Colombia: avances y barreras a un año de despenalizar aborto
En el primer aniversario de la sentencia que despenalizó el aborto en Colombia hasta la semana 24 de gestación, sus impulsoras ven avances en el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y en la regulación por parte del gobierno, aunque advierten de que persisten barreras para las mujeres en condiciones de vulnerabilidad en las zonas rurales y para las migrantes venezolanas
Desde hace un año a las mujeres en Colombia no las persigue más el fantasma de ser criminalizadas por abortar a raíz de que la Corte Constitucional aprobara por sentencia la despenalización cuando el procedimiento se realice hasta la semana 24 de gestación.
Catalina Martínez Coral, una de las impulsoras de la despenalización con el movimiento Causa Justa, celebra que en el primer año de implementación de la decisión la experiencia para las personas gestantes es más favorable cuando buscan acceso al aborto, aunque recalca que aún hay barreras que superar.
“La gran mayoría de las usuarias han llegado en las primeras 12 semanas de gestación a buscar el servicio, lo que muestra que una vez se va liberalizando el marco legal hay más confianza para que se acerquen a los servicios de salud”, aseguró a The Associated Press Martínez Coral, directora regional para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos.
Como parte de la celebración del primer aniversario de la sentencia, un centenar de mujeres proaborto celebraron frente a la Corte Constitucional en Bogotá vistiendo prendas verdes y moradas -icónicas del movimiento- y agitando carteles con mensajes en defensa del aborto: “Somos históricas, la maternidad será deseada o no será” o “abortar es un derecho”.
El Ministerio de Salud no cuenta con cifras públicas recientes sobre interrupción voluntaria del embarazo en Colombia. Sin embargo, la organización Oriéntame, que presta asesoría para acceder al aborto, ha atendido en el último año a alrededor de 11.600 mujeres, mientras que en el periodo inmediatamente anterior se registraron 11.494 atenciones. Para Martínez Coral, esas cifras muestran que con la despenalización no hay un “aumento significativo” de mujeres que buscan interrumpir su embarazo.
Colombia, un país de tradición católica, se convirtió con el fallo de la Corte en uno de los países más flexibles de Latinoamérica en lo que refiere a la interrupción voluntaria del embarazo, sin embargo, las organizaciones feministas tienen por delante el reto de derrotar el estigma social que aún pesa.
Pese a la sentencia de la Corte, una mujer desistió de interrumpir su embarazo luego de afrontar barreras. “El médico dejó abierto el consultorio y al decirle mi decisión de acceder a la IVE, me gritó que yo no era Dios, que por qué mi mamá no me había abortado a mí”, relató la mujer a la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres para un informe publicado en el 2022.
Las barreras, denuncia Causa Justa, se agudizan para las mujeres en condiciones de vulnerabilidad en las zonas rurales, quienes no suelen encontrar información oportuna, o para refugiadas y migrantes venezolanas que pueden encontrar mayor dificultad para acceder a los servicios por su estatus migratorio.
Para Martínez Coral, las barreras incluyen en algunos casos el desconocimiento de la sentencia tanto del personal médico como de las usuarias del sistema de salud, por lo que falta mayor información, sobre todo en las zonas más alejadas del país.
Aún con las barreras, el movimiento Causa Justa ve como un paso positivo la expedición de una reciente resolución del ministerio de Salud que dio reglas claras para que los prestadores de salud brinden el servicio en todo el territorio nacional sin dilaciones.
Juliana Martínez, secretaria técnica de Causa Justa, aseguró a AP que la meta final del movimiento es la despenalización total, es decir, que no exista el delito de aborto en ningún caso en Colombia.
Luego de las 24 semanas de gestación, las mujeres pueden abortar solo en tres casos: cuando exista peligro para la vida o la salud de la mujer, malformaciones del feto incompatibles con la vida y acceso carnal violento o incesto.