Nicola Coughlan de ‘Bridgerton’ está en su momento de mayor éxito, y trabajó mucho para lograrlo
Antes de iniciar su camino al estrellato con su rol en la comedia 'Derry Girls' y de consolidarse como protagonista romántica, la actriz irlandesa vivió un largo periodo de dificultades e incertidumbre. Katie Rosseinsky relata los altibajos que la llevaron hasta aquí
Cuando Nicola Coughlan era más joven quería ser un “ícono gay”. Personajes atrevidos y seguros de sí mismos, como los interpretados por Bette Midler y Liza Minelli, para ella eran una opción mucho más divertida que la típica protagonista linda y anodina que seduce al protagonista. Pero en la última temporada de Los Bridgerton, el drama de época de Netflix, Coughlan ha demostrado que también puede protagonizar un romance a la perfección, y sin perder su característico ingenio y calidez.
La actriz de 37 años, quien cautivó a los televidentes con su papel en la comedia del canal británico Channel 4 Derry Girls, desde 2020 también es uno de los personajes más estimados de Los Bridgerton. Ha lucido varios vestidos de gala de la época de la Regencia británica para interpretar a Penelope Featherington, la estudiosa mejor amiga de la protofeminista Eloise Bridgerton (Claudia Jessie), la quinta hija de la familia central de la serie. Al final de la primera temporada, se revela que la tímida Penelope era la verdadera autora del panfleto de chismes de la alta sociedad firmado con el seudónimo Lady Whistledown. En la tercera, estrenada la semana pasada, Penelope y Coughlan finalmente son el centro de atención: Penelope jura conseguir esposo, al mismo tiempo que se desvive por su amigo de toda la vida Colin Bridgerton (Luke Newton) en el proceso. Y aunque las reacciones a la serie han sido variadas, los críticos están de acuerdo en una cosa: Coughlan es la principal razón para seguir viéndolo. En una reseña de The Independent , se alabó su “magnífica presencia en la pantalla” y un crítico del diario británico The Times calificó su interpretación de “sensacional y luminosa”. “Ya no cabe ninguna duda. Lo mejor de esta serie es Nicola Coughlan. La vemos por ella”, añadió el crítico de The Times.
Pero Coughlan tuvo que esperar mucho por este momento de gloria. Su ascenso constante se debe solo al talento y al trabajo duro, lo que la convierte en un caso raro en una industria aparentemente llena de “nepo babies”, es decir, personas famosas cuyos familiares directos fueron quienes se encargaron de abrirles un camino exitoso en la industria del entretenimiento. “Me enorgullece decir que nadie me ayudó a entrar en esta industria. Vengo de un pueblo pequeño al oeste de Irlanda y no tenía conexiones. No pude conseguir un buen trabajo en televisión hasta los 30 años”, dijo hace poco a Refinery29. Creció en el pueblo de Oranmore, en el condado de Galway en la costa oeste de Irlanda, donde vivía con sus padres (su padre estaba en el ejército y su madre era ama de casa) y dos hermanos mayores. Cuando tenía cuatro años, su hermana le hizo ver la película El Mago de Oz, la cual la dejó “anonadada” y le reveló que quería dedicarse a la actuación.
A los nueve años, obtuvo su primer papel en el cine, “Niña alimentando cisnes”, en la película de acción My Brother’s War (ganó USD 45 y pudo faltar un día a la escuela). Durante la adolescencia, asumió papeles de doblaje: “Si buscaban personas para dar voz a alguna pequeña rana o a una princesa, ¡yo me ofrecía!”, le dijo este mes al presentador de televisión Seth Meyers. Luego de licenciarse en Inglés y Civilización Clásica en la Universidad de Galway comenzó a estudiar actuación en Inglaterra, en la Escuela de Drama de Oxford y en la Escuela de Actuación de Birmingham. Como muchos aspirantes a intérpretes, decidió mudarse a Londres después de su graduación para comenzar a abrirse camino en la industria. En cambio, se vio obligada a trabajar constantemente (sirviendo yogur congelado en centros comerciales, vendiendo cosméticos, y aceptando todo tipo de trabajos ocasionales) para poder pagar el alquiler, y sin tiempo libre para asistir a audiciones. En resumen, estaba “gastando todo [su] dinero para vivir en un lugar en el que no estaba haciendo audiciones”, expresó en una entrevista con la cadena estadounidense CBS. Después de menos de un año, decidió regresar a Galway. Alternaría entre una ciudad y otra durante varios años. “Mis veinte fueron duros, es muy difícil no poder hacer eso que tanto quieres. Viví una vida entera antes de llegar a esto [el éxito]. Tuve un millón de trabajos diferentes, viví en diferentes ciudades, y me alojé en casas compartidas con moho en las paredes” , dijo a Radio Times.
Este exceso de obstáculos comenzó a tener un efecto en la salud mental de Coughlan. Cuando regresó a casa por tercera vez, sufrió de depresión. “No podía salir de la cama. Sentía que había fracasado, que no tenía nada, que había decepcionado a mi familia”, relató. Finalmente, después de un “lento proceso de recuperación”, consiguió un trabajo de medio tiempo en una óptica local en Galway. Mientras trabajaba ahí, vio una convocatoria de audiciones para Jess and Joe Forever, una obra que se presentaría en el teatro Old Vic en Londres. Ella fue uno de los apenas siete actores que obtuvieron un papel, entre los 1.500 que participaron en el casting.
Su interpretación en esta historia sobre el paso a la adultez llamó la atención de un representante; cuando se le preguntó qué papeles quería conseguir, Coughlan dijo que le encantaría estar en una comedia de Channel 4. La suerte quiso que el canal de televisión británico comenzara a reunir un elenco para Derry Girls, la salvaje comedia creada por Lisa McGee sobre cuatro chicas adolescentes (y un enclenque chico inglés) que crecen en la ciudad irlandesa de Derry durante la década de los 90, en medio del conflicto norirlandés. Para preparase para la audición, vio una y otra vez un video de la competencia de talentos irlandesa Popstars en el que la también actriz de Derry Girls Nadine Coyle, quien entonces tenía 16 años, miente sobre su edad y finge haber extraviado su pasaporte para asegurarse un lugar en la banda. “La única persona de Derry que se me vino a la cabeza fue Nadine Coyle, y solo recordaba el momento de Popstars en el que perdió su pasaporte”, explicó Coughlan.
Para su audición de Derry Girls decidió recitar de principio a fin el monólogo de Coyle. Y su esfuerzo dio frutos, ya que fue elegida para el interpretar a Clare Devlin, la chica preocupada del grupo que es lesbiana. La serie fue un éxito instantáneo. La primera temporada, estrenada en 2018, fue la comedia con más audiencia del canal desde 2004; también se convirtió en la serie más vista en Irlanda del Norte, y espectadores de todo el mundo se sumaron cuando Netflix la añadió a su contenido. Para Coughlan, sin embargo, este éxito resultó agridulce. Solo cinco días antes de obtener el papel, su padre falleció repentinamente. “La primera vez que asistimos a los premios BAFTA y ganamos ese increíble premio [a la mejor comedia con guion] sentí una punzada de tristeza al recordar que él no me vería”, le dijo a Laura Whitmore en un episodio del podcast Castaway .
Poco después del estreno de Derry Girls , Coughlan apareció en la obra The Prime of Miss Jean Brodie, representada en el teatro londinense Donmar Warehouse. Aunque el montaje recibió muchos elogios, un crítico de la guía teatral británica British Theatre Guide decidió usar su reseña para hablar sobre el cuerpo de Coughlan en lugar de analizar su interpretación: describió a su personaje como “la típica chica pasada de peso que siempre será el blanco de los chistes inmaduros de sus compañeros”. El crítico demostró tener un patrón. En su crítica de Jess and Joe Forever, publicada en 2017, había etiquetado a Coughlan como “una chica gorda”. Ella citó el comentario en Twitter/X y exigió una disculpa a la publicación. “Debía evaluar mi trabajo, y en lugar de eso evaluó mi cuerpo. No puedo aceptar eso”, escribió luego en un apasionado artículo para el periódico inglés The Guardian.
Coughlan recibió alabanzas por como enfrentó el incidente; también por su directa respuesta al diario Daily Mirror el año siguiente, luego de que calificaran de “poco favorecedor” el vestido que usó en los BAFTA (“Lo siento, pero me queda increíble”, escribió en Twitter/X). Pero también tuvo problemas por la manera en que estos percances habían desplazado el foco de atención de sus interpretaciones a su apariencia. “No soy activista de la positividad corporal, soy actriz”, tuiteó en 2021 luego de responder preguntas sobre su cuerpo en entrevistas por varios años. “Bajaría o aumentaría de peso si fuera un requisito importante para un personaje. Mi cuerpo es la herramienta que uso para contar historias, no lo que me define”.
Cuando llegó el momento de filmar una de las escenas de sexo más comentadas de Los Bridgerton, Coughlan vio una oportunidad de poner fin a las discusiones sobre su cuerpo. “Hay una escena en la que estoy muy desnuda ante la cámara, y esa fue mi idea, mi elección. Lo sentí como el mayor ‘váyanse a la m**rda’ para toda la conversación en torno a mi cuerpo; me sentí muy liberada. Me sentí hermosa en ese momento, y pensé: ‘Cuando tenga 80 años, quiero mirar atrás y recordar lo buena que estaba’”, explicó a Stylist. Cuando ve la serie con su familia, sin embargo, no aparecerá esa escena en particular: su contrato con Netflix estipula que se produzca una versión censurada de la serie. “Crecí en una familia de irlandeses católicos que no tolera ese tipo de escenas”, dijo a SiriusXM.
Fuera de la pantalla, Coughlan no tiene miedo de luchar por las causas en las que cree. En 2019 ella y su coprotagonista de Derry Girls Siobhán McSweeney (quien en la serie interpreta a Sister Michael, una monja sin pelos en la lengua) formaron parte del grupo de 28 mujeres que marchó al palacio de Westminster para exigir la despenalización del aborto en Irlanda del Norte. Cuando Channel 4 corría el riesgo de ser privatizado en 2022, la actriz dejó clara su opinión sobre el tema, al compartir una foto en la que aparecía haciendo un gesto grosero con la mano. Además, recientemente se ha pronunciado a favor del cese al fuego en Gaza, a pesar de las advertencias de que podría perder oportunidades de trabajo. En una entrevista con la revista Teen Vogue reveló que el trabajo de su padre en el Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua moldeó sus creencias. “Él viajaba a muchas regiones devastadas por la guerra para apoyar en la reconstrucción”, explicó.
Más allá de su activismo y de Los Bridgerton, Coughlan también tuvo un fabuloso cameo en Barbie de Greta Gerwig, la película más exitosa del verano pasado; también interpretó de manera franca y matizada a una joven bipolar en la comedia millennial de Channel 4 Big Mood ; y participó en un especial navideño de la serie británica Doctor Who que se estrenará en diciembre. Dice que se muere por colaborar de nuevo con Gerwig, y se propone trabajar con A24, la cotizada productora detrás de películas como Vidas Pasadas, Luz de luna y Garra de Hierro . Eso sí, no debemos esperar que se dé aires de gran estrella hollywoodense: después de todo, todavía se siente “como la chica que llamaba a las personas para recordarles su próximo examen de la vista”.
La primera parte de la tercera temporada de 'Los Bridgerton' ya está disponible en Netflix. La segunda entrega llegará a la plataforma el 13 de junio
Traducción de Sara Pignatiello