Mujer diagnosticada con raro cáncer de riñón ahora apoya al hospital que la atendió
Laura Wilkinson, de 30 años, originaria de Lancashire, acababa de comprometerse cuando, en junio de 2020, descubrió que tenía un cáncer de riñón poco común
Una mujer cuyo cáncer de riñón fue diagnosticado en el punto álgido de la pandemia y quedó tan traumatizada que desarrolló síntomas de TEPT, ha dado un giro de 180 grados y ahora ayuda con su salud mental a los pacientes del hospital donde fue atendida.
La vida iba de maravilla para la reclutadora Laura Wilkinson, de 30 años, cuando en marzo de 2020 comenzó el confinamiento y decidió mudarse con el que era su novio desde hace años, Ashley Wilson, técnico en electrónica de 27 años, a su natal Lancaster, Lancashire, Reino Unido. Un día después de mudarse, Wilson le propuso matrimonio.
El único inconveniente llegó en junio, cuando regresaron las infecciones del tracto urinario que había sufrido consecutivamente en 2018, junto con un dolor persistente en su costado izquierdo, por lo que su médico la envió a que le realizaran exploraciones, revelando en semanas un diagnóstico de carcinoma de células renales cromófobo en etapa uno.
Le explicaron que era una forma rara de cáncer de riñón que se forma en las células que recubren los túbulos del órgano. Laura, quien ya está en remisión, aseguró: “Tuve mucha suerte.
“Mis médicos, desde el médico general hasta el hospital, fueron fantásticos y mi cáncer se detectó temprano, cuando estaba en etapa uno y el tumor medía solo 1,3 pulgadas (3,5 centímetros)”.
Aunque las infecciones urinarias no son un síntoma común del cáncer de riñón, Laura cree que, en su caso, su persistente presencia en 2018 y su regreso en 2020 fue una señal.
“Irónicamente, en junio de 2020, estaba en el jardín de mis padres y le decía a mi madre: ‘No he tenido una infección urinaria en un año. ¿No es bueno?’”, contó Laura.
“Luego, esa noche, me apareció otra”.
Al no querer tomar más antibióticos, ya que la hacían sentirse “como basura”, Laura evitó ir al médico, hasta que días después desarrolló un dolor en su costado izquierdo.
Aun cuando la habían enviado a hacerse un ultrasonido, todavía le preocupaba estar haciendo demasiado alboroto por una nimiedad, justo en el momento en el que el NHS (Servicio Nacional de Salud del Reino Unido) se encontraba saturado por la pandemia.
“Llegué a mi cita de ultrasonido y me sentí muy mal”, confesó.
“Pensé que les estaba haciendo perder el tiempo, ya que, incluso desde la cita con el médico general, mis síntomas habían disminuido. Fue Ashley quien me dijo que tenía que ir”.
“Cuando el técnico de ultrasonido pasó su escáner sobre mi riñón izquierdo, pude sentir que había algo allí. Fue muy doloroso. Allí supe que algo andaba mal”, agregó.
El técnico confirmó que Laura tenía un bulto en su riñón.
Pero, dado que el NHS afirma que el cáncer de riñón generalmente afecta a adultos de 60 o 70 años y es raro encontrarlo en menores de 50 años, Laura seguía sin preocuparse.
“No me pasó por la mente que fuera cáncer”, señaló.
Sin embargo, una tomografía computarizada tomada cinco semanas después confirmó que el bulto era de hecho un cáncer de riñón poco común en etapa temprana.
En diciembre de 2020, Laura se sometió a una laparoscopia con un sistema quirúrgico Da Vinci (una forma de cirugía asistida por un robot) para extirpar el tumor.
Pero, a pesar de que la cirugía fue un éxito, Laura, quien ahora se considera en remisión y acude a revisión cada seis meses, dice que la experiencia, aunque su tratamiento fue “excelente”, la dejó con profundas heridas psicológicas.
“Cuando me diagnosticaron y me dijeron que necesitaba cirugía, entré en modo supervivencia”, relató.
“El impacto emocional solo me llegó después de la cirugía. Estaba muy ansiosa. Busqué apoyo y me dijeron que tenía síntomas de estrés postraumático”.
“Tomé terapia y esa fue la clave para que volviera a tener una vida normal”, continuó.
“Estaba libre de cáncer, pero estaba muy traumatizada por lo que había pasado, me sentía muy ansiosa y tenía flashbacks,
“Incluso ir al hospital a revisión era muy difícil. El olor del jabón de manos era suficiente para desencadenar los flashbacks”.
No solo Laura ha regresado a su mejor estado físico, sino que también se siente lo suficientemente bien como para ayudar a otros.
Ha vuelto a correr e ir de excursión con su perro, Leo, y a planear su boda que se celebrará en un hotel de Lancaster en julio del próximo año. “La vida es muy buena ahora, pero no siempre fue fácil”, admitió.
Ansiosa por retribuir, Laura, quien estaba estudiando una maestría en psicología clínica, además de ser reclutadora, cuando fue diagnosticada y siguió estudiando durante su tratamiento, ahora también trabaja en el Hospital Royal Blackburn de Lancashire, donde fue atendida.
Comenzó en marzo de 2022 como practicante de psicología asociada, brindando apoyo psicológico a los pacientes en cuidados intensivos o que habían sido dados de alta tras sufrir una enfermedad grave.
“Puedo empatizar mucho con mis pacientes, pues he estado en una de esas mismas camas y sé lo difícil que es. Me encanta mi trabajo”, explicó.
No contenta con planear una boda, trabajar y continuar con sus estudios, Laura también ayuda a Kidney Cancer UK creando conciencia sobre la enfermedad.
Además hace campaña para que el NICE (el organismo que brinda asesoramiento y orientación a nivel nacional para mejorar la atención social y de la salud) emita a los médicos recomendaciones específicas basadas en la evidencia sobre el tratamiento de su raro tipo de cáncer.
“Creo que es muy importante que el NICE establezca pautas específicas para el tratamiento del cáncer de riñón”, observó.
“Aunque el subtipo que tuve es raro, el cáncer de riñón es el séptimo cáncer más común en el Reino Unido y no existen pautas de parte del NICE”, añadió.
“Mis médicos especialistas han sido brillantes. Sin embargo, no hay ninguna guía y el progreso del tratamiento no es concreto.
“Quiero abogar por que se establezcan pautas para el cáncer de riñón en general y se haga más investigación sobre los subtipos raros.
“Tuve mucha suerte, ya que el mío fue detectado temprano, pero las cosas pueden ser muy inciertas para cualquiera que avance a la etapa cuatro de mi raro tipo de cáncer de riñón, y eso debe cambiar”.