Chicago planea trasladar a migrantes y reabrir los edificios públicos donde se alojaban
Chicago tiene previsto cerrar cinco albergues para migrantes en las próximas semanas y trasladar a cerca de 800 personas, incluyendo familias, para poder reabrir los edificios del distrito de parques para organizar campamentos de verano populares, competiciones de atletismo y otros eventos comunitarios a tiempo para el verano.
El cambio forma parte de las constantes iniciativas de la ciudad para atender las necesidades de quienes llegan desde la frontera con México.
Los defensores de los migrantes han criticado con frecuencia al alcalde, el demócrata Brandon Johnson, y alegaron que los servicios disponibles son inadecuados. Otros creen que Chicago está priorizando de forma injusta a los recién llegados frente a los residentes que llevan más tiempo allí, incluyendo personas sin hogar con necesidades similares.
¿POR QUÉ CERRAR LOS ALBERGUES AHORA?
Johnson anunció su plan para cerrar los albergues del distrito de parques esta semana afirmando que “ya no son necesarios”.
“Estoy orgulloso de los esfuerzos de mi gobierno, nuestros socios y los muchos habitantes de Chicago que dieron un paso adelante para dar la bienvenida a los recién llegados proporcionándoles refugio en nuestras casas de campo del Distrito Parque, en un momento en el que había una clara necesidad", apuntó el regidor en un comunicado el lunes.
“Estamos agradecidos a los concejales y a las comunidades que acogieron a los nuevos vecinos con los brazos abiertos, y nos complace que esas instalaciones del parque regresen de nuevo a su propósito a tiempo para la programación de verano”, dijo.
Chicago reportó la llegada de más de 37.000 migrantes a la ciudad desde 2022, cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, comenzó a enviar buses cargados de gente a las llamadas ciudades santuario. Muchos de los que recalan en Chicago proceden de Venezuela, donde una crisis social, política y económica sumió a millones de personas en la pobreza, y donde tres cuartas partes de la población viven con menos de 1,9 dólares al día.
En un primer momento, la ciudad utilizó comisarías de policía y aeropuertos como refugios improvisados mientras las autoridades buscaban una solución temporal. Algunos residentes de los vecindarios que rodean las casas de campo del distrito de parques protestaban habitualmente por la conversión de los edificios en albergues.
El viernes, una entidad municipal mostró que más de 10.000 personas siguen en albergues gestionados por la ciudad, frente al récord de casi 15.000 alcanzado en enero.
La ciudad no ha aclarado cuándo se vaciarán todos los edificios del parque, solo que el proceso durará varias semanas. Los voluntarios que trabajan con los migrantes señalaron que a los residentes de al menos dos de esos edificios se les dijo que serían trasladados a otros lugares el sábado.
¿QUÉ PASA CON OTROS ALBERGUES?
En la ciudad hay casi 20 refugios temporales más operativos, incluyendo iglesias, hoteles, una biblioteca y antiguos almacenes. Los más grandes albergan a más de 1.000 personas mientras que en otros se supera el centenar, de acuerdo con la actualización ofrecida por la ciudad este mes.
La ciudad trata de mover a la gente a otros albergues próximos a la ubicación actual, especialmente a las familias con niños matriculados en las escuelas de la zona, según el comunicado de Johnson.
A mediados de marzo, Chicago empezó a limitar la estancia en refugios a 60 días. Pero las numerosas excepciones, incluyendo para concedidas a familias con hijos en edad escolar, han hecho que, por el momento, haya habido pocos desalojos.
Según la ciudad, hasta la fecha solo 24 personas han abandonado los albergues debido a ese límite.
Otras ciudades del país, como Nueva York y Denver, aplicaron medidas similares para hacer frente a la limitada disponibilidad de recursos para los migrantes que llegan en bus o avión. Los alcaldes también han pedido más ayudas federales.
En Chicago, los desahuciados pueden volver a la “zona de aterrizaje” y solicitar alojamiento de nuevo. Según los voluntarios, a veces la gente deja un refugio y es devuelta al mismo lugar.
¿QUÉ SIGNIFICA ESTO PARA LOS MIGRANTES?
Los voluntarios que trabajan con los recién llegados dicen que entienden el deseo de los barrios de recuperar las instalaciones, sobre todo para organizar campamentos y otras actividades populares durante los meses de verano.
Pero les preocupa que esa salida forzada amenace los esfuerzos de los migrantes para encontrar empleo y escolarizar a sus hijos.
“La mayoría de la gente está tratando de averiguar activa y constantemente la forma de salir de los refugios", apuntó la voluntaria Lydia Wong. “No sé si esto ayuda a acelerarlo en absoluto. La ciudad dice que quiere mantener a la gente relativamente cerca, pero es extremadamente perturbador, necesitan encontrar nuevas rutas, nuevas formas de llegar a la escuela o al trabajo".
Varias personas que viven en los refugios de los parques dijeron a The Associated Press esta semana que recibieron poca información acerca de los planes del gobierno municipal, incluyendo la fecha de su posible traslado. Pidieron no ser identificados y varios dijeron que no querían sufrir represalias de empleados de la agencia privada que gestiona los centros.
Hasta el miércoles, la ciudad dijo que más de 15.000 personas habían encontrado otra vivienda desde que las autoridades comenzaron a recopilar datos en 2022.
Muchos han solicitado una ayuda al alquiler que ofrece el estado. Más de 5.600 familias han utilizado el programa para encontrar donde vivir, dijo el Departamento de Servicios Humanos de Illinois.
Con algunas excepciones, como diplomáticos y personas con visa de turista, los migrantes en Estados Unidos deben notificar sus traslados a las autoridades.
Los solicitantes de asilo que están en el sistema judicial de inmigración tienen cinco días para cambiar su dirección y asegurarse que reciben las notificaciones del tribunal. Perder una carta podría no anular un caso directamente, pero no presentarse a una citación puede conllevar la deportación.
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El periodista de The Associated Press Cedar Attanasio en Nueva York contribuyó a este despacho.