“No podía sentarme sola”: restaurantes de Barcelona rechazan a comensales solitarios para favorecer a turistas
“La última vez me molesté mucho y les dije que si era una cuestión de dinero, estaba dispuesta a entrar en su juego”, reprocha una residente local
Los viajeros solitarios de Barcelona están sobre advertencia de que no podrán cenar solos en algunas de las terrazas más populares de la ciudad, ya que los restaurantes han estado rechazando a los grupos de una sola persona.
La prohibición de cenar en solitario en el destino más visitado de España es cada vez más común en la calle de Blai —conocida como la “calle de las tapas”—, en la zona del Poble Sec y en el barrio del Eixample, según informa el diario El País.
Al parecer, el personal de los restaurantes se niega a asignar mesa a los clientes que van solos a cenar, y se sabe que dan la excusa de que tienen reservaciones llenas. Aquellos que consiguen una mesa para uno pueden terminar arrinconados en una esquina, junto a la barra, la cocina o el baño.
Después de que el problema se comentara en las redes sociales, ahora saltó a la prensa nacional.
“En la primera terraza en la que conseguí mesa, rápido llegó un mesero y me dijo que estaba reservada. No lo estaba. En cuanto me paré, se sentó un grupo de extranjeros que estaban detrás de mí”, relata a El País un comensal decepcionado llamado Eudald. Dijo que se vio obligado a volver a casa sin cenar después de que el siguiente restaurante le dijera que solo podría ocupar la mesa durante 20 minutos y otro le dijera que la terraza era solo para grupos.
Otra residente local, llamada Anna, contó al periódico que en varias ocasiones le negaron una mesa en el bar de su vecindario cuando fue sola, a pesar de ser clienta habitual.
“La última vez me enfadé mucho y les dije que si era cuestión de dinero, estaba dispuesta a entrar en su juego. Que si íbamos a entrar en el capitalismo voraz, que cuánto era lo mínimo que tenía que pagar para poder sentarme en la terraza a cenar”.
“Me dijeron que no era por eso, que simplemente no podía sentarme sola”.
Los habitantes de Barcelona también se han quejado de que no han podido tomar algo antes de comer y cenar, ya que las mesas están reservadas para los turistas extranjeros que quieren comer.
En el barrio de Gràcia, concretamente en la cafetería Flandes de la Plaça Rovira i Trias, se instaló una máquina expendedora de tickets para que los posibles clientes cojan un número y esperen a sentarse. Sin embargo, esto solo ocurre cuando todas las mesas están ocupadas, y no está claro si se penaliza a los comensales solitarios.
The Independent se puso en contacto con el Ministerio de Turismo y el Ayuntamiento de Barcelona para obtener más información.
Barcelona se ha visto asolada por el turismo excesivo en los últimos años. Responsible Travel informa que su puerto resultó ser el más contaminado de Europa en 2019, mientras que la demanda turística de alojamiento ha disparado los alquileres y ha obligado a los lugareños a mudarse fuera de la ciudad.
Traducción de Michelle Padilla