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¿Por qué ‘Dogma’, la polémica comedia católica de Kevin Smith, sigue siendo un clásico 25 años después?

Grupos religiosos protestaron en el estreno. Su director, Kevin Smith, recibió miles de cartas de odio. No es tan fácil de encontrar hoy en día. Pero 25 años después de su estreno, la comedia de 1999, protagonizada por Ben Affleck, Matt Damon y Alan Rickman, sigue siendo tremendamente divertida y con una sutileza que te invita a reflexionar, escribe Kevin E G Perry

Miércoles, 13 de noviembre de 2024 14:22 EST
Catecismo impregnado de cultura pop: Linda Fiorentino, Matt Damon, Ben Affleck y Chris Rock en el póster de ‘Dogma’
Catecismo impregnado de cultura pop: Linda Fiorentino, Matt Damon, Ben Affleck y Chris Rock en el póster de ‘Dogma’ (Miramax/Kobal/Shutterstock)

Hace un cuarto de siglo, parecía que nadie estaba contento con Dogma. La subversiva comedia de Kevin Smith sobre una pareja de ángeles caídos en desgracia (interpretados por Ben Affleck y Matt Damon) fue recibida con protestas hostiles poco después de su estreno en el Festival de Cannes. El guionista y director Smith, en la cima tras su comedia romántica de 1997 Mi pareja equivocada, recibió 300.000 cartas de odio, incluidas varias “amenazas de muerte de buena fe”. La Liga Católica, un grupo religioso de campaña, organizó protestas frente a los cines. Los críticos tampoco se quedaron callados; de hecho, Gilbert Adair, de The Independent, fue uno de los que crucificaron la película. “Nada, absolutamente nada, ni una sola idea, ni un plano, ni un movimiento de cámara, ni una actuación, ni un gesto, ni un chiste, nada de nada, repito, funciona en esta película”, se mofó.

Algunos de nosotros, sin embargo, no nos cansamos de la película, que celebra su 25 aniversario el 12 de noviembre. Yo era un adolescente que asistía a la escuela dominical cuando me topé por primera vez con Dogma en la televisión nocturna, y me enganché desde el momento en que la afligida consejera abortista Bethany, interpretada por Linda Fiorentino, atacó con un extintor a Metatron, la llameante voz de Dios, interpretado por Alan Rickman. Se le apareció en el dormitorio para reclutarla en una misión para impedir que Bartleby y Loki, los ángeles caídos de Affleck y Damon, llegaran a una iglesia de Nueva Jersey. Allí pretendían utilizar una laguna doctrinal conocida como “indulgencia plenaria” para deshacerse de todos sus pecados y colarse de nuevo en el cielo. Lo que ignoran es que, al hacerlo, refutarían el concepto fundamental de la omnipotencia de Dios y aniquilarían inmediatamente toda la existencia.

Fue una indulgencia plenaria de la vida real lo que sembró la idea de Dogma en la mente aún púber de Smith. Cuando solo tenía 11 años, la iglesia de su parroquia celebraba su centenario y fue cierto que recibió, como se muestra en la película, una dispensa especial del Papa que decretaba que a cualquiera que entrara por la puerta principal de la iglesia se le borrarían todos los pecados. “Podrías pensar que esto no significaría mucho para un niño de 11 años, porque ¿de cuánto pecado podría estar manchado?”, escribió Smith en un ensayo en 2000. “Pero crecer en una escuela católica puede hacer que un niño sienta que los pecados veniales (las pequeñas transgresiones como las mentiras piadosas y los sentimientos hirientes expresados a espaldas de tus padres) son tu boleto de entrada al infierno”.

Armado con el argumento de una laguna doctrinal que elimina el pecado, Smith comenzó a desarrollar el guion de una película que al principio llamó simplemente Dios, mientras seguía trabajando en su debut, Dependientes (1994). Fue esa película independiente de bajo presupuesto la que llamó la atención de Harvey Weinstein, fundador de Miramax, quien compró Dependientes en Sundance y ayudó a lanzar la carrera de Smith. Sin embargo, Smith aún no se sentía preparado para afrontar los retos religiosos y cinematográficos que planteaba Dogma, por lo que primero hizo Banda en fuga (1995), y luego Mi pareja equivocada (1997), ambas protagonizadas por Affleck.

Fue el éxito de taquilla de Mi pareja equivocada lo que ayudó a Smith a poner en marcha el ambicioso y polémico proyecto de sus sueños, y lo que le ayudó a reclutar al excelso elenco que ayudan a Bethany en su misión divina. Junto a los habituales de Smith, Jay y Bob el Silencioso (Jason Mewes y el propio Smith), están Chris Rock como el decimotercer apóstol Rufus (excluido de la Biblia por el color de su piel) y Salma Hayek como Serendipity, la musa creativa responsable de 19 de las 20 películas más taquilleras de todos los tiempos. (“La del niño solo en casa, con los ladrones que se quieren meter y él pelea con ellos […] Yo no tuve nada que ver con esa”, bromea a costa de Mi pobre angelito. “Alguien vendió su alma a Satanás para subir los ingresos de ese pedazo de m****a”).

El reparto se completa con George Carlin, el famoso cómico ateo que interpreta a un cardenal católico, y Alanis Morissette, cuatro años después de lanzar el álbum superventas Jagged Little Pill, que marcó una época. Su participación como Dios es breve pero inolvidable. Smith explicó tiempo después: “Siempre pensé que —con su infinita paciencia— Dios tenía que ser mujer y canadiense”.

Tierra sagrada: Kevin Smith dirige a Alan Rickman y Alanis Morissette, que interpreta a Dios, en el set de ‘Dogma’
Tierra sagrada: Kevin Smith dirige a Alan Rickman y Alanis Morissette, que interpreta a Dios, en el set de ‘Dogma’ (Everett/Shutterstock)

La verdadera estrella, sin embargo, fue el guion de Smith, que se desarrolla como un catecismo impregnado de cultura pop. Utiliza una versión tecnicolor del sistema de creencias católico para dar vida a un vigoroso debate moral, como cuando Bartleby y Loki reparten justa venganza a la directiva de una empresa de dibujos animados claramente inspirada en Disney a la que acusan de levantar un falso ídolo, Mooby el Becerro de Oro. El año pasado, Affleck entró en detalle sobre el guion en una entrevista con Vanity Fair: “Kevin está muy centrado en la redacción. Tiene una cadencia que le gusta, pero pensé que era un guion bastante creativo e interesante. Era una especie de imaginación del catolicismo en un sentido muy literal, y también en un sentido cómico. Pienso que a mis hijos les gustaría, tienen ese sentido del humor […] ¡Kevin siempre ha tenido el sentido del humor de un adolescente!”.

Aunque es innegablemente cierto, la escritura de Smith también late con autenticidad. Si hay un mensaje en Dogma, probablemente se resuma mejor en un intercambio entre Rufus y Bethany. El personaje de Rock explica que, aunque a Dios le sigue “cayendo bien” la humanidad, “le molesta ver la m****a que se hace en su nombre: guerras, intolerancia, televangelismo. Pero sobre todo la facción de todas las religiones. Dijo que la humanidad tomó una buena idea y, como siempre, la desarrolló a partir de una estructura de creencias”. Bethany pregunta si entonces tener creencias no es bueno. “Pienso que es mejor tener ideas”, responde sabiamente Rufus. “Se puede cambiar una idea. Cambiar una creencia es más complicado”.

Cuando Smith charló con Rock en el programa de entrevistas estadounidense de Charlie Rose para promocionar la película, lamentó el hecho de que muy pocas películas se molesten en abordar realmente las creencias religiosas, o el enorme agujero que ha quedado en la sociedad a medida que se ha ido haciendo más secular. “Es una película divertida, muy divertida, y te hace pensar”, aseguró Smith. “Sales de la película y quizá pienses en tu propia fe o tu propia espiritualidad, o quizá no, [pero] al menos te entretuviste”.

Prohíban esta inmundicia: manifestantes católicos en el estreno de ‘Dogma’ en Nueva York en 1999
Prohíban esta inmundicia: manifestantes católicos en el estreno de ‘Dogma’ en Nueva York en 1999 (Charles Sykes/Shutterstock)

En realidad, la polémica en torno al estreno de la película no perjudicó en absoluto sus ganancias en taquilla, y es posible que la ayudara a recaudar 31 millones de dólares en todo el mundo y fácilmente recuperó su presupuesto de 10 millones de dólares. Sin embargo, 25 años después, Dogma no está disponible en ningún servicio de streaming y la última vez que recibió un lanzamiento físico fue cuando salió en Blu-ray en 2008. Las copias en DVD y VHS se venden por sumas exorbitantes en Internet. La razón por la que la película es tan difícil de encontrar es resultado directo de todas las protestas de la Liga Católica hace años. Armaron tal alboroto que Disney, que en aquel momento era propietaria de Miramax, decidió que no quería involucrarse en el estreno. Para resolver el problema, Weinstein y su hermano Bob compraron los derechos de Dogma y establecieron un acuerdo de distribución con Lionsgate. Los Weinstein siguieron teniendo los derechos durante años, pero se negaron a hacer nada con ellos. En 2022, Smith bromeó: “La tiene como rehén. Mi película sobre ángeles es propiedad del mismísimo diablo”.

Pero hay motivos para ser optimistas. Hace unas semanas, Smith reveló en el pódcast That Hashtag Show que una nueva distribuidora readquirió los derechos de la película y que se planea reestrenarla en 2025. Además, adelantó que Dogma podría tener finalmente un lanzamiento en streaming, así como nuevas versiones físicas para acompañar su exhibición en cines en el nuevo año. Lo más emocionante para los fans, sin embargo, fue su sugerencia de que —ahora que su película está fuera de las garras de Weinstein— volver al mundo de Dogma para contar nuevas historias a escala bíblica.

“Quizá, llegados a este punto, secuelas, versiones televisivas […] en términos de ampliar la historia es algo que nunca antes habíamos podido hacer”, afirmó. Agregó que “es posible”, ya que las personas que protagonizaron la película —Matt Damon, Ben Affleck, Salma Hayek y Chris Rock— siguen en la industria.

Dogma ha pasado décadas en el limbo, pero su segunda venida podría estar cerca. Es algo que vale la pena creer o, al menos, una idea a la que vale la pena aferrarse.

Traducción de Michelle Padilla

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