En su camino a la Casa Blanca, Kamala Harris encuentra una aliada inesperada: su hijastra Ella Emhoff
Si su madrastra gana la presidencia, la artista y modelo de 25 años contribuirá a derribar los estereotipos en torno a los retoños políticos, escribe Katie Rosseinsky
A principios de este mes, resurgió en Internet una antigua entrevista con el aspirante republicano a la vicepresidencia J. D. Vance. En él, Vance criticaba a la vicepresidenta Kamala Harris como una “señora con gatos sin hijos” sin “interés directo” en el futuro de Estados Unidos. Sus palabras provocaron indignación, y una de las primeras en salir en defensa de Harris fue su hijastra de 25 años, Ella Emhoff. “¿Cómo puedes estar ‘sin hijos’ cuando tienes niños lindísimos como Cole y yo?”, escribió en una historia de Instagram.
Su comentario fue un testimonio del cálido vínculo que les une a ella y a su hermano mayor Cole con la mujer a la que llaman “Momala”, y demostró que la familia no se reduce a las relaciones biológicas. Si Harris, que recibió el apoyo del presidente estadounidense Joe Biden después de que anunciara que no se postularía a la reelección, acaba en la Casa Blanca, Ella será una primera hija muy moderna. Artista, activista e ícono de la moda alternativa, se siente muy alejada del estereotipo clásico de retoños políticos, sonríe cortésmente en las sesiones fotográficas, viste y actúa de forma conservadora y rehúye cualquier causa remotamente controvertida.
Ella nació en California en 1999 y lleva el nombre de la cantante de jazz Ella Fitzgerald (su hermano, cinco años mayor que ella, se llama como el saxofonista John Coltrane). Sus padres, la productora cinematográfica Kerstin y el abogado del mundo del espectáculo Doug Emhoff, se separaron en 2008, pero la ruptura fue amistosa. “Pensaba que nos había ido bien en comparación con mucha otra gente que había visto con padres divorciados”, afirmó Ella a The New York Times en 2021. “Así que creo que me sentí muy afortunada”. Ella y su hermano se involucraron en la política desde muy jóvenes, y estuvieron “bastante activos” en la campaña contra la Proposición 8, la enmienda que se oponía al matrimonio entre personas del mismo sexo. En su adolescencia, Ella asistió a la Wildwood School, una escuela privada que también cuenta entre sus exalumnos con hijos de famosos como Rumer Willis y Frances Bean Cobain.
Los hermanos Emhoff conocieron a Harris cuando Ella estaba a punto de empezar la preparatoria y Cole se preparaba para la universidad. Harris ha declarado que ella y Doug esperaron a estar seguros de que su relación iba a perdurar antes de presentársela a sus futuros hijastros, porque no quería “presentarse en sus vidas como un elemento temporal”. Su encuentro inicial fue en un restaurante de mariscos de la autopista de la costa del pacífico de California, y Harris recordó que Cole y Ella no pudieron “haber sido más cálidos”. De antemano, su padre les había avisado del trabajo de alto nivel de su nueva pareja: “Pero creo que tienen que saber que es la fiscal general de California”. Ninguna presión en absoluto.
Desde ese momento, parece que los Emhoff-Harris han conseguido que toda la cuestión de la “familia mezclada” parezca fácil. Harris es “muy amiga” de la primera esposa de su marido, Kerstin, quien ha descrito a la vicepresidenta como “amorosa, cariñosa, ferozmente protectora y siempre presente”. La pareja se convirtió en “un dúo de porristas en las gradas de los partidos de natación y baloncesto de Ella, a menudo para vergüenza de Ella”. Cuando Harris y Doug se casaron en 2014, ella y los niños coincidieron en que no les gustaba demasiado el término “madrastra”. En su lugar, decidieron bautizarla como “Momala”. El apodo fue tan famoso que, en un incómodo momento durante la entrevista de Harris en el programa de Drew Barrymore, la actriz le dijo con seriedad: “Necesitamos que seas la ‘Momala’ del país”.
Con respecto a las pláticas de la familia durante la cena, al parecer son todo menos amenas. “Teníamos conversaciones reales en la cena, casi socráticas, donde todos debatíamos unos con otros”, reveló Cole a Glamour en el periodo previo a las elecciones de 2020. Si los niños invitaban a sus amigos, les advertían que Harris y su padre podrían darles un trato de abogados. “Siempre bromeamos diciendo que cuando traemos a nuestros amigos por primera vez, no se van sin ser interrogados”, comentó Ella a The New York Times. “O sea, si no tienes tu plan a 10 años totalmente listo y esbozado en una hoja de cálculo para ellos, no vas a sobrevivir a esa comida”.
Después de la preparatoria, Ella estudió en la prestigiosa Parsons School of Design de Nueva York, y se especializó en bellas artes. Su último año de universidad coincidió con el mayor trabajo de Harris hasta la fecha: presentarse como candidata a vicepresidenta junto al candidato demócrata Joe Biden en las elecciones de 2020. Cuando Biden fue proclamado presidente en enero siguiente, tras derrotar a Donald Trump, Ella se encontró por primera vez en el punto de mira gracias a su idiosincrático sentido del estilo.
El día de la toma de posesión lució un peculiar abrigo de Miu Miu con cuello holgado y llamativos hombros de lentejuelas, sobre un vestido a medida de la diseñadora de culto neoyorquina Batsheva Hay. No podía estar más lejos del clásico look de “hija de la política”, con trajes de pantalón sedosos, vestidos ajustados y sensatos estampados florales (básicamente, vestir al menos dos décadas mayor que tu edad real). Fue inevitable que se convirtiera en tema de conversación en las redes sociales; según la plataforma de moda Lyst, seis horas después de la ceremonia, las búsquedas en línea de Miu Miu aumentaron un 455 %. Y cuando las cámaras captaron a Ella moviendo las cejas en respuesta al exvicepresidente Mike Pence durante la ceremonia, solo le hizo ganar más fans también.
Poco después, Ella firmó un contrato con la agencia de modelos IMG, la empresa que representa a modelos de la talla de Gigi Hadid y Ashley Graham. Siempre le había gustado la moda, pero no era una carrera que hubiera previsto en realidad. “Toda mi vida he tenido muy baja autoestima y confianza en mí misma, así que esto me pareció una forma de recuperarlas”, declaró a The Washington Post. “Tengo vello corporal, tengo tatuajes. O sea, no es una locura en el esquema actual, pero no es lo que se consideraría la modelo más genérica”.
Pronto acabó desfilando para marcas como Proenza Schouler y vistiendo un conjunto personalizado de Stella McCartney en la Gala del Met (más tarde también fue anunciada como imagen de la colaboración de McCartney con Adidas). Sin embargo, desde aquella oleada de publicidad, Ella, que mantiene una relación con el periodista de GQ Samuel Hine, se ha alejado de las pasarelas. En su lugar, se ha centrado en sus obras de arte textil, incluidas las pinturas tejidas que exhibe en su cuenta de Instagram. “Hice [de modelo] durante unos años, y me ayudó a poder pagarme ahora la plataforma, y la comodidad de poder hacer arte”, afirmó a The Times a principios de este año.
Ahora es la anfitriona del Sofa Hands Knit Club de Nueva York, donde organiza sesiones de manualidades por toda la ciudad. Su madre le enseñó a tejer durante un viaje infantil a Disneylandia, y desde entonces la ha considerado una “práctica terapéutica”. “Lo trato como algo para calmar mi ansiedad y resulta que también es algo que me apasiona a un nivel creativo”, ha expresado, y también desea “ampliar” su club “a otros lugares, como escuelas y arteterapia” porque sabe que le “ayudó mucho”.
Ella no suele pronunciarse abiertamente sobre política, sino que deja que su activismo hable por sí solo. Anteriormente, ayudó a recaudar fondos para For The Gworls, un colectivo que apoya a las personas transgénero negras, y más recientemente compartió en las redes sociales enlaces a recaudaciones de fondos para las labores de ayuda en Gaza (una iniciativa que inevitablemente resultó polémica).
Si Harris consigue la nominación demócrata, se intensificará la atención en torno a Ella. Podemos esperar que se convierta en un elemento fijo de la campaña electoral. Y podría ser el arma secreta de Harris: la llave para la generación Z.
Traducción de Michelle Padilla