‘Vinagre de manzana’: una serie necesaria en una época de desinformación mística y falsos expertos en salud
Antes del auge de los estafadores en línea, existía la influencer “experta” en bienestar Belle Gibson. Esta nueva ficción de Netflix sobre la estafadora que fingió tener cáncer evidencia mucho sobre nuestra actual cultura de la posverdad
A principios de la década de 2010 todo era más sencillo en Internet: tomabas una foto de tu café con leche, le ponías un filtro y recibías muchos corazoncitos. Bajo esta inocente fachada de autodocumentación en Instagram, la comida y la salud se convirtieron en una obsesión millennial. Hordas de chicas quedaron fascinadas por las dietas basadas en plantas. Iba en aumento la ortorexia (un trastorno alimentario en el que uno se obsesiona con estar sano). Y la influencia en las redes sociales volvió a ser un gran negocio para las mujeres —y eran, en términos generales, mujeres— lo bastante espabiladas, delgadas y jóvenes como para venderse a sí mismas, sus estilos de vida y sus extravagantes afirmaciones a seguidores curiosos. Entonces, llegó Belle Gibson, la protagonista real de Vinagre de manzana de Netflix.
Los participantes activos de esta primera era de bienestar en Internet recordarán cómo Belle engañó a una generación de chicas (algunas de ellas muy enfermas) al vender una historia inventada de cómo curó un cáncer que no tenía con alimentos integrales. Los que no conozcan a esta australiana de treinta y tantos años probablemente vean que la serie se promociona y se presenta como ficción, basada en gran medida en crímenes reales, y luego la busquen en Google. Descubrirán su infame búsqueda para curar su falsa enfermedad terminal “a través de la nutrición, la paciencia, la determinación y el amor” en lugar de la medicina moderna, y cómo culminó en su perdición.
Dado que la historia de la caída arrogante de Belle está a la vista de todos, este drama podría haber sido una aburrida serie de seis partes sobre la sociopatía. Al menos habría sido psicológicamente rica. Pero es mucho más que eso. La actriz Kaitlyn Dever(Booksmart, Dopesick) interpreta a Belle con una arrogancia convincente que aporta una gama emocional viva a esta villana, ya sea atrayendo a hombres para usarlos como peones o teniendo un ataque de histeria cada vez que se siente amenazada (hay muchos, muchos de esos ataques). En todo caso, la familiaridad con el tema debería ayudar a los espectadores a relajarse en esta tragedia shakespeariana de proporciones épicas y permitir que la serie hable alto y elocuente sobre el clima actual de desinformación mística y charlatanes de la salud.
Está claro que Netflix ha aprendido mucho de su debacle de Bebé reno de tomarse libertades con el aviso de “esto es una historia real”. Cada episodio de Vinagre de manzana comienza con un descargo de responsabilidad, que repite un personaje a la cámara: “Esta es una historia real, basada en una mentira. Se cambiaron algunos nombres para proteger a los inocentes. Belle Gibson no cobró por la recreación de su historia”. Esta ruptura de la cuarta pared al estilo de Fleabag se adapta a un estilo de producción ágil, en el que viajamos entre el pasado y el presente y las perspectivas de diferentes personas. Primero, vemos la historia de Belle, de la pobreza a la riqueza, junto a periodistas de investigación que trabajan para desvelar la verdadera historia de esta estafadora de altos vuelos. También el sufrimiento de una de sus seguidoras, Lucy (Tilda Cobham-Hervey), y la agitada vida y carrera de Milla (Alycia Debnam-Carey), una bloguera de Queensland que cree estar venciendo al cáncer con una estricta dieta de zumos y enemas de café.
Las escenas más tensas y compulsivas surgen de la rivalidad entre Belle y Milla. La narcisista Belle se enfoca en la soltera blanca Milla, incrustándose malévolamente en su vida para utilizar su carrera bloguera como plantilla para la suya propia. Sí, Belle quiere la atención que recibe por decirle a la gente que está enferma. Está el control que siente sobre su vida cuando teje su red de mentiras. Pero la serie sugiere que es el deseo de Belle de competir con su enemiga lo que finalmente la lleva a la perdición.
Vinagre de manzana te atrapa y te deja queriendo más. La culpa del fenómeno de Belle la tienen las revistas femeninas. Estas publicaciones promovían y legitimaban a personas influyentes como Belle, que hacían afirmaciones sobre la salud sin respaldo científico. En una escena incómoda del tercer episodio, Belle y Milla tienen una confrontación en una fiesta de Cosmopolitan para mujeres jefas de empresa, que no puedes ver sin pensar: ¿por qué las revistas de moda no han hecho las diligencias debidas? También se culpa en parte a la industria editorial: vemos cómo un importante editor de libros se deja embaucar por las tonterías de Belle tomando unas copas y acaba publicando su libro, The Whole Pantry.
![Kaitlyn Dever en el drama sobre el bienestar ‘Vinagre de manzana’](https://static.independentespanol.com/2024/12/06/09/B_0033C016_231108_192518_h1CKB.1740825.jpg)
Todo esto retrata un panorama adecuadamente sombrío de la cultura femenina en la década de 2010: ¿éramos demasiado tontas o estábamos demasiado obsesionadas con nuestra carrera o demasiado interesadas en nosotros mismas como para encontrarle sentido a algo? Sin duda es un fiel reflejo de lo que sentía una mujer joven en aquella época, condicionada por las aplicaciones, nuestras madres y la cultura pop para aspirar a la delgadez, la riqueza, la “salud” y el espíritu empresarial. El hecho de que la serie lleve el nombre de un elemento clásico de la medicina holística, que se sigue utilizando hoy en día a pesar de las serias dudas que existen sobre sus beneficios, en lugar del de la propia Belle Gibson nos devuelve parte de la carga de su éxito.
La empatía de la serie es hábil para neutralizar cualquier vergüenza que se pueda sentir al verla. Demuestra cómo la industria de la salud ha fallado a las mujeres y ha perdido su confianza con un modelo centrado en los cuerpos masculinos. Las víctimas aquí son mujeres como la moribunda Lucy e incluso la influencer Milla, que se benefició de sus propios delirios. Son fantasiosas, pero están desesperadas por que se les escuche, por que se les ayude.
Vinagre de manzana es un encargo oportuno e inteligente; la historia de Belle fue en su día un escándalo, pero resulta aterradoramente mundana en un mundo antiexpertos y posverdad. Cuando los periodistas australianos desvelaron que Belle era una estafadora, la noticia se difundió por todo el mundo. Hoy en día, la pseudociencia es una industria en auge, que ya no se encuentra en los márgenes de la conspiración. Solía ser el mundo de Belle Gibson; ahora vivimos en él.
Traducción de Michelle Padilla