Humo por incendios afecta a gran parte de Bolivia
Gran parte del territorio boliviano amaneció el jueves cubierto por una densa humareda, producto de incendios forestales y quemas provocadas, que llegó a ciudades como La Paz.
La ciudad de Cobija, la capital de Pando al norte de Bolivia, se declaró en emergencia sanitaria y solicitó ayuda al gobierno nacional.
“No estamos realmente preparados para una situación tan crítica como ésta. Imagínense la calidad del aire, está tres veces arriba de lo normal”, dijo a medios locales la alcaldesa de Cobija, Ana Lucía Reis. El índice de calidad del aire se ubicaba en 570, explicó la autoridad, cuando se considera que de 0 a 50 la calidad del aire es buena, de 51 a 100 es regular, de 101 a 150 es mala, de 151 a 300 muy mala y extremadamente mala cuando supera los 301.
En tanto Santa Cruz, la región agroindustrial del país, está siendo azotada por incendios que en su mayoría son quemas provocadas. Sólo en esta región hay 54 de los más de 60 focos a nivel nacional. Por el denso humo cinco pistas de aterrizaje de pequeñas poblaciones se vieron afectadas para operar en el oriente del país.
De acuerdo con la gobernación de Santa Cruz hay casi tres millones de hectáreas quemadas en esa región y según la fundación privada Tierra son 4,1 millones a nivel nacional.
En Bolivia los campesinos y agricultores realizan quemas de plantas y barbechos en tiempo seco para renovar los pastizales y cultivos, pero con frecuencia el fuego se sale de control.
Otras regiones afectadas son Pando y Beni, fronterizas con Brasil.
El humo incluso llegó a La Paz y cubrió gran parte de la vista de las montañas que la caracteriza. La medición de la calidad del aire se ubicó en 206.
El gobierno boliviano informó que las condiciones atmosféricas provocan que en buena parte del país se perciba el humo proveniente de los incendios en la Amazonia brasileña y boliviana.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que se han entregado 1,5 toneladas de alimentos a unas 100 familias afectadas por el humo.
Las autoridades temen que si continúan las quemas provocadas pueda llegar a una propagación similar a la que arrasó más de cinco millones de hectáreas en 2019.