Pupy, la elefanta de Buenos Aires, entrena para mudarse a Brasil. Y lo hace sin apuro

Associated Press
Martes, 25 de marzo de 2025 18:23 EDT

Pupy entra con parsimonia en la gran caja de hierro de gruesos barrotes. La elefanta parece sentirse cómoda dentro del habitáculo instalado en el predio donde habita en cautiverio en Buenos Aires. Alza gentilmente la trompa e introduce en su boca un manojo de cañas que le ofrecen sus cuidadores.

El entrenamiento de Pupy el martes transcurre sin contratiempos y da la sensación de que está preparada para emprender el largo viaje dentro de la sólida estructura hasta el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB), situado en el estado de Mato Grosso, donde comenzará una nueva vida con animales de su especie. Pero aún no se sabe cuándo será el traslado.

Subyacen algunas dificultades que indican que no será una tarea sencilla. Pupy se ha revelado ante sus entrenadores del Ecoparque de Buenos Aires como una elefanta de fuerte personalidad dispuesta a marcar sus tiempos.

“Mientras la puerta de la caja está abierta, ella puede entrar y salir cuando quiere. Pero cuando vas a cerrar la puerta no te deja; siente que tiene una barrera atrás y que pierde el control", explicó a The Associated Press María José Catanzariti, gerente operativa de Bienestar Animal y Conservación de la Biodiversidad en Ecoparque. Esta veterinaria sigue de cerca el entrenamiento del paquidermo desde diciembre.

Los ejercicios del martes por la mañana consistieron en brindar a la elefanta la mayor de las comodidades dentro de la estructura de tres metros de altura donde está previsto su traslado hasta el santuario en las lomadas de Mato Grosso. Sus cuidadores le hicieron caricias, le limaron una de las uñas de los pies y la alimentaron con caña y pienso. El objetivo es que se sienta segura porque le espera un viaje de cuatro días seguidos por carretera.

Si todo marcha bien, el paquidermo cambiará el Ecoparque rodeado de altos edificios y sumergido en el ruido del tráfico de la ciudad en un paraje de 1.200 hectáreas cubiertas de pasturas y riachuelos donde los elefantes vuelven a comportarse como tales.

Desde 2016, las autoridades del Ecoparque han trasladado de más de 1.000 animales salvajes, como leones, tigres, osos y simios, a otros países donde gozan de muchas mejores condiciones de vida. La orangutana Sandra vive ahora en el Centro de Grandes Simios en Wauchula, Florida, donde se adaptó y tiene amigos de su misma especie.

El santuario brasileño al que se mudará Pupy cuenta con varias elefantas asiáticas rescatadas tras décadas de vida trabajando en circos y zoológicos.

Desde allí llegó el habitáculo en el que deberá ser trasladada la elefanta. Fue instalado en diciembre en el predio arenoso del Ecoparque donde vive para que se fuera acostumbrando.

Con el paso de los días, a Pupy le agradaba cada vez más ingresar a la caja, donde permanecía largos minutos interactuando con sus cuidadores.

Pero en los momentos en los que percibía que la estructura se iba a cerrar a sus espaldas lograba estirar una pata para atrás —que generalmente era la izquierda—impidiendo que el encierro se concretara.

“Parece una tontería, pero tengamos en cuenta que pesa tres toneladas y media; hoy estamos en esta situación, que es lo que nos falta (resolver) para que finalmente se pueda ir”, contó Catanzariti.

Con la eventual partida del paquidermo, llegará a su fin una parte de la historia del Ecoparque, que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires puso en marcha en 2016 a partir de la transformación del centenario y obsoleto zoológico porteño en un parque ecológico de preservación de la biodiversidad y de conservación de especies autóctonas.

Mara, una compañera de Pupy de origen asiático, se encuentra desde 2020 en el enorme santuario de elefantes situado en el municipio Las lomadas de Chapada dos Guimarães donde los paquidermos pueden caminar al menos diez kilómetros por día. Antes de estar en cautiverio en Buenos Aires, esa elefanta había sido una atracción de circo en Uruguay y también en Argentina, por lo que estaba acostumbrada a permanecer en habitáculos cerrados.

Otra elefanta de nombre Kuky iba a realizar el mismo viaje al santuario de paquidermos, el único en América Latina, pero murió en octubre de forma sorpresiva dejando a Pupy —con la que convivía— como única inquilina del predio que hoy habita.

En esa pareja, Kuky era la rebelde y la que se imponía, y Pupy la dominada. La muerte de su guía generó en Pupy una suerte de transformación.

“Ahora que se encuentra sola en el espacio y con los cuidadores para ella sola, está demostrando un comportamiento que nos sorprende, un temperamento mucho más fuerte que antes”, señaló Catanzariti. “Nos está marcando que, cuando esté lista, nos lo hará saber”.

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