Partido Colorado pone a prueba su hegemonía en Paraguay
Una coalición de fuerzas políticas y sociales opositoras en Paraguay buscará derrotar al partido con más tiempo en el poder en Sudamérica, en unas elecciones centradas en la corrupción y la conveniencia de mantener o no la alianza con Taiwán
Una coalición variopinta de fuerzas políticas y sociales opositoras en Paraguay buscará destronar el domingo al partido con más tiempo en el poder en Sudamérica, en unas elecciones centradas en la corrupción y la conveniencia de mantener o no la alianza con Taiwán.
Casi cinco millones de personas están habilitadas para votar en una sola vuelta electoral al presidente para los próximos cinco años en esta nación sudamericana que ha sido prácticamente inmune a la alternancia política.
El conservador Partido Colorado ha gobernado desde 1947, incluso como sostén político del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), con excepción de un breve período de tinte progresista liderado por el exobispo Fernando Lugo en 2008 y que terminó anticipadamente en 2012 con un juicio político.
Sin embargo, las recientes sanciones dispuestas en Estados Unidos por corrupción contra el hombre fuerte de la política paraguaya, el expresidente y magnate Horacio Cartes (2013-2018), afectaron la campaña del candidato oficialista Santiago Peña y los analistas proyectan una elección reñida.
“Hay una sensación de incertidumbre bastante extraña para esta altura del partido, porque en otras elecciones los colorados ya tenían asegurada la victoria, cosa que no ocurre en este caso particular”, dijo a The Associated Press el consultor político Sebastián Acha, líder de la organización PRO Desarrollo Paraguay, dedicada a la promoción de políticas públicas.
Como principal desafío a la hegemonía del Partido Colorado aparece la Concertación para un Nuevo Paraguay con el postulante Efraín Alegre, de 60 años y líder del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y acérrimo opositor a Cartes.
Alegre, que va por su tercer intento de llegar a la presidencia, es respaldado por numerosas organizaciones políticas y sociales de centro-derecha a izquierda que buscan capitalizar el desencanto social por la corrupción endémica, pésimos servicios de salud y educación y la inseguridad ante el avance de la narco-criminalidad.
Estados Unidos declaró recientemente a Cartes, actual presidente del Partido Colorado, “persona significativamente corrupta”, congeló sus activos y le impidió operar en su sistema financiero.
Según la acusación, el exmandatario incurrió “en actos de corrupción antes, durante y después de su mandato”. También denunció que cobró sobornos de Hezbollah, considerada por Estados Unidos una organización terrorista. El empresario del tabaco, también propietario de bancos, medios de comunicación y gasolinerías, entre otros negocios, niega los cargos.
Como presidente del partido, Cartes tenía bajo su responsabilidad el financiamiento de la campaña de Peña. Para Acha, el oficialismo no dispone de grandes sumas de dinero “en negro” para la campaña como en el pasado y podría debilitar el aparato de movilización de votantes este domingo.
“El colorado dice: ‘si no está Cartes, no tenemos tan asegurada la torta’”, planteó el experto.
Un factor que también suma incertidumbre al resultado es la baja participación ciudadana en las elecciones -en promedio vota entre un 60% y un 63% del padrón-. Los analistas coinciden que el ausentismo, especialmente marcado entre los jóvenes de 18 a 30 años, juega a favor del oficialismo.
Paraguay ostenta una economía relativamente estable, pero con problemas estructurales que estuvieron fuera de discusión durante la campaña: informalidad laboral que afecta a 7 de cada 10 trabajadores; pobreza de 24,7%, evasión fiscal y narcotráfico, entre otros.
En una campaña electoral discreta en propuestas, uno de los puntos de mayor controversia entre los candidatos ha sido la alianza con Taiwán, un tema en el que se entrelazan la geopolítica con los intereses de productores de soja y ganaderos paraguayos que anhelan venderle a China.
El opositor Alegre adelantó que en caso de ganar se revisará la relación con Taipéi.
Si esto sucediera, la isla autogobernada que China reclama como parte de su territorio perdería a otro socio en la región luego de que Honduras rompió relaciones diplomáticas con dicho país para reconocer a Beijing. A su vez, China ampliaría su influencia en Latinoamérica, algo que Estados Unidos considera de alto riesgo.
Por su parte, el oficialista Peña ratificó la alianza con Taiwán.