Habitantes de Bogotá almacenan y reutilizan agua durante primer racionamiento por sequía en 40 años
Aunque el agua no salió de los grifos en el barrio La Florida del occidente de Bogotá, el restaurante de Luis Soler continuó trabajando el viernes durante el primer racionamiento en 40 años a causa de la sequía.
Para no desperdiciar ni una gota de agua, Soler decidió dividirla en dos grupos: la de lavar, que almacenó del grifo e intentaba reutilizar, y la de cocinar, que tuvo que comprar en botellas por aproximadamente 20 dólares, con la que garantizaría alimentos salubres, una de sus preocupaciones.
Soler espera recuperar esos 20 dólares de gasto adicional con un aumento de clientes. “Creo que la afectación no va a ser mucha, al contrario, estamos esperando que la venta mejore un poquito a raíz de que no hay agua en el barrio y muchas personas no van a cocinar”, señaló a The Associated Press el dueño del restaurante Glotón DC.
El racionamiento de agua en Bogotá inició el jueves y desde entonces distintas zonas de la ciudad tendrán de una por vez una restricción por 24 horas, medida que será revisada por las autoridades locales cada 15 días para evaluar si se elimina, se mantiene o se aumenta. Cada bogotano tendrá en total tres días de restricción al mes.
En el último año Colombia ha sufrido la influencia del fenómeno de El Niño que ha generado déficit de precipitaciones y altas temperaturas, lo que ha disminuido el nivel de los embalses, especialmente en Bogotá, donde están en sus mínimos históricos.
Los bogotanos no vivían racionamientos desde 1997 cuando una falla técnica en los túneles obligó a la restricción y desde 1984 a causa de la sequía.
El racionamiento ha obligado a Soler y a su familia a cambiar algunas rutinas. Deben bañarse antes de las ocho de la mañana, cuando inicia el racionamiento, y sus hijos de 13 y 16 años tuvieron jornadas más cortas en sus colegios.
Las autoridades han recomendado almacenar sólo la cantidad de agua necesaria, no lavar los automóviles e implementar medidas de ahorro de agua en el hogar, incluso durante las duchas. “Báñense en pareja. Se trata de un ejercicio pedagógico de ahorro de agua”, aconsejó el alcalde de la ciudad, Carlos Fernando Galán.
Ante la recomendación de no lavar con frecuencia los carros, especialmente durante el racionamiento, los negocios que prestan este servicio se podrían ver afectados.
“Está más baja la afluencia del público, me imagino que porque la gente piensa que no está abierto, pero también está muy bien que cuidemos el agua”, indicó John Guerrero, dueño de un lavadero de autos.
Su negocio, que utiliza cerca de 14.000 litros de agua mensuales, funciona con un sistema que reutiliza el agua. “Tenemos un sistema de lavado que sale por cinco trampas de grasa, (luego) le aplicamos unos químicos para volver a reutilizar el agua”, explicó Guerrero, de 41 años.
Bogotá consume en promedio 18 metros cúbicos por segundo y con el racionamiento se busca una reducción de dos metros cúbicos por segundo. La expectativa del distrito es lograr a final de año que los embalses vuelvan a llenarse en más del 70% como una precaución para un 2025 que podría traer más sequía.
Según la alcaldía, en el primer día de restricciones en Bogotá el consumo de agua fue de 15,8 metros cúbicos por segundo.