‘Midnights’: el álbum más oscuro y críptico de Taylor Swift
Las sutiles melodías de Midnights tardan en clavarte las garras. Pero el sigilo vocal felino de Swift y su hábil control lírico cautivan la imaginación
Bien, Swifties. Te gustaron las ficciones de cuento de hadas y el alarde de reivindicación indie de los pandémicos discos de alt-folk de Taylor Swift. Pero anhelas la intimidad que sentías cuando ella hacía esas canciones confesionales, ¿no es así? Pues se acabó la espera. Cuando escuches Midnights te hará sentir como si durmieras en su casa mientras derrama secretos y arregla cuentas toda la noche. Sobre una serie de turbios ritmos electrónicos (en su mayoría coescritos con Jack Antonoff), la estrella del pop revela sus sueños más oscuros, sus dudas más íntimas y sus pensamientos más crueles. Logra todo con el suficiente grado de misterio como para mantener la tensión y la especulación.
Sin embargo, ya puso fin a las especulaciones sobre la primera canción, ‘Lavender Haze’. Los fans de ‘Gaylor’, que se han aferrado (de forma bastante tenaz) a una lectura queer de Swift, esperaban que la canción fuera un tema de salida del armario debido a la larga asociación del color con la cultura gay. Pero en una publicación de Instagram, Swift explicó que había encontrado la frase cuando estaba viendo Mad Men y descubrió que se trataba de una jerga vintage para referirse a un resplandor de amor. Contra el palpitar de un bajo de sintetizador, parece abordar la obsesión misógina de los medios de comunicación sobre si se casa o no con el novio actor Joe Alwyn, con quien está establecida desde 2016. “All they keep asking me / Is if I’m gonna be your bride / The only kinda girl they see / Is a one night or a bride” (Todo lo que me preguntan / Es si voy a ser tu novia / El único tipo de chica que ven / Aventura de una noche o una novia), señala (Puedes sentir su hartazgo). Pero a medida que las capas vocales aumentan, ella se deshace de los juicios sin esfuerzo alguno: “Talk your talk and go viral / I just need this love to spiral” (Habla y hazte viral / A mí me importa este amor en espiral).
La textura más lenta y sucia de ‘Maroon’ es una inmersión en una relación pasada (hagan sus apuestas). Al describir el romance, Swift canta sobre su decadencia, al referirse desde el color rosa de un vino barato hasta el “óxido que creció entre los teléfonos”.
Está en su mejor forma de narración autocrítica en la excelente ‘Anti-Hero’, en la cual burbujea una profusión de letras magistrales por el zumbido de los efectos de la distorsión. Desenmascara la complejidad de su estrellato con imágenes surrealistas. “Sometimes I feel like everyone is a sexy baby / And I’m the monster on the hill / Too big to hang out / Slowly lurching towards your city / Pierced through the heart but never killed” (A veces siento que todo el mundo es un bebé sexy / Y yo soy el monstruo de la colina / Demasiado grande para pasar el rato / Avanzando lentamente hacia tu ciudad / Atravesada por el corazón pero nunca muerta). También se burla de sus actos de bondad pública “Did you hear my covert narcissism / I disguise as altruism / Like some kind of congressman?” (¿Te enteraste de mi narcisismo encubierto / que disfrazo de altruismo / como si fuera congresista?).
La cosa se pone más graciosa cuando la cantante, cuya fortuna se estima en unos US$500 millones, suelta palabrotas: “I have this dream my daughter-in-law kills me for the money / She thinks I left them in the will / The family gathers round and reads it / And then someone screams out ‘She’s laughing up at us from hell!’” (Tengo un sueño en el que mi nuera me mata por el dinero / Cree que se lo dejé en el testamento / La familia se reúne y lo lee / Y entonces alguien grita ‘¡Se está riendo de nosotros desde el infierno!’). Swift vuelve a ser “amable” en la canción más pop de ‘Bejeweled’, en la que advierte a un chico de que tiene la capacidad de iluminar las habitaciones (y a todos los chicos de la banda) si no le presta más atención.
‘You’re on Your Own, Kid’ se adentra en una melodía de guitarra pegajosa y bonita - salpicada de bonitos tonos que recuerdan su pop inicial - mientras Swift recuerda los días en que cantaba sus canciones en el estacionamiento. Los versos sobre el hambre de su cuerpo, esperando el beso perfecto, son un guiño a sus sueños adolescentes de Romeo y Julieta. Esta dulzura se equilibra con las distorsiones vocales y los bandazos rítmicos de ‘Midnight Rain’, en la que Swift se deleita en su papel de rompecorazones. Para cuando llega al rap noir ‘Vigilante S**’, se deleita con su yo sombrío, y arremete contra un amante infiel. “I don’t dress for women / I don’t dress for men” (No me visto para las mujeres, no me visto para los hombres), dice su ronroneo depredador. “Lately, I’ve been dressing for revenge” (Últimamente, me visto para la venganza). Como siempre, Swift deja caer el suficiente detalle cinematográfico para conjurar una escena: un sobre entregado a una esposa que ahora conduce el Benz de su ex. Y hay un juego de palabras elegante y agudo sobre el tipo que estaba “doing lines/ and crossing all of mine” (echándose una línea / y cruzaba todas las mías). La vibración baja del sintetizador se ve acechada por el traqueteo de los agudos de una caja. El efecto es el de una mujer con tacones de aguja a la caza de una sombra.
El tema ‘Karma’, que ha provocado una conmoción en Internet, despertó cierta expectación. Muchos pensaron que abordaría su disputa con Kanye West, y que podría haber sido tomada de un álbum perdido durante ese tiempo. Sin embargo, los insultos a un “chico araña, rey de los ladrones” que agita una “red de opacidad” sugieren que se trata de su ex, la estrella de Spider-Man Jake Gyllenhaal (quien terminó con ella por mensaje de texto, y le rompió el corazón e inspiró el álbum Red, que volvió a grabar hace poco). El álbum termina con “Mastermind”, cuyo tema parece ser de nuevo Alwyn, e incluye una confesión de que, como “todas las mujeres sabias”, diseñó algunos aspectos de su romance. “Solo soy críptica y maquiavélica porque me importa...”. Ja.
Las sutiles melodías de Midnights tardan en clavarte las garras. Pero el sigilo vocal felino de Swift y su hábil control lírico cautiva la imaginación. Apaga las luces y deja que estas canciones merodeen a tu alrededor. Eso sí, no esperes que sus significados se asienten en tu regazo con demasiada facilidad. Swift es siempre tan esquiva como alusiva.