Amaterasu: Lo que sabemos del segundo rayo cósmico más intenso en la Tierra
El rayo fue nombrado así en honor a la deidad japonesa del Sol
El 27 de mayo de 2021, el Telescopio Array de la Universidad Metropolitana de Osaka, en Japón, capturó el impacto del segundo rayo cósmico más enérgico que se ha observado en la historia del planeta Tierra.
El rayo más potente en la historia es ‘Oh-My-God’, bautizado así por su energía de 320 eV (electronvoltios).
El equipo que conformó la investigación del rayo, al que denominaron Amaterasu, en honor a la deidad japonesa del Sol, está liderado por el profesor asociado Toshihiro Fujii de la Escuela de Ciencias y miembros del Instituto Yoichiro Nambu de Física Teórica y Experimental de la institución educativa antes mencionada.
Su hallazgo se logró con la ayuda de las 507 estaciones con detectores de centelleo o el proceso físico en el que un elemento emite luz ultravioleta visible bajo la excitación de fotones. Este sistema se encuentra ubicado en un área de, aproximadamente 700 kilómetros cuadrados, en el desierto de Utah.
Gracias a su descubrimiento, los estudiosos esperan conocer el origen de este y, en sí, de los rayos cósmicos. Para conocer su intensidad, los expertos refirieron en un estudio en la revista Science que Amaterasu registró una energía de 244 eV, lo equivalente a 2,4 billones de veces más que la que contiene un rayo en una tormenta convencional.
“Cuando descubrí por primera vez este rayo cósmico, pensé que era un error, ya que mostraba un nivel de energía sin precedentes en las últimas tres décadas”, dijo Fujii en un comunicado que recogió la revista Science.
Según el académico, aún no se descubre de dónde provienen los rayos cósmicos, por lo que “no se ha identificado ningún objeto astronómico prometedor que coincida con la dirección desde la que llegó el rayo cósmico”.
En palabras de Fujii, esto “sugiere posibilidades de fenómenos astronómicos desconocidos y orígenes físicos novedosos más allá del modelo estándar”.
El sitio web del Telescopio Array refiere que este mantiene colaboración permanente con universidades e instituciones de EEUU, Japón, Corea, Rusia y Bélgica. El experimento está diseñado para observar lluvias de aire inducidas por rayos cósmicos con una energía extremadamente alta.