Ryan Gosling siempre ha sido el novio de Internet por excelencia
La estrella canadiense de películas como Drive, The Gray Man y la próxima Barbie ha reflejado -y quizás predicho- las tendencias culturales, sociales y digitales durante gran parte de su fama. Eloise Hendy se pregunta qué tiene este actor que baila, murmura y se desmaya, que lo hace tan poderoso
En el verano de 2011, un vídeo de una pelea callejera en Nueva York se hizo viral. Dos tipos se empujan mutuamente en medio de un paso de peatones del East Village mientras los autos intentan esquivarlos. Los transeúntes intentan detenerlos o se quedan boquiabiertos. De repente, aparece un hombre con un chaleco a rayas y una gorra azul. En menos de dos segundos, consigue separar a los hombres con un solo brazo musculoso. “Es el tipo de la película”, se oye decir a una chica. Al principio, la chica que sostiene la temblorosa cámara del teléfono está confundida. “¿Qué película?”
The Notebook
Por supuesto, no es ni mucho menos la única vez que “el chico de The Notebook” se ha hecho viral. Desde luego, tampoco es la única vez que su presencia ha provocado gritos salvajes e histéricos de excitación entre una multitud de chicas. Pero la escena parece encapsular algo sobre Ryan Gosling, el lugar especial que ocupa en la imaginación del público y en el corazón palpitante de Internet. El tipo hace que todo parezca tan fácil.
Año tras año y película tras película, Gosling ha conseguido encontrar un lugar privilegiado en la celebridad masculina: los hombres quieren vestirse como él; y a las personas que gustan de los hombres quieren desnudarlo. Es suave y astuto, pero también, innegablemente, un poco extraño. Es la apoteosis del tipo “fuerte pero sensible”, capaz de dar un puñetazo a alguien o acunarte en sus brazos como a un bebé (como demostró con Ellen DeGeneres en su programa de entrevistas en 2016, cuyo clip ha sido visto más de 9 millones de veces en YouTube).
Gosling sabe hacer Muay Thai y sabe hacer el levantamiento de Dirty Dancing. Es un amante en el cuerpo de un luchador. Míralo. El tipo rezuma energía de bombero: se nota que te echaría al hombro, te pondría a salvo y volvería a entrar en un edificio en llamas para rescatar a tu querida mascota. Por supuesto, se materializaría en una calle concurrida y disolvería una pelea sin ayuda. Realmente, lo único que podría mejorar esa escena de pelea callejera sería que estuviera mágicamente acompañada por el ritmo profundo y embriagador y las voces nebulosas de una canción de la banda sonora de la película Drive de Gosling de 2011, concretamente el tema de College en colaboración con Electric Youth, cuyo estribillo elevado y cargado de sintetizadores se hincha con la letra “And you have proved to be / A real human being and a real hero”.
Recientemente, Gosling ha vuelto a incendiar Internet con una serie de fotos en las que aparece en el papel de Ken en la próxima y muy publicitada película de Barbie. A pesar de que el estreno no está previsto hasta el próximo verano, la película ya parece haberse metido en nuestra conciencia colectiva como un parásito devorador de cerebros, gracias a un constante goteo de revelaciones de trajes y fotos del set. En serio, si no has visto los abdominales bronceados de Gosling, su ropa interior con la marca Ken y su forma de patinar -o has oído el grito desgarrador que suelta cuando le meten mano al trasero de Barbie de Margot Robbie en Venice Beach-, entonces debes haber tirado todos tus dispositivos digitales a un lago y haber decidido vivir sin conexión a la red. Pero, aunque algunos de los Terminally Online (alguien que se la vive en Internet) sientan que ya estamos en el punto de saturación de Ry-Ken Gosling, estudiar cada imagen es de suma importancia.
Pongan atención, gente. Porque la verdad es que Ryan Gosling es mucho más que un hombre muy atractivo. Es un camaleón, un catalizador del cambio, un referente cultural. De alguna manera, cada una de sus metamorfosis y momentos de inspiración de memes es una clase magistral sobre el estado de la masculinidad moderna. Y si ha experimentado un cambio de onda que rompe Internet con el rubio peróxido, el bronceado permanente y el fantástico Ken de plástico, puedes apostar que apunta a un cambio más amplio en la cultura contemporánea. Veamos las pruebas.
Cuando Ryan Gosling irrumpió por primera vez en La La Land desde su Canadá natal a principios de los años noventa, lo hizo de la forma más manufacturada posible: como un descarado que cantaba y bailaba en el Disney’s Mickey Mouse Club, y como el payaso coprotagonista de Justin Timberlake, Britney Spears y Christina Aguilera. Luego llegó el nuevo milenio, comenzó la “guerra contra el terrorismo” y la cultura pop perdió su inocencia. Xtina hizo Dirrty, Britney hizo Toxic y Gosling interpretó a un neonazi judío en The Believer (2001). La imagen pulcra de los Cuatro Mosquerratones era cosa del pasado... las rarezas habían llegado.
Al lanzarse al mundo del cine indie, Gosling interpretó una lista de jóvenes sensibles, inteligentes y angustiados. Desde un asesino de instituto en Murder by Numbers (2002), hasta un quarterback solitario y nihilista en The Slaughter Rule (2003), parecía gravitar hacia los outsiders y los bichos raros reclusos. Luego, en 2004, justo cuando MySpace y Facebook inauguraron una nueva era de redes sociales y entretenimiento digital, The Notebook lanzó a Gosling a la estratosfera. En Noah Calhoun, el solitario se convirtió en un auténtico rompecorazones.
La mitad de los años noventa fue una época de grandes romances en Hollywood, la época de las adaptaciones de Nicholas Sparks y de las parejas de famosos. The Notebook estableció la pauta de las películas desgarradoras, sin duda ayudado por el romance en la vida real entre Gosling y su coprotagonista Rachel McAdams. Puede que ahora se recuerde a Bennifer y Braniston como las parejas de oro de la década de 2000, pero, por aquel entonces, Ryan y Rachel eran realmente el momento. YouTube fue fundada en 2005, el mismo año en que la pareja empezó a salir, y ¿qué podría haber sido un mejor regalo para la incipiente plataforma de intercambio de vídeos que la aceptación por parte de la pareja del MTV Movie Award de ese año al mejor beso? Con She Will Be Loved de Maroon 5 sonando por los altavoces y las incondicionales de los años noventa Lindsay Lohan y Hilary Duff observando atónitas en primera fila, Gosling levanta a McAdams con la misma facilidad que una barra de pan. La agarra del pelo mientras la besa y asegura su lugar en la historia, todo ello mientras masca chicle despreocupadamente.
“La gente nos quita méritos a Rachel y a mí al suponer que éramos como la gente de esa película”, dijo Gosling más tarde sobre su fama por The Notebook y -por entonces- su antiguo amor. “La historia de amor de Rachel y mía es mucho más romántica que eso”. ¿Cómo podría una frase como esa no cimentar el legítimo lugar de Gosling como novio de Internet, y generar miles de memes?
Por supuesto, cuando digo “mil memes”, lo que realmente quiero decir es un único, todopoderoso y omnipotente meme. Me refiero a “Hey Girl” [Oye, chica]. El meme “Hey Girl”, que comenzó de forma improbable a principios de 2009 en el blog de Tumblr F*** Yeah Ryan Gosling, se convirtió en una espiral fuera de toda proporción, de una forma persistente y duradera que es casi inimaginable para los memes de hoy en día. Durante años, las fotos de Gosling fueron las protagonistas de todos los rincones de Internet. “Oye, chica”, decía una. “¿Te llamas Google? Porque tienes todo lo que busco”. Inicialmente fantasías con Photoshop de cómo sería si Ryan Gosling fuera tu novio (“Oye, chica, creo que necesitamos pasar más tiempo juntos, así que me saltaré el Super Bowl y haré manualidades contigo”), el meme fue mutando hacia algo más político. “Ryan Gosling, novio de Internet” se convirtió en “Ryan Gosling, teórico feminista”. El feminismo entraba en su cuarta ola y, en forma de meme de Hey Girl, Ryan Gosling reflexionaba sobre los derechos reproductivos y la opresión sistemática a la que se enfrentan las mujeres en el trabajo. Todo ello con un brillo en sus ojos azules.
Sin embargo, incluso cuando el Ryan Gosling feminista iba viento en popa -y, según un estudio, hacía que los hombres fueran más feministas-, el crack financiero de 2008 y la agitación que trajo consigo significaron que se avecinaba un cambio radical. Gosling ya había hecho películas sombrías y melancólicas, pero ahora se convirtió en un personaje crudo y realista. Con el taciturno doble de acción de Drive, que mastica palillos, Gosling irrumpió en un nuevo escenario. La película surgió, en parte, porque Gosling y el director Nicolas Winding Refn coincidieron en que la comedia romántica de los ochenta Sixteen Candles, de John Hughes, habría sido una obra maestra si “tuviera una cabeza aplastada”. Este pensamiento era apropiado para un tipo que de niño era un asiduo de las competencias de baile, pero que también fue suspendido de primer grado por lanzar cuchillos de carne a sus compañeros después de ver una película de Rambo. Pero, aun así, expresar el deseo de añadir violencia a las películas románticas para adolescentes marcó un punto de inflexión para Gosling: Se acabó el Don Buen Tipo. En Drive, Gangster Squad, The Place Beyond the Pines y Only God Forgives, los hombres crudos y sensibles por los que Gosling era conocido pueden estar al acecho bajo la superficie, pero la superficie es decididamente distante, gélida y violenta.
Todo esto significaba que Gosling no solo estaba bueno, sino que era genial. Las revistas de estilo para hombres se volcaron en recomendar “Ideas de estilo Ryan Gosling”. La chamarra bomber satinada con forma de escorpión de Drive y el abrigo de piel de oveja de Blade Runner 2049. “Gosling se convirtió en el chico pin-up de la chamarra bomber”, dijo el escritor de moda Simon Chilvers en 2017. “Ese look se ha convertido en un símbolo para el hombre relajado”. Al escribir sobre el giro de Gosling en Blade Runner 2049, el crítico AO Scott describió la “habilidad del actor para hacer que el aburrimiento parezca pasión y viceversa”. Lo convertía, añadía Scott, en “un perfecto robot de sangre caliente para nuestro tiempo”.
Pero, por supuesto, los tiempos cambian. Ahora nos encontramos en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo en que es un momento “sin precedentes”. Después de la pandemia, ¿queremos robots de sangre caliente? ¿Queremos desapego, apatía y superficies imperturbables? ¿O buscamos algo más excesivo, animado y divertido?
Durante gran parte de los últimos dos años, la diversión ha sido claramente difícil de conseguir. A medida que el mundo se abre, la importancia de la ligereza, la emoción y el juego se ha puesto de manifiesto. Ya estamos hartos del aburrimiento y la contención. Ahora queremos abundancia, queremos todo de una vez.
En Barbie, el pelo de Gosling es rubio blanqueado como en The Place Beyond the Pines. Sus abdominales parecen retocados, como en Crazy, Stupid, Love. Tiene una expresión facial impenetrable, como en Drive. Incluso sale con un muñeco de tamaño natural, como en Lars and the Real Girl. Como Ken, Gosling está cosido en un monstruo de Frankenstein de autorreferencia gloriosamente tonta. Está dando campanazos. Está dando nostalgia. Puede que no sea un ser humano real, pero podría ser el verdadero héroe que necesita este momento. Come on Barbie, let’s go party.