El nuevo ministro de Defensa promete recuperar control territorial en una convulsa Colombia
Vestido con traje de sastre y corbata, el exgeneral Pedro Sánchez se presentó el martes ante las tropas como el nuevo ministro de Defensa colombiano, dejando atrás el uniforme militar que vistió por décadas para asumir de civil la política de defensa, en la que priorizará la recuperación del control territorial en medio de una creciente violencia en el país.
“El enfoque central de nuestra estrategia será recuperar el control territorial, fortalecer la soberanía nacional y proteger a su población y sus derechos”, declaró Sánchez, oficial retirado de la Fuerza Aérea Colombiana en la que sirvió por 35 años.
Su promesa de recuperar el control territorial llega después de que fueran retenidos y luego liberados 29 uniformados por un grupo armado ilegal que, según Sánchez, se “infiltró” en la comunidad de El Plateado, un poblado rural al suroeste del país repleto de sembradíos de hoja de coca, en donde las fuerzas militares intentan desde el año pasado recuperar el control militar y permitir la entrada de instituciones estatales.
Sánchez denunció que se trató de un secuestro y aseguró que los vehículos militares fueron atacados buscando “quemar vivos” a los uniformados.
“No podemos seguir permitiendo que a nuestros militares y policías los escupan, los ultrajan, los ataquen, los degollen, los asesinen como si fueran un objeto inerte”, aseguró Sánchez en su discurso ante las tropas en el que trató de darles moral prometiendo mejorías en sus condiciones humanas y capacidades militares.
En Colombia, persiste la violencia pese a que el Estado firmó en 2016 un acuerdo de paz con la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El vacío que dejó la guerrilla fue copado por otras estructuras ilegales, entre ellas varias facciones de disidencias de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz, que buscan controlar territorios estratégicos para las economías ilícitas.
El presidente Gustavo Petro puso en marcha una política de “paz total” en la que inició acercamientos de paz simultáneos con grupos armados ilegales. Sin embargo, la mayoría no ha prosperado y esas mismas estructuras se disputan territorios afectando a la población civil.
“Nuestro presidente ha sido muy generoso al buscar la paz total, la cual es una política de Estado y no de gobierno. Sin embargo, esa generosidad genuina ha sido traicionada por quienes, bajo falsas promesas de paz, continuaron ejerciendo violencia contra nuestros ciudadanos”, advirtió Sánchez e instó a los armados a desmovilizarse.
El nuevo ministro de Defensa aseguró que atacarán lo que consideró las principales causas de la inseguridad en el país: el narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando y la corrupción, incluso al interior de las fuerzas armadas.
“Oficial que se corrompa debe salir”, ordenó el presidente Gustavo Petro durante el acto oficial. “Lo peor que puede pasar es que la sal se corrompa”.
Para Petro, la actual violencia en Colombia se debe a la “codicia”, no a ideales revolucionarios, en la lucha por el control de la cocaína. “La cocaína se vuelve dinero por la prohibición que existe de ella”, aseguró.
Sánchez sucede a Iván Velásquez, quien lideró la cartera desde 2022 y tuvo como un objetivo preponderante depurar las fuerzas militares de corrupción. Su salida se da en medio de una crisis ministerial en la que presentó su renuncia irrevocable, luego de que quedaran al descubierto tensiones dentro del gobierno.
Para asumir como ministro de Defensa, Sánchez renunció al servicio activo, dado que esa cartera la ha liderado desde 1991 ministros civiles, con pocas excepciones de militares encargados temporalmente.
Petro encargó a Sánchez continuar con lo que ha llamado la política de “seguridad humana”, en la que el éxito no se mida “por muertos” sino “por vivos”.