Sonnenholzner, candidato Ecuador: "No hay cómo improvisar, no hay tiempo para curvas de aprendizaje"
Otto Sonnenholzner, candidato a presidente de Ecuador, propone un gobierno de transición de fuerte liderazgo y enfocado en la lucha frontal contra el crimen organizado y la inseguridad que azota al país, un argumento que comparte con los demás aspirantes
Para el candidato presidencial Otto Sonnenholzner no hay más tiempo que perder en Ecuador. Los niveles de violencia e inseguridad instalados en el país sudamericano en los últimos años deben ser combatidos desde un Estado fuerte y por un gobierno de transición con liderazgo y práctico como el que el exvicepresidente ecuatoriano propondrá si gana las elecciones del próximo 20 de agosto.
Unos 13,45 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para elegir entre ocho postulantes presidenciales para reemplazar al presidente Guillermo Lasso, quien disolvió la Asamblea y acortó su propio período de gestión a mediados de mayo en medio de una grave crisis política.
El nombre de Sonnenholzner sobrevoló las papeletas electorales en los comicios de 2021 que ganó Lasso, aunque finalmente decidió no participar alegando razones personales. Se esperaba que diera un paso al frente para la elección presidencial del 2025 en provecho de las simpatías que ya cosechaba, pero en un inesperado giro decidió lanzarse para la inminente convocatoria electoral que solo tendrá 16 meses de gobierno. Es el plazo que falta para concluir el mandato actual.
“Estos 16 meses van a ser solo una siembra... Esperamos en el futuro, como proyecto de país, dejar sembrada la semilla para que se pueda cosechar”, planteó Sonnenholzner en diálogo con The Associated Press.
Los ecuatorianos tienen “urgencias terribles en inseguridad, economía, desempleo”, justificó su decisión el candidato que fue vicepresidente con el gobierno de Lenín Moreno -sucesor del izquierdista Rafael Correa pero que enseguida dio un giró ideológico- y cuya tendencia política está más marcada por las necesidades del país que por definiciones teóricas.
Aunque la indecisión sigue siendo alta entre los votantes ecuatorianos, Sonnenholzner está en segundo lugar de acuerdo con las principales encuestas, detrás de Luisa González, candidata a presidenta del partido Revolución Ciudadana, del ex presidente Rafael Correa (2007-2017).
Asegura que el combate contra la inseguridad y la acción del crimen organizado que atenaza la tranquilidad de los ecuatorianos será un eje transversal de su gobierno, una propuesta mencionada como prioridad por todos los aspirantes a llevar las riendas de un país cuyo índice de muertes violentas se duplicó el año pasado y sigue en curva ascendente.
Consciente de que la ola criminal ha paralizado actividades económicas de todo tipo e incluso ha obligado a cerrar pequeños y medianos negocios a causa de la extorsión de las bandas criminales, Sonnenholzner defiende que hace falta una “propuesta viable” y un liderazgo fuerte. “No hay tiempo que perder, no hay cómo improvisar, no hay tiempo para curvas de aprendizaje”, declaró en entrevista.
Para neutralizar el embate de la violencia, asume que el control de las cárceles es clave. Según el aspirante presidencial que corre bajo las siglas de la alianza Actuemos y en binomio con una mujer de perfil académico como Erika Paredes, hay separar a los presos por su grado de peligrosidad y armar a la policía.
En línea con argumentos del gobierno saliente, el cuerpo uniformado necesita equipo adecuado y garantías de que no sufrirá consecuencias legales por cumplir su función. También hay que ejecutar acciones -y no solo plantear- para desarmar a la delincuencia organizada.
Sonnenholzner aseguró que las prisiones se han convertido en centros de mando de las mafias del narcotráfico, extorsión, delincuencia y sicariato y criticó que los presos ahora están divididos por pandillas que, desde la reclusión, está dirigiendo y “generando el caos en las calles". Concluye que "sin control en las cárceles, no va a haber paz en las calles”.
La principal preocupación de los ecuatorianos es precisamente la inseguridad, que se disparó a medida que aumentaban la cifra y la visibilidad de los asesinatos a diario, especialmente en las ciudades de Guayaquil y Durán. En lo que va del año, alrededor de 3.400 personas han sido asesinadas, mientras que en todo el año pasado la cifra llegó a 2.128 muertes con violencia, una cifra que ya fue el doble que la de 2021.
Las muertes violentas, los secuestros y la extorsión eran delitos marginales, hoy “son el pan de cada día, entonces debemos retomar la seguridad con la fortaleza del Estado”, promueve el candidato.
Pese a tener poco menos de año y medio de mandato si llega a ganar la presidencia de Ecuador, Sonnenholzner apuesta por fortalecer las instituciones para que el Estado tenga “capacidad de ser sostenible, capacidad de resolver las urgencias de la gente y de atender los problemas".
Eso incluye controles exhaustivos para evitar la corrupción y decisiones como reactivar la economía e incentivar el crecimiento económico mediante la inversión pública en temas como la reconstrucción de infraestructura estatal, como carreteras, escuelas y otras obras. Los recursos, asegura, serán gestionados ante organismos multilaterales de crédito.
Sonnenholzner es un empresario de 40 años, de ascendencia alemana, vinculado al sector productivo y medios de comunicación, que se presenta por primera vez a unos comicios presidenciales, aunque el 2018 se convirtió en el tercer vicepresidente de Lenin Moreno (2017-2021), al ser designado por el Legislativo de una terna enviada por el ejecutivo.
Defiende como ejemplo de lo que puede lograr durante su gestión, su participación para hacer frente a la crisis sanitaria desatada por la pandemia del COVID-19 el año 2020, cuando en Ecuador faltaban vacunas, insumos médicos y profesionales para atender la desbordada demanda hospitalaria.