“¡Ayuda! Me convertí en la madre de mi novio”: el ascenso imparable del bebé adulto
Hoy en día, el discurso sobre las relaciones sentimentales está abrumado por historias de mujeres que doblan la ropa de sus novios y reciben berrinches en lugar de un espacio para tener una conversación. Pero, Ellie Muir pregunta, ¿el problema de los llamados “bebés adultos” enmascara una verdad más profunda sobre las relaciones de hoy?
A Jenny le avergüenza admitir que solía limpiar la habitación de su exnovio por él. Doblaba su ropa, programaba sus citas con el médico y redactaba sus solicitudes de empleo. Él no tenía rumbo, dice ella. Cuando salían a beber con amigos, rezaba para que él no volviera a tapizar los asientos del Uber con su propio vómito de camino a casa. Ahora, más de tres años después de su ruptura, lo recuerda como “un bebé adulto”.
“No se comunicaba correctamente conmigo”, explica. “Se salía furioso si discutíamos y no me hablaba, o se burlaba de mí por llorar”. La experiencia hizo que Jenny reevaluara el tipo de persona con la que saldrá en el futuro. “Definitivamente, me hizo pensar que necesito estar en el mismo nivel de madurez emocional con la pareja que elija después. Puso mucha tensión en nuestra relación porque terminé sintiendo que estaba haciendo todo por él”.
Hay una tendencia creciente en las relaciones sentimentales modernas a enmarcar con desaprobación a los hombres que son incompetentes en ciertas áreas —concretamente en escenarios domésticos y emocionales— como “bebés adultos”. Un bebé adulto se define vagamente como un hombre heterosexual que carece de madurez. A menudo se le critica por no tener vulnerabilidad emocional, ser desorganizado y por carecer de niveles básicos de limpieza. Tiene más en común con un niño de seis años que con un adulto. Y, como resultado, las mujeres sienten que están criando a un niño enorme.
Echa un vistazo al discurso de las relaciones actuales y verás que las mujeres viven con miedo al bebé adulto. Aventúrate en TikTok y encontrarás gurús de las relaciones advirtiendo sobre las “señales” de que estás saliendo con uno. Por ejemplo, un hogar desordenado, incapacidad para manejar las críticas, videojuegos interminables, mala gestión del tiempo… y la lista continúa. Mientras tanto, las columnas de consejos ofrecen listas de las señales de alerta que se deben evitar en una pareja potencial. Pero, ¿existen realmente los bebés adultos, o es otro intento de culpar a los hombres por las relaciones fallidas? En el peor de los casos, ¿podría la idea de un bebé adulto ser una forma de atacar cruelmente la ineptitud de una pareja masculina mediante la humillación?
Aparte de las relaciones sentimentales, la etiqueta de bebé adulto se utiliza para caracterizar a los hombres como exigentes, egoístas e inmaduros. Imagina a alguien que podría aventar sus juguetes cuando las cosas no salen como esperaban. “Maldito bebé adulto”, sirvió como la línea de apertura de la obra musical estadounidense de Lana Del Rey Norman F***ing Rockwell!. “Tu poesía es mala y le echas la culpa a las noticias”, se queja. Una búsqueda rápida del término “bebé adulto” en Twitter muestra que se utiliza en las críticas a Elon Musk, Donald Trump y el polémico influencer Andrew Tate. En este sentido, el comportamiento de cada uno de estos individuos se asemeja al de un niño pequeño.
Actualmente, el mejor ejemplo de un bebé adulto en nuestras pantallas es Paul (Young Mazino) en la exitosa serie de Netflix Beef. Paul es el hermano menor del protagonista Danny Cho (Steven Yeun), con quien intenta establecer un negocio de construcción. Pero Paul es un incompetente, adicto a las criptomonedas y pasa sus días jugando videojuegos. Danny incluso le cocina sus comidas. También exhibe inmadurez en escenarios románticos. En un episodio, después de tener sexo con una millonaria (Amy, interpretada por Ali Wong), él le pide que le preste dinero y la llama “p*rra” cuando se niega.
La etiqueta de bebé adulto a menudo se reduce a una combinación de “inmadurez, falta de vulnerabilidad emocional y renuencia a asumir responsabilidades de la vida adulta”, dice la experta en relaciones y abogada de divorcios Laura Wasser. “Las parejas que exhiben estos rasgos pueden hacer que sus seres queridos se sientan como si estuvieran atrapados en el papel de padres en lugar de una pareja igualitaria”. Pero también se pregunta si la etiqueta puede ser “justa”, ya que cualquier persona, independientemente de su género, puede exhibir tendencias infantiles en una relación.
La Dra. Carole Lieberman, psiquiatra, autora de Bad Boys: Why We Love Them, How to Live with Them, and When to Leave Them, me dice que la etiqueta es más una reacción a una situación infeliz. “Cualquier mujer que llame a su pareja ‘bebé adulto’ porque se siente sobrecargada y resentida porque él no la ayuda más en casa está destruyendo su matrimonio”, opina. “Un plato o carga de ropa o piso trapeado a la vez”. De hecho, la desigualdad en el hogar ha sido citada como una de las causas más comunes de divorcio en años anteriores. “Por tradición, la responsabilidad de las tareas domésticas recae en las mujeres”, dice Liberman. Y eso no parece estar cambiando: un estudio reciente sugirió que las mujeres siguen haciendo la mayoría de las tareas del hogar a pesar de ganar más. El estudio concluye que “las normas de género siguen siendo fuertes” en cuanto a las tareas del hogar.
Involucrarse con un bebé adulto también afecta la vida sexual de las mujeres. Un estudio, publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour, muestra que la desigualdad en el trabajo doméstico puede hacer que las mujeres que están en pareja con hombres presenten una disminución de la libido. El terapeuta sexual y de relaciones, el Dr. Tom Murray, me dice que una pareja cargada de responsabilidades podría ver una disminución de su deseo sexual porque se siente “sin apoyo” o “abrumada” en la relación. “Cuando alguien está emocionalmente agotado o no se siente apoyado, puede ser difícil conectarse a profundidad con su pareja”.
Si bien la etiqueta de bebé adulto, hasta cierto punto, resume las desigualdades en la dinámica de género, diría que no contribuye en mucho en nuestro camino hacia mejores relaciones, solo nos hace creer que los hombres heterosexuales son incapaces de cambiar.
El año pasado, la periodista Moya Lothian-McLean acuñó el término “victimismo romántico”, que se refiere a la tendencia de algunas mujeres a vilipendiar al hombre en una relación fallida. Se caracteriza por el uso de amplias generalizaciones sobre el comportamiento de un ex, lo que permite a las mujeres revolcarse en la idea de que los hombres son malas parejas románticas y no mucho más. Lothian-McLean argumenta que las mujeres se ven a sí mismas como víctimas perpetuas del comportamiento de los hombres en lugar de compartir la misma responsabilidad por una relación fallida. La etiqueta de bebé adulto tiene el mismo efecto.
Mark Brooks, un asesor de políticas de inclusión masculina, rechaza la etiqueta de bebé adulto y la ve como parte de una doble moral a la hora de categorizar el comportamiento de los hombres. Encuentra la etiqueta “extraña y equivocada” y dice que es un “paso atrás” de conversaciones más inclusivas y evolucionadas en torno al género. “Nadie le daría una etiqueta similar a una mujer”, me dice. “Simplemente no encaja en el camino al que nos dirigimos como sociedad y, por lo tanto, no debe considerarse una descripción aceptable”.
Parece fácil categorizar a nuestros ex con una etiqueta o señalarlos con el dedo, pero vale la pena considerar cuestiones más profundas en juego, como “experiencias de la infancia no resueltas” o “falta de modelos a seguir positivos”, dice Wasser. “Al igual que con cualquier etiqueta, es crucial recordar que las personas son complejas y multifacéticas, y reducir a alguien a un solo descriptor puede ser injusto e inútil”.
De hecho, hay escenarios en los que una pareja, de cualquier género, podría beneficiarse de un entrenamiento doméstico serio. Nadie debería sentirse infeliz en una relación en la que está asumiendo la parte del trabajo de otra persona. Sobre todo si dicha incompetencia se utiliza como arma. Pero en otros casos, ¿el problema es que tu novio perezoso espera que recojas sus calcetines, o que deberías elegir mejor a tus parejas?
Traducción de Michelle Padilla