Fotógrafo confiesa su mala experiencia durante la boda de Meghan y Harry
Según comentó, fue la peor boda real que tuvo que cubrir
Arthur Edwards comentó cómo fue su experiencia a la hora de cubrir la boda del duque y la duquesa de Sussex.
Seis años después del casamiento de Meghan Markle y el príncipe Harry, el fotógrafo dio una entrevista para el periódico británico The Sun y explicó que no la pasó nada bien durante la jornada.
“Fue un día horrible. Confieso que fue la peor boda real que tuve que cubrir porque Harry no quería que la prensa estuviera ahí, de ninguna manera”, comentó.
El evento se celebró en 2018 en la capilla de San Jorge, ubicada en el castillo de Windsor, y no estaba permitido tomar fotografías de cerca, algo que dificultó la labor del fotógrafo, según señaló: “Tuvimos que usar teleobjetivos. Yo tenía un lente de 800 milímetros para fotografiar a los invitados que iban llegando al lugar, pero los fotógrafos oficiales estaban a un metro y medio de distancia. La verdad, fue una situación desesperante”.
También se refirió a la icónica imagen en la que se ve a la pareja retirándose de la capilla y señaló: “Cuando pasaron cerca de mí en el carruaje, miraron para el otro lado, así que todo me pareció un desastre”.
Luego, el entrevistador le preguntó qué opinión tenía sobre las dificultades que atravesó ese día y si se sintió maltratado durante el evento.
A lo que Edwards respondió: “Sí, pero no fue algo personal. Toda la prensa británica se sintió así. No nos trataron bien”.
The Independent se puso en contacto con un representante de los Sussex en busca de comentarios.
Meghan Markle, quien participó en la serie La ley de los audaces, estuvo casada con el productor de cine Trevor Engleson de 2011 a 2014, previo a convertirse en la esposa del príncipe Harry, y su vestido despertó mucho interés desde que se anunció que contraerían nupcias.
En uno de los episodios de su serie documental Harry y Meghan, que se estrenó a fines de 2022 en Netflix, la duquesa contó cómo fue el proceso para crear el vestido junto con la diseñadora de Givenchy, Clare Waight Keller: “Tenía una idea muy clara sobre cómo quería que fuera el vestido. A veces, algunos diseñadores tratan de presionarte para que elijas algo diferente, pero trabajar con Clare fue genial porque ella respetó mi opinión de lo que quería reflejar ese día y lo hizo realidad”.
También, comentó: “Desde el principio supe que quería un escote tipo barco, mangas recortadas y un estilo clásico y atemporal. Obviamente, teniendo en cuenta que la boda iba a ser en la capilla de San Jorge, también quería que fuera una confección modesta, por lo que sabía que cada detalle era importante, ya que el vestido iba a estar muy cubierto”.
En cuanto al diseño final y sus repercusiones, Meghan llevó los hombros descubiertos, un detalle que la reina Isabel II no consideró apropiado para una mujer que se casaba por segunda vez, según comentó la biógrafa real Ingrid Seward.
“La reina Isabel II creía que no era adecuado que una mujer divorciada que se casaba de nuevo usara un vestido que la hiciera parecer tan inmaculada”, escribió Seward en un extracto del libro obtenido por el periódico Daily Mail.
Traducción de María Luz Avila