masa. Y quién lo iba a decir, no mucho después de que se anunciara al público la separación de Shakira y Piqué, el futbolista retirado también hizo público su nueva relación con Clara Chía Martí, de la manera más moderna: con una foto en Instagram. En la foto que Piqué compartió en enero, se acurruca en los mechones de la joven de 24 años, quien, según señalaron rápidamente los comentaristas, tenía un parecido sorprendente con su ex, ganadora de multiplatino.
La historia de la mermelada puede haber sido demasiado buena para ser verdad, pero trascendió: la gente rápidamente declaró que las caderas de Shakira no mienten, pero el padre de sus hijos sí. Peor aún, parecía que había cambiado a la reina de la música latina por una modelo más joven. Y así Shakira asumió un nuevo rol: la mujer despechada.
Como un tropo de larga data con matices claramente misóginos, según la tradición, la “mujer despechada” es todo lo opuesto a un “símbolo sexual”. No significa que la mujer despechada no sea sexy; de hecho, a menudo la sexualizan bastante. Sin embargo, la característica crucial es que es amenazante. El símbolo sexual es atractivo; la mujer despechada está enojada. El símbolo sexual satisface la mirada masculina; la mujer despechada la aterroriza. En su esencia, el tropo de las mujeres despechadas se basa en la idea de que las mujeres son atractivas o desquiciadas, y la línea entre las dos es borrosa y depende totalmente de que su pareja les sea fiel. Solo piensa en Glenn Close al comienzo de Fatal Attraction y compárala con la escena en la que hierve conejos. ¡Cuidado, muchachos, si la abandonan, se volverá loca!
Después del lío legendario con la mermelada, parecía que Shakira podría echarse un clavado de cabeza en este tropo y su furia esencial que asusta a los hombres. Mientras Piqué se acurrucaba con una mujer de la mitad de su edad, Shakira supuestamente colocó en su balcón una “bruja de juguete de tamaño real” que señalaba con sus esqueléticas manos hacia la casa cercana de su exsuegra. En el día de San Valentín, publicó un TikTok cantando junto a SZA la canción ‘Kill Bill’: “I might kill my ex, not the best idea/ His new girlfriend’s next, how’d I get here?/ I might kill my ex, I still love him though/ Rather be in jail than alone” (Podría matar a mi ex, no sería lo mejor/ Sigue su nuevo amor, ¿cómo llegué aquí?/ Podría matar a mi ex, aunque aún lo amo/ Mejor la cárcel que quedarme sola). Sin embargo, los medios tendrían que ser completamente ciegos para no ver el lado irónico del vídeo. Todo es una actuación, parecía estar declarando Shakira. Estoy enojada, sin duda, pero no voy a dejar que mi ira me rompa. Porque ese es uno de los problemas con el tropo de la mujer despechada: por lo general, todo se usa en tu contra. Ella es la que está destruida por sus emociones, o la que acaba muerta en la bañera. Ese no es lugar para una princesa del pop.
En lugar de obsesionarse o emprender una ola de asesinatos, Shakira parece haber optado por el humor y el viejo truco de mostrarle a tu ex mierd*ro lo tonto que fue dejándote ir. Incluso hubo una canción de despecho. En colaboración con el DJ argentino Bizarrap, Shakira lanzó ‘Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol 53’, una canción que se mete debajo de la piel del tropo de la mujer despechada para darle la vuelta. “Me dejaste de vecina a la suegra”, Shakira canta. “Con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda/ Te creíste que me heriste y me volviste más dura/ Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.
En referencia a su éxito de 2009 ‘Loba’, que grabó el año antes de conocer a Piqué, Shakira continúa: “Sorry, baby, hace rato/ Que yo debí botar ese gato/ Una loba como yo no está pa’ novato/ Una loba como yo no está pa’ tipos como tú’”. Luego, en quizás el mejor conjunto de letras de este año, sin duda el más salvaje, en todo caso, Shakira proclama: “Yo valgo por dos de 22/ Cambiaste un Ferrari por un Twingo/ Cambiaste un Rolex por un Casio”. Incluso se mofa de las capacidades mentales de su ex obsesionado con el gimnasio, antes de pronunciar las palabras inmortales: “Cero rencor, bebé, yo te deseo que/ Te vaya bien con mi supuesto reemplazo”. Ay. Cuando le preguntaron a Piqué en la emisora de radio RAC1 de Barcelona si había escuchado la canción, respondió simplemente: “Sí, obviamente. No quiero hablar de eso”. ¡Le sonaba a música celestial a la mujer despechada!
Como todas las superestrellas, celebridades y diosas, Shakira siempre ha sido más un símbolo que un ser humano. Ella es un ícono, después de todo, y el papel del ícono es servir como medio: ayudan a los simples mortales a canalizar sistemas de creencias y fantasías complejas. Y ahora, a través de Shakira, la gente puede vivir la máxima fantasía de venganza. Y no la versión popularizada por los éxitos de taquilla de Hollywood, en la que la víctima caza a los victimarios, causando estragos violentos a su paso (aunque las letras de Shakira claramente surgen de la ira y dicen explícitamente que tienen como objetivo que Piqué se “mortifique”). Más bien, esta es la fantasía de venganza donde aquella persona traicionada y humillada se levantará de nuevo, más fuerte y más poderosa que antes. En este sentido, Shakira es realmente la santa patrona de las mujeres despechadas en todas partes, trascendiendo y volcando el tropo para dar a las “p*rras locas” en todas partes una dosis largamente esperada de gratificación. “Yo me basto a mí misma”, dijo en una entrevista en el programa mexicano En Punto con Enrique Acevedo, “y creo que cuando una mujer tiene que enfrentar los embates de la vida, sale fortalecida. Aprendiste a ver tus propias debilidades, a aceptar tu vulnerabilidad y a expresar el dolor que se siente”.
Lo que nos lleva a este fin de semana, en el que Shakira se fue a casa con el premio “Mujer latina del año”. Mientras tanto, según los informes, Piqué solicitó una reducción en el tiempo que se le ha asignado para pasar con sus hijos, de 10 días a “cinco o seis días al mes”. A veces, la fantasía y la realidad se superponen. Y si Shakira va a la cárcel, tal vez el mundo obtenga otro temazo como el de Bizarrap… incluso si tarda alrededor de ocho años en volver al estudio.
Traducción de Michelle Padilla