Continúan las protestas en todo Perú por la crisis política

Miles de manifestantes salieron nuevamente a las calles en distintas ciudades de Perú el domingo para exigir la renuncia de la nueva presidenta Dina Boluarte y programar elecciones con el fin de reemplazarla y al Congreso. Se reportaron al menos dos personas muertas durante las protestas.

Muchos de los manifestantes en la actual crisis política exigen la liberación de Pedro Castillo, el presidente de centroizquierda al que los legisladores destituyeron el miércoles después de que intentó disolver el Congreso antes de una votación para decidir si era sometido a un juicio político.

Cientos de personas se manifestaron en Lima, donde la policía usó gases lacrimógenos para repeler a los inconformes.

Las protestas que estremecen a Perú se intensificaron particularmente en las zonas rurales, bastiones de Castillo, un exprofesor de escuela y neófito político procedente de un distrito pobre de los Andes. Los manifestantes prendieron fuego a un cuartel de policía, causaron actos de vandalismo en un pequeño aeropuerto que es utilizado por las fuerzas armadas y marcharon por las calles.

Un chico de 15 años murió a causa de las lesiones que sufrió durante una manifestación en Andahuaylas, una comunidad andina remota, dijo la legisladora María Taipe Coronado durante un discurso desde el palacio legislativo en el que pidió la salida de Boluarte.

“La muerte de este compatriota es responsabilidad de la señora Dina por no presentar su renuncia", acusó Taipe, quien pertenece al partido Perú Libre, que ayudó a Castillo y a Boluarte a ganar las elecciones a presidente y vicepresidente el año pasado, antes de que ambos fueran expulsados de él. "¿Desde cuándo protestar es un delito?”

Taipe aseguró que las autoridades estaban usando duras tácticas de represión para repeler a los manifestantes. Sin embargo, se desconoce hasta el momento cómo es que el chico resultó herido. La prensa estatal reportó un segundo fallecimiento en esa misma comunidad, pero no dio a conocer más detalles.

Anthony Gutiérrez, director de un hospital local, dijo a una estación de radio que la segunda víctima era una persona de 18 años. Al menos 26 personas han resultado heridas, según reportes.

Boluarte, de 60 años, fue juramentada rápidamente a media semana en reemplazo de Castillo, horas después de que el ahora exmandatario sorprendiera al país al ordenar la disolución del Congreso, que en respuesta lo destituyó por “permanente incapacidad moral”. Fue arrestado por cargos de rebelión.

Castillo tomó su medida fallida contra el Congreso, bajo control opositor, horas antes de que los legisladores se dispusieran a dar inicio a un tercer intento de destitución en su contra.

Las protestas dispersas en todo el país han continuado durante días.

El sábado en Andahuaylas, 16 personas recibieron tratamiento en un hospital por conmociones cerebrales, incluyendo una que se encontraba en estado grave.

Boluarte ha exhortado a la unidad nacional para que el país sane de la agitación más reciente.

“La vida de ningún peruano amerita ser sacrificada por intereses políticos", tuiteó Boluarte el domingo tras el discurso de Taipe en el Congreso. "Expreso mis condolencias por el fallecimiento de un ciudadano en Andahuaylas. Reitero mi invocación al diálogo y a deponer la violencia”.

En tanto, en Lima, cientos de personas se reunieron nuevamente el domingo frente al palacio legislativo. Decenas de policías con equipamiento antimotines usaron gases lacrimógenos contra la multitud mientras los legisladores daban comienzo a una sesión dentro del recinto. La policía también persiguió y golpeó a los manifestantes que huían del lugar en medio de nubes de gas.

El primer ministro Pedro Angulo señaló que el gabinete de Boularte se reuniría el domingo en la noche para evaluar el descontento civil y determinar su respuesta.

Perú ha tenido seis presidentes en los últimos seis años, incluyendo tres en una sola semana en 2020, cuando el Congreso hizo gala de sus facultades de destitución.

La lucha de poderes en el país ha continuado en un momento en que la región andina y sus miles de pequeñas granjas atraviesan dificultades para sobrevivir a la peor sequía en medio siglo. El país de más de 33 millones de habitantes también atraviesa una quinta ola de infecciones de COVID-19, luego de registrar unos 4,3 millones de casos y 217.000 fallecimientos desde que comenzó la pandemia.