12 horribles actuaciones en películas grandiosas, desde Keira Knightley hasta Jake Gyllenhaal
¿Has visto alguna vez una película grandiosa arruinada por un elemento ligeramente desubicado? Adam White selecciona 12 ocasiones en las que los actores casi se quedaron sin carrera
Es mucho más fácil ser el elemento de rescate de una mala película que la peor parte de una excelente.
La última opción rara vez tiene sentido. Sin duda, si una película funciona a toda máquina y está a cargo de un director competente, todos los elementos deberían funcionar igual de bien, ¿no?
Si tan solo fuera tan simple. Si bien es raro, hay casos de muy buenas películas que quedan arruinadas por un solo elemento fuera de lugar. A veces es un acento que sale mal, un actor distraído, o incluso algo tan simple como no elegir bien al actor.
Para atraer la atención a este fenómeno, recopilamos 12 malas actuaciones en grandes películas, desde las famosamente incongruentes (Cameron Díaz en Gangs of New York), hasta opciones que son más controvertidas (¿Hugh Grant en Love Actually? ¡Sí, en serio!).
Y mientras estás aquí, ¿no te interesa ver también la contraparte de este extraño suceso? Conoce las actuaciones brillantes en películas terribles…
Jake Gyllenhaal en Prisoners
El delito de Gyllenhaal es actuar demasiado en el sombrío thriller de secuestro de niños de Denis Villeneuve. Mientras que las otras estrellas incluidas (como Hugh Jackman y Viola Davis) se entierran en el dolor y la rabia, Gyllenhaal parece estar en una película completamente diferente. Él nada más se expresa con espasmos y tics faciales, e inyecta rarezas desagradables en una película que para nada las necesita.
January Jones en X-Men: First Class
La estrella de Mad Men adopta una interpretación insulsa para este gran reinicio de la franquicia. Para ser justos con ella, el personaje que interpreta, la secuaz mutante Emma Frost, está escrito como una belleza de acompañamiento y absolutamente nada más, pero Jones parece terriblemente desinteresada de todos modos.
Mark Hamill en Star Wars
Se necesitan advertencias primero. Algunos de nuestros mejores actores vivos no han sido rival para la incapacidad de George Lucas para escribir buenos diálogos, y Hamill mejoró infinitamente como actor a medida que fue creciendo. En esas tres primeras películas de Star Wars, actúa junto a Harrison Ford y Carrie Fisher, dos de los actores más carismáticos de la historia del cine. Dicho todo esto, sigue sin ser muy bueno en la Star Wars original de 1977, por interpretar a Luke Skywalker como si fuera un niño malcriado de 10 años. Puede que ese haya sido el punto, pero sigue siendo frustrante.
Keira Knightley en Bend It Like Beckham
Keira Knightley es para Bend It Like Beckham lo que Mark Hamill es para Star Wars: una actriz que florecería con la edad, pero cuyas debilidades por ser un rostro fresco se evidencian al máximo en su primera gran película. Knightley interpreta a una joven futbolista de una forma tan rígida que distrae. Ella también estuvo de acuerdo y admitió años después que no creía haber actuado muy bien ahí.
Hugh Grant en Love Actually
Muchos pueden pensar que la inclusión de Grant en esta lista es una parodia, tanto porque es Hugh Grant como porque Love Actually no es muy buena de todos modos; esas personas están equivocadas. Pero el actor es un eslabón débil inesperado en una película que, por lo demás, está bien actuada. En teoría, su papel era actuar como primer ministro británico, pero hay una cualidad tímida y ligeramente retraída en su actuación aquí, como si no quisiera estar allí en particular. Incluso su memorable secuencia de baile de Downing Street parece haber sido filmada a punta de pistola.
Cameron Díaz en Gangs of New York
La alegre y glamurosa (y ahora jubilada) Cameron Díaz siempre ha interpretado papeles que desafían los estereotipos, sobre todo como la tragicómica esposa de pelo rizado de John Cusack en Being John Malkovich. Sin embargo, de vez en cuando, desafiar los estereotipos se convierte en una “terriblemente mala elección de actor”. Tomemos como ejemplo Gangs of New York, en la que interpretó a una carterista irlandesa y al interés amoroso de la película para Leonardo DiCaprio. Incluso más allá del mal acento, Díaz solo está allí para que la epopeya de Martin Scorsese pudiera tener el nombre de otra estrella hollywoodense en su afiche.
Ryan O’Neal en Barry Lyndon
Se podría argumentar que la mala interpretación de O’Neal es la clave, o que se trata de un raro caso en el que un hueco en el centro de una película funciona a favor de la misma. Pero eso podría estar dándole demasiado crédito incluso al grandioso Stanley Kubrick. Obligado a contratarlo después de que Robert Redford rechazara la oportunidad, Kubrick parece pintar en torno a O'Neal una epopeya increíblemente hermosa, llena de ingenio y encanto, aunque lastrada por la ausencia de su protagonista.
John Travolta en The Thin Red Line
Incluso en una película con cameos de George Clooney, Woody Harrelson y John C. Reilly, John Travolta es demasiado famoso para ella. Solo aparece unos minutos en pantalla interpretando a un general militar, pero parece tan fuera de sintonía con los ritmos más etéreos de la película que no puede evitar estropearla.
Quentin Tarantino en Django Unchained
Un cameo persistente en muchas de sus películas, y en las de otras personas, Tarantino siempre distrae un poco, pero su presencia en Django Unchained se lleva la palma. Solo tiene unas pocas líneas de diálogo desafortunadas —incluido el lamentable “¡Cállate, negro!”— y también habla con un horrible acento australiano. Afortunadamente, Django de Jamie Foxx lo explota poco después de su llegada, salvándonos a todos en el proceso.
Russell Crowe en Les Misérables
Russell Crowe no puede cantar, algo que no ayuda considerando que lo eligieron para una adaptación cinematográfica de Les Mis. Pero también parece incómodo en la película, luchando por proyectar debajo de un sombrero azul pequeñito. Su espantoso canto recuerda a Pierce Brosnan en Mamma Mia! Si bien el timbre único de Brosnan contribuyó al encanto de la película, el gruñido tosco de Crowe parece fuera de lugar aquí, sobre todo cuando sus compañeros de reparto están en la cima de su carrera.
Jared Leto en Blade Runner 2049
Enterrada en la secuela de Blade Runner se encuentra la interpretación excesiva de Leto como el villano de la película. Es problemático en parte debido al guion de la película, que lo agobia con monólogos extravagantes y demasiadas oportunidades para dominar el escenario, pero Leto es generalmente insoportable aquí en cualquier caso. En la frase más al estilo de Jared Leto imaginable, también se cegó parcialmente para interpretar al personaje y eligió usar lentes de contacto borrosos que disminuían su vista. Todo ese esfuerzo agotador se ve en la pantalla, en detrimento de la película.
Mickey Rooney en Breakfast at Tiffany’s
¿No es molesto que una película prácticamente perfecta esté infestada de un racismo escandaloso? Más que una actuación dudosa que arruina cosas, Breakfast at Tiffany’s se ve socavada por la abominable caricatura de Mickey Rooney de una persona asiática que es trágica incluso para los estándares de 1961. Con un bronceado falso y un par de dientes de conejo, junto con una cinta adhesiva para modificar la forma de sus ojos, Rooney destruye la película por sí solo.
Traducción de Michelle Padilla