Uganda hace frente a la fiebre amarilla con restricciones de viajes y una gran campaña de vacunación
Uganda ha emprendido una campaña nacional de vacunación contra la fiebre amarilla para ayudar a salvaguardar a su población contra la enfermedad transmitida por mosquitos, que supone una amenaza desde hace mucho tiempo.
Para finales de abril, las autoridades ugandesas habían vacunado a 12,2 millones de las 14 millones de personas objetivo de la operación, indicó el doctor Michael Baganizi, funcionario encargado de inmunización en el Ministerio de Salud.
Uganda requerirá ahora que cualquiera que viaje a y desde el país tenga una tarjeta de vacunación de la fiebre amarilla como regulación internacional de salud, señaló Baganizi.
Las autoridades ugandesas confían en que el requisito inste a más gente a recibir la dosis, en un clima general de reparos hacia la vacuna que preocupa al personal de salud en el país de África oriental.
La vacuna de una sola dosis se ha ofrecido de forma gratuita a los ugandeses entre 1 y 60 años. Entre los centros de vacunación en la capital, Kampala, había escuelas, universidades, hospitales e instalaciones del gobierno local.
En el pasado, los ugandeses normalmente pagaban para vacunarse contra la fiebre amarilla en clínicas privadas, por el equivalente a 27 dólares.
Uganda, con 45 millones de habitantes, es uno de los 27 países del continente africano clasificados como en alto riesgo de brotes de fiebre amarilla. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año hay unos 200.000 casos y 30.000 muertes por la enfermedad en todo el mundo.
El brote más reciente en Uganda se reportó este año en los distritos centrales de Buikwe y Buvuma.
La fiebre amarilla está causada por un virus transmitido por la picadura de mosquitos infectados. La mayoría de las infecciones son asintomáticas. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, pérdida de apetito y náuseas o vómitos, según la OMS.
La iniciativa de vacunación en Uganda forma parte de una estrategia global iniciada en 2017 por la OMS y socios como la agencia de la ONU para la infancia, con vistas a eliminar la fiebre amarilla para 2026. El objetivo es proteger a casi mil millones de personas en África y América.
Una evaluación a mitad de campaña, cuyos resultados se publicaron el año pasado, mostró que para agosto de 2022 se había vacunado a 185 millones de personas en países de alto riesgo en África.
En Uganda, la mayoría de la gente se vacuna de la fiebre amarilla cuando viaja a países como Sudáfrica, que requieren una prueba de la vacunación al llegar.
James Odite, enfermero en un hospital privado designado como centro de vacunación en un suburbio de la capital, Kampala, dijo a AP que cientos de dosis seguían sin utilizar tras el cierre de la campaña. Se utilizarán en una campaña masiva futura.
Uno de los asuntos que comentaron las personas reacias a vacunarse era la duda de si “el gobierno quiere darles vacunas caducadas”, dijo Odite.
Baganizi, el responsable de vacunación, señaló que el gobierno ugandés ha invertido en concienciar a las comunidades con sesiones en las que los funcionarios explican a la gente que la vacuna salva vidas.
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The Associated Press recibe apoyo financiero para la cobertura sobre salud y desarrollo en África de la Fundación Bill & Melinda Gates. AP es la única responsable de su contenido.