Trabajadoras sexuales protestan por cierre de local en Lima
Un grupo de trabajadoras sexuales exigieron el lunes con una protesta la reapertura de un local donde laboraban en Lima, clausurado la semana pasada por supuestos incumplimientos de seguridad en las edificaciones. Ellas dicen que el cierre las ha colocado en situación de vulnerabilidad y exposición al crimen organizado.
Ángela Villón, activista por la defensa de las trabajadoras sexuales, dijo a The Associated Press que las mujeres quedaron vulnerables, tras el cierre del local, porque viven de los ingresos que ganan a diario.
Con eso mantienen a sus hijos y, al no tener un lugar seguro donde trabajar, podrían verse obligadas a exponerse en las calles donde dicen que están espuestas a extorsión.
En Perú, la prostitución no es un delito, aunque la trata de personas sí lo es y puede llevar a penas de cárcel de entre 8 y 15 años.
Aunque las protestas de trabajadoras sexuales son inusuales en Perú, en junio de 2022 hubo un plantón en el que participaron trabajadoras sexuales y activistas por los derechos de la comunidad LGBTI+. La protesta se dio tras la agresión a Sharon Silva, mujer transexual, que recibió impacto de bala en las piernas y cadera por negarse a pagar una extorsión.
“Este es un lugar donde las compañeras podían trabajar con salud, seguridad e higiene, sin exposición a las mafias”, dijo Villón, dirigente de la organización defensora de trabajadoras sexuales llamada Miluska vida y dignidad, refiriéndose a Las Cucardas, el local que fue cerrado por decisión municipal y que existe hace más de 60 años.
Girasol —nombre con el que se identifica una prostituta de 28 años, madre de tres niños, que prefirió mantener el anonimato por seguridad— le dijo a AP que vivía “del día a día”, sin contar con ingresos seguros cada quincena o fin de mes.
“Hay días buenos, otros malos, no se puede ahorrar como la gente imagina, diariamente sacamos para nuestra comida y gastos”, dijo.
Señaló que 150 mujeres que ejercen la prostitución en el local se encuentran en la misma situación por más de una semana. “No tenemos para pagar nuestras cuentas y comer”, añadió, con el rostro cubierto por unos grandes anteojos de sol y una mascarilla. Dijo, además que en calles están más “propensas a enfermedades y a que nos maten”.
El municipio de Lima indicó, en un comunicado, que el local carece del Certificado de Inspección Técnica de Seguridad en Edificaciones. Este obliga al local a contar con equipos contra incendios, planos de distribución de tableros electrónicos y otros requisitos que, al no cumplirse, resultan en una multa de poco más de 2.700 dólares y el cierre del local.
La dirigenta Villón afirmó que tras la advertencia municipal, el local ya subsanó las observaciones hechas y cuenta con todos los requisitos solicitados .