Inician proyecto para restaurar la costa de Luisiana. ¿Funcionará a pesar de alza en nivel del mar?
Casi 3.000 millones de dólares que fueron pagados en un acuerdo judicial por el desastre de la plataforma petrolera Deepwater Horizon de BP, el cual devastó la costa estadounidense del Golfo de México y mató a cientos de miles de animales marinos, están siendo usados ahora para financiar una restauración masiva del ecosistema en el municipio Plaquemines del sureste de Luisiana.
La tierra plana y escasamente poblada, dividida por el delta del río Mississippi, está salpicada de pantanos y bahías. Granjas, campamentos pesqueros y botes camaroneros comparten la región con navíos de suministros para plataformas petroleras y almacenamiento industrial. Y está a punto de albergar un enorme proyecto con el que se pretende imitar a la madre naturaleza: pronto se incorporarán enormes compuertas a un dique de protección contra inundaciones.
El objetivo es desviar algo del agua cargada de sedimentos del río a un nuevo canal y conducirla hasta la cuenca Barataria, al sureste de Nueva Orleans.
Si funciona bien, el sedimento se asentará en la cuenca y gradualmente restablecerá tierras que han estado desapareciendo ininterrumpidamente durante décadas. Funcionarios costeros estatales dicen que se trata de un proyecto pionero del que tienen la certeza que funcionará, incluso mientras los crecientes niveles del mar debido al cambio climático amenazan la costa, que desaparece gradualmente.
El gobernador John Bel Edwards lo llamó el mayor proyecto de rehabilitación de ecosistemas de su tipo en la historia del estado.
“Francamente, no estoy al tanto de uno a esta escala en cualquier parte del país, y hay pocos en el mundo que puedan igualar el tamaño de este proyecto”, declaró en una ceremonia reciente para inaugurar los trabajos.
Bren Haase, presidente de la Autoridad de Recuperación y Protección Costera de Luisiana, calcula que el proyecto generará la formación de entre 52 kilómetros cuadrados (20 millas cuadradas) a 104 kilómetros cuadrados (40 millas cuadradas) de tierras en los próximos 30 a 50 años.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que autorizó el proyecto el año pasado, pronosticó que creará hasta 54 kilómetros cuadrados (21 millas cuadradas) para 2070. La subsidencia —el hundimiento natural de la tierra— y el incremento en el nivel del mar disminuirán los rendimientos, tanto que es probable que haya una pérdida neta de tierra. Pero eso puede ser considerado un factor que incrementa la importancia de la iniciativa que se lleva a cabo.
“A medida que se acelera la pérdida de tierra debido al aumento en el nivel del mar y la subsidencia, más del área restante de humedales sería atribuida a operaciones de desvío”, señala el sumario ejecutivo del comunicado.
Expertos costeros dicen que el sur de Luisiana se formó a partir de sedimentos que se fueron depositando a medida que el poderoso río alteraba continuamente su propio cauce sinuoso a lo largo de miles de años.
Los intentos humanos por acotar el río con diques contra inundaciones y enormes estructuras para el control del caudal protegieron a las ciudades y comunidades que se desarrollaron en sus riberas a medida que el río se convirtió en un medio de navegación y comercio. Pero esos desarrollos también detuvieron el proceso milenario de la formación natural de tierras.
Esa es una razón fundamental por la que los humedales pantanosos costeros de Luisiana han dado paso a crecientes extensiones de aguas abiertas, lo que genera una infinidad de inquietudes ambientales, las cuales incluyen preocupaciones sobre la erosión de tierra que sirve como un amortiguador natural contra huracanes para Nueva Orleans.
“El río Mississippi construyó Luisiana, y finalmente el reconectarlo con las áreas costeras que actualmente están privadas de agua dulce y sedimento asegurará nuestro futuro”, señaló el representante federal Garrett Graves en un comunicado. El republicano Graves respaldó el proyecto en el Congreso y se desempeñó como alto funcionario de recuperación costera durante el gobierno del exgobernador Bobby Jindal.
El canalizar agua desde el Mississippi hasta la cuenca también presenta problemas ambientales y económicos. A pesar de que autorizó el proyecto, el Cuerpo de Ingenieros del Ejercito hizo notar los costos ambientales de introducir agua de río no salada a áreas costeras donde los animales acuáticos prosperan en agua salada o salobre. Probablemente los cambios provocarán la muerte de delfines mulares y tendrán efectos diversos sobre los peces y las tortugas de mar. Los pescadores se han opuesto al proyecto desde hace tiempo debido a los efectos que se prevé tenga sobre los camarones y las ostras.
Kerri Callais, integrante de la mesa directiva de la Save Louisiana Coalition, un organismo sin fines de lucro que se opone al desvío de las aguas, está entre los opositores que están a favor de otros métodos para desarrollar la extensión de la tierra, incluido el reconstruir las islas barrera y utilizar tuberías para bombear sedimentos a áreas en las que haya disminuido el terreno.
“Estos son proyectos que sabemos que desarrollarán tierra, no requerirán décadas, y no le quitarán a nuestros ciudadanos su medio de vida, cultura y patrimonio”, dijo Callais, integrante del consejo de gobierno del vecino municipio de San Bernardo, en un correo electrónico.
Ha seguido habiendo oposición a pesar de las promesas estatales sobre las iniciativas para mitigar el daño. Por ejemplo, recientemente autoridades costeras esbozaron la manera en que se planean gastar 10 millones de dólares en diversos proyectos, con el fin de ayudar a pescadores y recolectores de ostras que tendrán que cambiar las áreas donde trabajan o hacer otros ajustes como resultado del proyecto. Se prevé erogar millones más para ayudar a comunidades cercanas al río que pudieran padecer mayores amenazas de inundaciones a consecuencia del plan, con medidas que incluyen la elevación de caminos.
Algunos grupos ambientalistas ven posibles beneficios en el proyecto. Matt Rota, director sénior de políticas para el organismo sin fines de lucro Healthy Gulf (Golfo Saludable), dijo que el plan utilizará menos energía que el bombeo de sedimentos, y reconoció la necesidad de trabajar con el río en su capacidad natural para generar tierra nueva.
“Este desvío, si es exitoso, es más pasivo”, dijo Rota en una entrevista telefónica, “lo que significa que puede seguir, tengamos o no dinero o el combustible”.
De todas formas, señaló Rota, Healthy Gulf desea que se haga más para ayudar a los locales que dependen de la pesca y de las ostras para su sustento. Dijo que los gobiernos estatales y el federal también deben trabajar con más ahínco para limitar la contaminación río arriba que fluye hacia el sur.
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El periodista de The Associated Press Stephen Smith en el municipio de Plaquemines, Luisiana, contribuyó a este despacho.