La tragedia transforma a Matt Murdock en ‘Daredevil: Born Again’
Además del ritmo intenso y la carga emocional, la nueva serie de Disney+ nos invita a reflexionar: ¿cuánto podemos tolerar antes de convertirnos en lo que juramos destruir? Y aún más importante, ¿qué sucede cuando los delincuentes logran infiltrarse en los sistemas que deberían proteger a la sociedad?
Después de siete años del final de la serie original de Daredevil, el vigilante de Hell’s Kitchen regresa en una historia completamente nueva que, por primera vez, lo integra oficialmente en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM). Aunque la serie de Netflix hizo referencias al UCM, había incertidumbre con respecto a si pertenecía al canon oficial. Esto cambió cuando Disney adquirió los derechos de Marvel y permitió la aparición de los personajes de Netflix en series como She-Hulk y Hawkeye, allanando así el camino para Born Again.
Disney+ presenta Born Again, una serie que reúne a los personajes de la versión original, pero que cuenta una nueva historia sin depender de los eventos de las tres primeras temporadas. Esta propuesta resulta perfecta para nuevos espectadores o quienes se alejaron del UCM y desean reencontrarse con su universo. En un principio, Disney planeaba contar la historia en una sola temporada de 18 episodios, pero más tarde reestructuró el proyecto, cambiando de showrunner y dividiéndolo en dos temporadas de nueve capítulos cada una.
La primera temporada debutó el pasado 4 de marzo con dos episodios y continuará con estrenos semanales hasta el 15 de abril. Charlie Cox regresa para retomar la vida de Matt Murdock un año después de una tragedia que lo llevó a reprimir su faceta como justiciero y centrarse en su carrera como abogado. Sin embargo, la libertad de Wilson Fisk, alias Kingpin, lo obliga a replantear sus decisiones. Vincent D’Onofrio vuelve a interpretar a Fisk, quien no solo salió de prisión, sino que ahora busca posicionarse en la política de Nueva York y aumentar su influencia.
Además de la intensa rivalidad entre Daredevil y Kingpin, la serie introduce nuevos personajes que enriquecen el desarrollo de ambos protagonistas. A los rostros conocidos de Deborah Ann Woll, Elden Henson y Ayelet Zurer, se suman Kamar de los Reyes, Michael Gandolfini y Margarita Levieva.
En cuanto a la narrativa, Born Again destaca por un ritmo tenso y la carga emocional. Cada episodio arranca con fuerza y cierra con escenas impactantes que mantienen al espectador enganchado. La serie no teme adentrarse en un tono oscuro, algo que se percibe desde la banda sonora y los créditos iniciales, que rinden homenaje al icónico intro de la versión de Netflix. La violencia está dosificada de manera inteligente a lo largo de los episodios, con un desenlace de temporada cargado de brutalidad y desesperanza. Resulta interesante que Disney haya optado por incluir en su catálogo contenido más adulto, con secuencias de acción explícitas y diálogos sin censura.
Más allá de la acción y el espectáculo visual, Born Again está plagada de cuestiones filosóficas profundas. No es solo la historia de un justiciero enfrentándose al crimen, sino un retrato de la lucha interna entre moralidad y pragmatismo. Murdock debe decidir si seguir fiel a sus principios, incluso si eso lo condena a una vida de sacrificio y aislamiento, o ceder ante la realidad y aceptar que la justicia. Su doble identidad se empieza a transformar en una prisión: ni como Daredevil ni como abogado puede existir en total libertad, y en muchos momentos, su lado más oscuro es el que amenaza con tomar el control.
Kingpin, por su parte, representa una amenaza que va más allá de la violencia física. Su visión del poder como una cuestión de voluntad lo convierte en un adversario implacable, capaz de someter a la ciudad no solo con fuerza, sino con manipulación política y psicológica. La serie plantea una inquietante reflexión: ¿qué sucede cuando figuras como Fisk logran infiltrarse en los sistemas que deberían proteger a la sociedad? Su forma de obtener lealtad no se basa en valores ni en respeto, sino en el miedo.
Sin embargo, Born Again no está exenta de problemas. Su mayor debilidad radica en el desarrollo de los villanos secundarios. En el género de superhéroes, los antagonistas bien construidos son esenciales para dar peso a la historia, y aquí, el enfoque casi exclusivo en la confrontación entre Murdock y Fisk deja poco espacio para otros enemigos con gran potencial. En lugar de ser piezas clave a lo largo de la temporada, terminan sintiéndose prescindibles y se desperdicia la oportunidad de profundizar en más amenazas.
Desde un punto de vista técnico, la serie es sólida en términos de edición visual y sonora. Construye un ambiente inmersivo y visualmente logra resaltar el vínculo de némesis entre Daredevil y Kingpin.
En un momento en el que el género de superhéroes parece haber perdido parte de su impacto en el público, Born Again llega con un aire de frescura. Más que una simple continuación de Daredevil, se siente como una evolución del personaje.
Born Again pinta para ser un elemento imprescindible en el UCM que además nos invita a reflexionar: ¿cuánto podemos tolerar antes de convertirnos en lo que juramos destruir? Y aún más importante, ¿qué sucede cuando los líderes de la sociedad deciden utilizar los recursos para satisfacer sus deseos de poder en lugar de protegernos?
Los primeros dos capítulos de Daredevil: Born Again ya están disponibles en Disney+.