Sexo después del confinamiento: ¿Cuáles son los beneficios para la salud?
La pandemia no ha sido el impulso de la libido que muchos predijeron. Pero a medida que recuperamos nuestra libertad, Madeleine Spencer pregunta: ¿podemos aprovechar las ventajas de ella una vez más?
Retrocede dos años e imagina un escenario en el que te sentiste sexy. ¿Tuviste una excelente semana en el trabajo y saliste a tomar un cóctel para regresar a casa con tu pareja y decidir que sí, definitivamente tenías ganas de una sesión bastante larga en el sofá? ¿Quizás estabas en una cita, la conversación era brillante y de repente te diste cuenta de ese sentimiento? ¿O te encontrabas en soledad, hojeando algo de literatura erótica, solo para descubrir que tus manos querían vagar?
Ahora avanza un poco en tu memoria para llegar a la parte que sigue. ¿Cómo te sentiste? Te sonrojaste? Te relajaste? Sentiste satisfacción en general? Si el encuentro, ya sea en soledad o con otra persona, fue bueno, probablemente sentiste todo eso sin pensar mucho en los beneficios que hubo para tu salud, pero vale la pena tomar nota de la gran cantidad de beneficios físicos y mentales de tener relaciones sexuales.
A pesar de estos posibles beneficios para la salud, y de las tan habladas predicciones del aumento en nacimientos después del confinamiento, ahora es bien sabido que la pandemia de covid-19 y numerosos confinamientos nacionales han sido un freno para la vida sexual de muchas personas. Según la Encuesta Nacional de Actitudes y Estilos de Vida Sexuales, la pandemia ha hecho que nuestros impulsos sexuales colectivos caigan en picada en el Reino Unido. Sara* era una de esas personas.
Ella le dice a The Independent: “Llevaba seis años viviendo en los Emiratos Árabes Unidos con mi esposo cuando comenzó el covid. Antes de eso, teníamos relaciones sexuales dos o tres veces por semana, la mayoría de las veces después de salir en una cita. Teníamos vidas ajetreadas, así que cuando había tiempo de terminar el día con una cena y una copa juntos, a los dos nos emocionaba vernos y queríamos tener sexo como una forma de terminar la noche".
Pero todo eso cambió en el confinamiento. “(Mi esposo) fue dado de baja al comienzo de la pandemia y yo estaba trabajando desde mi computadora portátil y, bueno, simplemente no me sentía muy sexy, porque me la pasaba holgazaneando en leggings y no sentía esa sensación de ocasión. Además me sentía bastante ansiosa por lo que nos sucedería en el futuro”, dice.
La ansiedad también estuvo a la raíz de la pausa sexual de Lucy durante el tercer confinamiento en Inglaterra: “Me sentía tan deprimida durante enero y febrero que me resultaba imposible responder a los mensajes de mis amigos, y mucho menos molestarme en coquetear con extraños en las apps. Usar las apps se convirtió en otra fuente de estrés en lugar de ser algo emocionante, y claro, la idea de sentarme en una banca fría (en una cita) en un día nublado o bajo la lluvia la verdad parecía poco atractiva”.
Le pregunté a mi audiencia de Instagram si estaban teniendo menos sexo (el 78 por ciento de mis seguidores informaron que sí) y si se sentían menos deseables y, de ser así, ¿por qué? Obtuve una gran cantidad de respuestas con algunas tendencias claras: muchos se sentían cansados, nerviosos, desconectados de su antiguo yo y, abrumadoramente, que su cuerpo había cambiado, lo cual les representaba un problema.
La terapeuta relacional Clare Faulkner explica que ésta puede ser una respuesta completamente estándar a un evento de un impacto tan grande como lo es el covid-19. Asegura que “el estrés y la ansiedad son factores importantes que cierran la necesidad de ser sexual”. Ahí radica el problema en este momento: sentirse sexy y tener la liberación de un sexo satisfactorio es simbiótico para muchos. Aunque, añade Faulkner, “para algunas personas, el sexo es una forma de calmar, por lo que podría ser un mecanismo que utilicen, pero para otras, es posible que no tengan la capacidad en este momento de aparecer en ese espacio”.
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Curiosamente, la masturbación en soledad vio un aumento durante el encierro. Pornhub informó que su tráfico aumentó exponencialmente, mientras que LELO, que vende juguetes sexuales, registró un aumento de las ventas de alrededor del 148 por ciento en el pico del bloqueo (el Sona tm 2 Cruise y Soraya Wave fueron los modelos más populares).
Si estás teniendo dificultades para sentirte sexy, la Dra. Amani Zarroug, psicóloga clínica y terapeuta de relaciones y psicosexual, asegura que regresar a ese lugar podría no tener nada que ver con hacer cambios complicados durante un tiempo lleno de estrés. En lugar de eso, enfócate en lo que te gusta.
“Esther Perel (psicoterapeuta belga) dice '¿cuándo te sientes más sexy?' Las personas a menudo se sienten sexuales cuando se sienten seguras de sí mismas. Entonces, ¿qué es lo que te hace sentir esa confianza? ¿Ser ocurrente? Apóyate en eso y tal vez intenta salirte de lo común o hacer algún ritual, lo que te funcione a ti”, dice la Dr. Zarroug. “También puedes intentar aprovechar asociaciones como, por ejemplo, un lápiz labial que te haga sentir bien y que te dé la oportunidad de coquetear y ofrecerte la oportunidad de ser sexual. Todo comienza en ti, otra persona no es necesariamente la clave para hacerte sentir sexy".
Ser capaz de volver al ritmo de tu vida sexual puede tener varios beneficios para la salud, tanto mentales como físicos. Faulkner dice que éstos pueden ser desde "un mejor estado de ánimo y menos estrés gracias a la liberación de oxitocina que libera el hipotálamo después del sexo, y un sueño de mejor calidad como resultado de la secreción de impulsos sexuales de prolactina".
Y Zarroug está de acuerdo en que los estudios han demostrado que el sexo es “excelente para la salud del corazón, para la circulación sanguínea, para la piel, para el sistema inmunológico y para aliviar el dolor, incluso para los dolores de cabeza. Si intervienes con un dolor de cabeza desde el principio y te masturbas, el dolor puede desaparecer porque se inyecta oxígeno en tu cerebro, lo que ayuda a reducir la inflamación".
Pero el argumento a favor del sexo como un estímulo para la salud no termina ahí; la misma oxitocina que reduce el estrés también te une a tu pareja. La oxitocina es una hormona clave que liberan las madres y los bebés durante la lactancia, y que liberas tú cada vez que te acurrucas con alguien que te importa, por lo cual se le denomina la “hormona del abrazo”. Zarroug desea agregar esta sensación de cercanía a la lista de beneficios para la salud del sexo: “Si piensas en la persona en su totalidad, el sexo es un impulso biológico, psicológico y social. También puede ayudar con cosas cruciales como el sentirse deseable y la autoestima".
¿Ya te convenciste de que el sexo es una forma de darle a tu salud, y espíritu, una pequeña ventaja en este momento, y te preguntas con qué frecuencia deberías tenerlo? Faulkner es inequívoco en cuanto a que no es la frecuencia lo que importa, sino la calidad: “No me interesa la cantidad de sexo, sino la calidad del sexo, y la pandemia le ha dado a la gente la oportunidad de reevaluar lo que quiere. Sugeriría alejarte de las ideas del sexo orientadas a objetivos, que son divisivas, y enfocarte en la mentalidad de preguntar cómo queremos que sean los encuentros y cómo podemos introducir alguna novedad. Se trata de crear un espacio donde puede (y la palabra clave es “puede”) aparecer la intimidad".
Y si te interesa cosechar los beneficios para la salud pero no tienes a alguien con quien tener relaciones sexuales, o si actualmente te encuentras sin el ancho de banda para tener relaciones sexuales con otra persona, Faulkner dice que “la masturbación es una experiencia fisiológica similar, y algunos beneficios se pueden obtener en soledad”.
A medida que salimos del confinamiento y entramos en una nueva era de nuestras vidas, la oportunidad de tener más sexo aumenta. Sin importar si deseas encontrar nuevas parejas o reconectarte con una existente, está claro que reconectarse sexualmente tiene beneficios para la salud mental y física, y no se requieren cantidades poco realistas de sexo para lograrlo.
*El nombre ha sido cambiado.