La inflación cae a un dígito en Argentina, pero el bolsillo de los ciudadanos sigue sufriendo
El gobierno del ultraliberal Javier Milei muestra como un logro la progresiva desaceleración de la inflación, el mayor problema económico de Argentina y que se propuso erradicar desde que asumió la presidencia en diciembre.
Pero Lidia Pacheco sigue rebuscando todas las semanas la poca verdura que resulta aprovechable entre los desechos de un mercado de Buenos Aires y ya no compra la yerba mate con la que preparaba la tradicional infusión del país sudamericano, uno de los que sufren las mayores tasas de inflación en el mundo.
“Los alimentos siguen estando caros. No me alcanza la plata y vivo a verdura”, dijo Pacheco, de 45 años, a The Associated Press. Los ingresos que obtiene la mujer por la venta de ropa usada apenas le alcanzan para subsistir y debe acudir tres veces por semana a una feria al aire libre situada en el Mercado Central para llevarse las verduras y frutas que los vendedores tiran a un contenedor. “Acá me salvo”, agregó mientras cargaba algunas bolsas con restos.
Leonardo Buono, que realizaba unas compras en un puesto cercano, dijo que dejó de consumir carne vacuna. Claudia Luna señaló que se ha vuelto una “cazadora de ofertas” y que camina largos trayectos para encontrar el negocio más barato. Por su lado, Alicia Almeida debe cambiar todos los meses los reales que ahorró en Brasil, su país natal, para costearse los gastos del supermercado y el alquiler de su vivienda en Buenos Aires.
“Aún se siente lo caro... no sé cómo hacen las personas que viven acá para llegar a fin de mes”, dijo Almeida, una estudiante de 24 años.
Argentina registró en abril una inflación de 8,8% mientras que la variación interanual fue de 289,4%, informó el martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
El dato alegró a las autoridades porque es la primera vez en seis meses que la tasa inflacionaria es de un dígito.
La cifra de abril se ubicó por debajo del 11% de marzo, el 13,2% de febrero y el 20,6% de enero, con lo que el gobierno de Milei confirmó la tendencia a la desaceleración de precios que prometió transitar este año.
El Ejecutivo ha elogiado la deflación en algunos precios como “consecuencia del programa ortodoxo de estabilización económica”. El portavoz presidencial Manuel Adorni remarcó que Milei tiene en claro lo importante que es “hacer de la Argentina un país próspero, libre y capitalista para las próximas décadas”.
Pero los argentinos difícilmente pueden sumarse a la alegría del gobierno luego de años de constante recalentamiento de los precios y derrumbe de sus ingresos.
Otros compradores consultados por AP reconocieron una baja en los valores de algunos alimentos como el azúcar, las bebidas y los electrodomésticos en los últimos dos meses, pero acotaron que ello no ha incidido significativamente en sus bolsillos ya que otros gastos, como el de las tarifas de los servicios públicos, se han disparado.
“Yo trabajo en un frigorífico repartiendo fiambre y algo se nota; miro las boletas y lo que estaba caro el mes pasado ahora bajó”, señaló Miguel Padulo, de 68 años. “Pero me cuido todo el tiempo, voy apagando las luces que quedan encendidas en mi casa, trabajo 12 o 13 horas y busco el mejor precio”, explicó.
Pese a verse obligado a apretarse el cinturón, Padulo se mostró optimista porque “Milei fue bajando la inflación en cinco meses”.
La baja de precios que los comerciantes implementaron en ciertos sectores tiene lugar en momentos en que los argentinos consumen lo mínimo indispensable.
En abril, las ventas minoristas de pequeñas y medianas empresas cayeron 7,3% mientras acumularon una caída de 18,4% en el primer cuatrimestre del año. En comparación con marzo repuntaron un 1,6%, de acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.
Abundan los signos de desaceleración. Entre enero y marzo el consumo de carne vacuna —antaño un alimento sagrado en Argentina— fue 17,6% menor al de igual trimestre del 2023 al calor del aumento de su valor.
El economista Camilo Tiscornia atribuyó el derrumbe del poder adquisitivo de la población a que Argentina no crece desde hace más de una década.
“Su PBI (Producto Bruto Interno) es más o menos el mismo hace 11 años. En esas condiciones es muy difícil que el poder adquisitivo de la gente pueda mejorar sostenidamente y te diría en los últimos cinco o seis años viene cayendo”, explicó Tiscornia, de CT Asesores Económicos.
El analista señaló que los controles de precios y las políticas de subsidios implementadas por el gobierno anterior de Alberto Fernández (2019-2023) para preservar un cierto nivel de compra de la población eran “distorsiones” insostenibles y que el gobierno de Milei decidió sincerar los precios en busca de una mayor eficiencia económica.
“Pero tu poder adquisitivo, por más que esté bajando la inflación, está muy castigado. Porque te están sincerando cosas que se habían barrido bajo la alfombra durante varios años y además tenés los efectos de la recesión económica... la gente está muy golpeada”, señaló el economista.
El poder adquisitivo del salario promedio cayó un 20% en febrero respecto del mismo mes de 2023, que es el último dato disponible, indicó Tiscornia. En tanto, la caída en los tres primeros meses del gobierno de Milei fue de 16%.
Poco después de haber asumido la presidencia Milei puso en marcha un plan de fuerte recorte del gasto que incluyó miles de despidos en la administración pública y la suspensión de las obras de infraestructura. A su vez redujo los subsidios al transporte público y el sector energético, lo que se tradujo en aumentos en los boletos de trenes y autobuses y en las tarifas de la electricidad, el gas y el agua.
Según analistas, los argentinos podrán mejorar su poder adquisitivo cuando la economía se reactive.
Junto con la de Haití, la economía argentina fue una de las más golpeadas en la región en 2023, con una contracción de 2,5% de su PBI. Alrededor de 41% de los más de 46 millones de habitantes del país sudamericano están en situación de pobreza y organismos internacionales prevén que la economía caerá más de 3% este año.